“Sensibilizar no es suficiente para transformar prejuicios”: David Alonzo
El director de Diversidad Sexual, Poblaciones y Géneros dio a conocer las acciones afirmativas del Distrito para reducir las brechas de accesos a oportunidades y derechos de la comunidad LGBT.
Cristian Camilo Perico Mariño
Este 28 de junio se conmemorarán 40 años de la primera marcha LGBT en Colombia, tiempo en el que Bogotá ha sido una ciudad de puertas abiertas a quienes llegan de otras regiones huyendo de la discriminación.
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Este 28 de junio se conmemorarán 40 años de la primera marcha LGBT en Colombia, tiempo en el que Bogotá ha sido una ciudad de puertas abiertas a quienes llegan de otras regiones huyendo de la discriminación.
Conversamos con David Alonzo, director de Diversidad Sexual, Poblaciones y Géneros de la Secretaría de Planeación, sobre las acciones afirmativas para reducir brechas de acceso a oportunidades y derechos de este colectivo.
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¿Cómo está el panorama para las personas LGBT en la capital?
Bogotá es la capital de la diversidad, y eso, más que un eslogan, es una realidad. Hay una cultura más abierta, más respetuosa y activa en la defensa de los derechos. Pasamos del respaldo social a actos de discriminación a un rechazo social general. Hace años, si agredían a alguien, aplaudían al agresor. Hoy por lo menos nos indignamos y convocamos movilizaciones en redes.
¿Cómo garantizar oportunidades y reducción de las violencias?
En esto confluye la oferta distrital. Bogotá fue la primera que creó una casa refugio LGBT en América Latina. Para mantenerlos, esta administración pasó de invertir $38.000 millones (alcaldías de Samuel Moreno, Gustavo Petro y Enrique Peñalosa) a $52.000 millones en este período. La sociedad cambió y hay una exigencia ciudadana, desde la voluntad política de esta administración.
Claudia López prometió cinco casas refugio, ¿cómo va eso?
Espectacular. Hay un compromiso, eso es claro, pero ella en realidad dio su palabra sobre cuatro. Sin embargo, dijo que quería darle apertura a una quinta. En este momento cuatro están en operación y la última se entregará en Kennedy. Será antes de que deje su cargo.
¿Cuántos LGTB hay en Bogotá?
En la Encuesta Multipropósito 2021 hay un estimado, pero no soy partidario de hablar de datos exactos o de creerle mucho.
¿Por qué? ¿Hay errores?
Por dos razones: por el prejuicio de quien toma la información, aunque se haya capacitado. También porque la orientación sexual y la identidad de género son aspectos profundamente íntimos. Muchas personas no quieren manifestarlo.
No es del todo verídico y tiende a ser inexacto, pero... ¿Cuál es la cifra?
Según la Encuesta Multipropósito 2021, hay 66.530 personas pertenecientes a los sectores sociales LGBTI. De ellas, 66.378 son de la zona urbana y en la rural 151.
Según la Comisión Excelencia en la Justicia frente a temas de discriminación, la mayoría de las denuncias se quedan en indagación. ¿Qué apoyo brindan ustedes en esta materia?
Hemos atendido desde la Unidad contra la Discriminación, y con corte hasta el 31 de marzo, a 376 personas. De ahí 186 se autorreconocen como personas trans. Entre 2021 y 2022, 877 fueron atendidas frente a situaciones de violencia y homofobia, bifobia o transfobia, 35 casos fueron atendidos por la mesa de casos urgentes, 15 tienen seguimiento de la Fiscalía y nueve avanzan en proceso penal: cinco en individualización y cuatro en acusación.
Les brindamos asesoría y acompañamiento psicológico y jurídico. Les acompañamos para que reciban las denuncias, pero hasta ahí podemos llegar. No podemos darles representación jurídica, porque el Estado no lo permite. Falta una ley de la República que permita hacerlo, como pasa con las mujeres que son víctimas de ácido, violencia o trata de personas.
La organización Sentiido y Colombia Diversa dicen que 70 % de los jóvenes diversos se sienten inseguros en sus colegios. ¿Cómo combatir esto?
Este es uno de los retos más difíciles. Suena un poco pesimista, pero hay que tener sentido de realidad: las sensibilizaciones y las capacitaciones no son suficientes para transformar los prejuicios. Hemos tenido que enfrentar a padres que literalmente nos han dicho que “prefieren a sus hijos muertos antes de reconocer su orientación o identidad de género. En esos casos no hay sensibilización que valga.
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¿Qué hacen en esas situaciones?
Hablar con ellos, y si es necesario acelerar la operación del sistema judicial. Tenemos como enemigo al sistema patriarcal, de 3.000 años. Pero venimos adelantando procesos con la Secretaría de Educación y con las escuelas de padres para replantear sanciones en algunos manuales de convivencia.
Lanzaron la “Guía de atención en salud de personas trans y no binarias” en 2021. ¿Cómo va la implementación?
La guía sigue siendo voluntaria, porque la Secretaría de Salud no presta servicios y quien incide sobre las EPS e IPS es el Ministerio de Salud. Sin embargo, se la pasamos al viceministro, para que se convierta en lineamiento. Su expedición depende de ellos. En Bogotá hay un piloto en el hospital Simón Bolívar, porque no basta con que el personal sea sensible. Necesitamos conocimiento técnico para abordar los temas de salud desde la perspectiva trans.
Hay varias marchas planeadas. El fin de semana será la contramarcha y la general. Luego la Red Comunitaria Trans. ¿Por qué no una sola?
Todos somos distintos y cada quien tiene sus apuestas. Bogotá está llena de actividades, son más de 53 en el marco del Festival por la Igualdad para todos ellos. Hacer una marcha es una forma de expresión, es un ejercicio de visualización, todas son bienvenidas si no afectan a nadie.
¿Falta de cohesión en el colectivo?
No hay una única voz. Eso es parte de ser diversos. No es un movimiento homogéneo y, por lo tanto, no tendría que uniformarse. El movimiento social es crítico, incluso sobre sí mismo, y esa crítica es bienvenida en democracia. También creo que tras 40 años de la primera marcha se han generado otras apuestas, pero también estoy seguro de que hay una apuesta general por encontrarse en la marcha distrital, tanto quienes organizan la marcha del sur como quienes organizan Yo Marcho Trans.
Estamos “ad portas” de elegir a un nuevo alcalde. ¿Cuál sería el mayor temor frente al avance que se tiene, si no se trabaja sobre lo construido?
Por fortuna, la política pública LGBTI es de obligatorio cumplimiento. Si llega un gobierno opositor al colectivo, lo máximo que podrá hacer es mantener las cosas en el nivel en el que están. Eso sí, reducirá el presupuesto, y sin él, pues no se puede hacer nada. Lo cierto es que los movimientos sociales no lo permitirán, el avance que hemos logrado es de todos y la ciudadanía tendrá que hacer control en materia de acciones afirmativas.
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