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La conversación de que Bogotá tenga un metro se remonta casi ocho décadas atrás. Este ha sido uno de los sueños que más se ha repetido de generación en generación en los bogotanos. Sin embargo, los esfuerzos hechos en las últimas administraciones prometen, ahora sí, cumplirle a la ciudad con esta deuda que se tiene en materia de movilidad.
En las últimas horas la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, habló sobre el avance que registra el proyecto de la Primera Línea del Metro, el cual se encuentra en una etapa que consiste en el traslado de acueducto, alcantarillado, energía y teléfonos. “En unas vamos bien, en otras estamos un poquito atrasados. Pero tenemos que ponernos al día”, manifestó.
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La meta, según la mandataria, es que en lo que resta de 2021 se terminen estas obras de traslado. Explicó que parte de las principales complicaciones se han tenido con las redes de acueducto, ya que se ha encontrado que las vías que fueron elegidas para hacer los desvíos no se encuentran en buen estado. “Primero tenemos que pavimentarlas para que podamos desviar el tráfico”, detalló.
Entre la información que entregó la mandataria, hubo un dato que destacó, y es la inclinación a que la segunda línea del metro, contrario a la primera, se haga de forma subterránea, por lo menos en los 15 kilómetros que llegan hasta Suba y Engativá. Al parecer, según la mandataria, hacia ese norte apuntarían los estudios de prefactibilidad que se darán a conocer a finales de abril.
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“El consorcio chino está haciendo este año la fase de preconstrucción, es decir, la fase de estudio y diseños de detalle, tanto del parque taller, como del viaducto y también de dos puntos críticos: el de la 68, que es donde se cruza la avenida primero de mayo con la 68, y el ferrocarril y el deprimido de la calle 72 con Caracas”, dijo. En suma, mientras el Distrito avanza en las obras de traslado de redes, el consorcio Chino lo hace en los estudios de prefactibilidad.
No obstante, aún no se puede dar por hecho que la segunda línea del metro vaya a ser subterránea, porque precisamente hay que esperar el resultado que den estos estudios, los cuales también mostrarán, entre otras cosas, el costo aproximado que tendrá este proyecto.
López aprovechó su intervención para reiterar que la segunda línea ya tiene un trazado definido, y es que bajará desde y por la calle 72 con Caracas, atravezará Barrios Unidos y Engativá, y llegará hasta la Avenida Ciudad de Cali. Allí seguirá por la misma avenida hacia el norte, cruzará la 80, el humedal Tibabuyes y el Juan Amarillo y cojera la reserva vial de la ALO hasta la avenida Suba. Finalmente bajará por la misma hasta Fontanar del río, en donde quedará el patio taller.
López aseguró que aún cuando se tengan los estudios de prefactibilidad, es probable que estos puedan variar entre un 10 % o 15 %, ya que es normal que sean “perfeccionados”. También recordó que es importante que la ciudad conozca el valor que tendrá esta obra, ya que esto le permitirá iniciar las conversaciones con el Gobierno Nacional, pues se espera que este aporte el 70 % del valor total y que el Distrito dé el 30 %, dinero que, según la alcaldesa, ya lo tiene asegurado la capital gracias a su Plan de Desarrollo.