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Una mañana álgida se vivió este viernes 7 de junio a las afueras del Concejo de Bogotá. Más de un centenar de vendedores informales, cuyo campo de acción es Transmilenio, se congregaron en la plaza del recinto Los Comuneros, alzando su voz contra lo que ellos denominan “un atropello”: el Artículo 181 del Plan, sobre las ventas en el sistema de transporte, el cual fue aprobado la semana pasada por la corporación.
No obstante, luego de una larga jornada, que estuvo a punto de denotar en un importante bloqueo para Bogotá, el gremio acordó esperar una mesa con el Distrito, pero con la advertencia de que habrá bloqueos en las troncales si los diálogos no llegan a buen puerto.
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El artículo de la discordia, titulado Prevención y atención de ventas informales en el SITP, ordena que para prevenir y atender el fenómeno de ventas informales en el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), todas las entidades distritales, que se encarguen de intervenir y atender a la población de vendedores informales, “deberán acompañar las actividades al interior de estaciones y portales, para contribuir en la mitigación de los factores que afectan la seguridad y a reducir los riesgos en la operación, en coordinación con Transmilenio S.A.”.
Para los vendedores, con este artículo, la administración del alcalde Carlos Fernando Galán estaría “criminalizando” su trabajo, en lugar de regularlo. Por eso, decidieron protestar y desde las 9:00 a.m. empezaron a llegar los líderes. Hay uno por cada portal y grupo de estaciones del sistema troncal de Transmilenio.
Entre los asistentes no solo hubo vendedores, también cantantes, raperos y artesanos. El sentimiento general es de rechazo frente al artículo pues, según ellos, pone a los más de 4.000 vendedores como ‘factores que afectan la seguridad’. “Nosotros no estamos delinquiendo”, resaltan. Sin embargo, la gran mayoría reconoce que el problema es “complejo”.
Entre algunos líderes, Juan Camilo Amaya, vende libros en Transmilenio, “por cultura, pero también para pagar el estudio”, dijo en conversación con El Espectador: “No solo personas ajenas a que no tengan un trabajo se sustentan de esto, sino jóvenes universitarios como yo, que estudio derecho en la Gran Colombia ¿El Concejo está seguro de que todos los que vendemos somos ladrones? Tienen caracterizados más de 4.000 personas, cada uno tenemos familia, muchas son mujeres cabeza de hogar o personas discapacitadas; somos, sumados a las bocas que alimentamos, más de 12.000 personas que vivimos de esto”, señaló.
El miedo es evidente: temen que con este artículo comience una “persecución”. “Si empiezan operativos en los portales, vamos a ser maltratados, como no se imagina el pueblo, y no lo harán delante de todos. Ya nos quitan las mercancías, nos tratan mal a las mujeres. Nos quitan los plantes”, dice Alexandra Betancourt, de 55 años, quien vende mentas y chicles en el Portal Suba, labor con la que sostiene a su familia.
Durante la manifestación, la impaciencia de los asistentes llevó a plantear un gran bloqueo, ya que ningún concejal ni representante del Distrito acudió a la Plaza. Principalmente, piden dos cosas: que se reestructure el Artículo 181 y que el Distrito abra una mesa técnica de diálogo para frenar las medidas coercitivas en el sistema.
“En Medellín los carnetizan, pero aquí eso no lo plantean. Con solo el hecho de pararse a vender en Transmilenio ya es un estigma para la autoridad. No se habla de cuánta plata se maneja en el TM gracias a las ventas informales. Tenemos proveedores que se lucran. Hay una cadena enorme detrás de este trabajo, el diálogo sebe ser acorde a esa realidad”, puntualizó Amaya.
La cabildante de la oposición, Heidy Sánchez (Pacto Histórico), quien votó en contra del PDD, salió a la plaza y señaló: “Hacemos el llamado a la administración de Carlos Fernando Galán para que pueda escuchar sus demandas y se acuerden salidas para garantizar los derechos al trabajo y al mínimo vital de vendedoras y vendedores”.
Los ánimos en la plaza se caldearon sobre las 11:00 de la mañana. Hubo incluso gritos contra el alcalde Galán, justo debajo de la estatua de su padre, que se erige a las afueras del cabildo distrital. El gremio, incluso, mostró sus divisiones internas, algo que reconocen los líderes.
Un bando quería tomarse las calles este viernes, y otro dialogar. Al final, se pusieron de acuerdo y optaron por esperar una mesa técnica con el Distrito, pero con una advertencia clara: “bloquearemos el Transmilenio de punta a punta si los acuerdos no nos favorecen”. Pusieron en la mesa que estos bloqueos se materializarían el miércoles de la otra semana.
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