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Disfrutando de los últimos rayos del ocaso de su Gobierno, el presidente Iván Duque le entregará a Bogotá la última muestra de cariño, reflejada en eso de lo que depende la realización de las obras de infraestructura, para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos: recursos.
Este jueves, en medio de un acto oficial, le entregará a la alcaldesa Claudia López el cheque que garantiza los recursos para la construcción de la segunda línea del Metro de Bogotá —subterráneo a Suba y Engativá— y de la troncal de TransMilenio por la Calle 13, al occidente de la ciudad.
La primera se trata de un proyecto que estuvo en el corazón de las promesas de campaña de la mandataria local. En sus palabras: “ese fue mi compromiso con Bogotá y estoy que no me la creo, porque para llegar a este mismo punto, el convenio de cofinanciación de la primera línea, nos demoramos 20 años; mientras que para la segunda nos demoramos dos años y medio”.
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Para ejecutarla, la Nación comprometió un aporte de $24,4 billones, de los $34,9 billones que costará el proyecto férreo. Para la troncal de TransMilenio comprometerá $3,4 billones de los $4,9 billones del costo total.
Todo esto se logró luego de que el Departamento Nacional de Planeación aprobara el documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes 4104), el cual declaró de importancia estratégica estas obras y aseguró su financiación con el 70 % de los recursos provenientes de la Nación. De acuerdo con el flujo de recursos aprobados por el Confis para la segunda línea del Metro subterráneo, los dineros se entregarán desde 2028 hasta 2053 hasta completar los $24,4 billones y para la Calle 13, se hará entre 2024 y 2033, hasta completar $3,4 billones.
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“Nos entregan un cheque con fondos, no un cheque ‘chimbólico’, sino uno de verdad, de $24 billones del Gobierno Naciona”, dijo Claudia López a El Espectador. De esta manera, la alcaldesa vaticinó que, con el cheque este año, podrán abrir la licitación a principios de 2023 y contratarlo ese mismo año, para empezar obras en 2024 y ponerlo en funcionamiento en 2032.
La segunda línea tendrá 16 kilómetros y 11 estaciones, desde la calle 72 con carrera 11, tendrá un tramo sobre la Avenida Caracas hasta entrar a la localidad de Barrios Unidos. En la calle 72 llegará hasta a Engativá y en la Avenida Ciudad de Cali el trazado llegará a Suba, en donde estará ubicado el patio-taller.
Según el Distrito, la ciudad tendrá cerca de 40 kilómetros de red de metro pesado y 27 estaciones que se integrarán con el corredor férreo del norte y con 5 corredores verdes alimentadores de TransMilenio.
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Otras obras financiadas en Bogotá
No obstante, en diálogo con este diario, la alcaldesa habló sobre otros tres proyectos de movilidad que pudo gestionar con el Gobierno y el Ministerio de Transporte: se trata de las entradas y salidas en la ciudad por la Calle 13, la Autopista Norte y la Carrera Séptima. Según López, logró que del recaudo de los peajes en esas vías, de los cuales no le tocaba nada para el arreglo y mantenimiento de vías en Bogotá, se comprometieran a entregar a la capital el 30%. Con esos ingresos se podrán financiar las obras.
“Enrique Peñalosa empezó esa gestión con la Autopista Sur y la ALO Sur. Las sacó él, pues logró que le dieran el 25 % del peaje de Chusacá y con esa plata se va a hacer la ALO Sur. Yo logré que se comprometieran a entregarme el 33%″, expresó. Su meta ahora es dejar contratados los trabajos, que ampliará en su capacidad de movilizar vehículos, pues “todas son un absoluto desastre. Es un concurso de cuál es la peor vía de Colombia”.
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La Autopista Norte, por ejemplo, tendría diez carriles, carril exclusivo para bicicletas por lado y lado y andén, con paso elevado por el humedal; la Carrera Séptima, que pasará de tener solo dos carriles a cuatro (dos de entrada y dos de salida), carril exclusivo de bicicletas y andenes, y por última, la Calle 13, que quedará con diez carriles (cinco por sentido), uno exclusivo para transporte público, carril exclusivo para bicicletas en ambos lados y andén en ambos lados.
“Una cosa es que Bogotá subsidie al resto de Colombia. Eso me parece muy bien. Pero otra cosa es que los bogotanos paguemos peajes a la salida de las principales vías de la ciudad y no nos devuelven ni un centavo para mejorar esas vías”, agregó la alcaldesa.
Sin ir más lejos, con esto Claudia López se anotó un punto —al menos sobre el papel— para el desarrollo en movilidad de Bogotá con el presidente que va de salida, a la espera que el entrante, Gustavo Petro, mantenga las buenas relaciones Distrito-Nación que se han mantenido desde los dúos Santos-Peñalosa (2016-2018), Duque-Peñalosa (2018-2019) y Duque-López (2020-2022). “La vara le queda alta al gobierno entrante. El presidente Juan Manuel Santos financió la primera línea del metro y el presidente Iván Duque dejó financiada la segunda. El Gustavo Petro no puede ser inferior y esperemos que con él podamos dejar la tercera línea para Bogotá”, concluyó.
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