“Soacha es un hueso, porque genera gastos y no ingresos”: Enrique Peñalosa
En medio de la propuesta de ProBogotá, de fusionar la ciudad con otros 11 municipios, para crear un área metropolitana, el alcalde de la ciudad sigue demostrando que la idea de fusionar la ciudad con Soacha no le cae muy bien.
-Redacción Bogotá -bogota@elespectador.com
Ante la propuesta de ProBogotá de crear un gobierno metropolitano, que busca integrar a 11 municipios de Cundinamarca con la capital, el alcalde Enrique Peñalosa afirmó: “Me preguntan por qué no fusionar Bogotá con Soacha, pues porque a mí no me van a dar solo el hueso, también quiero carne, municipios que reciben grandes sumas de dinero por impuestos como Cajicá o Chía”.
Leo: ¿Por qué Bogotá y los municipios aledaños deben crear un área metropolitana?
Ante esta afirmación, las voces de protesta y de indignación no se hicieron esperar. Al ser cuestionado por esta expresión en Blu Radio, indicó que esta fue sacada de contexto y que lo que busca es poder ayudar a esas zonas de la ciudad más vulnerables, con la fusión de otras más sólidas económicamente.
“Soacha es un municipio que tiene unas necesidades sociales enormes, que está creciendo en más de 11.000 familias por año y que no tiene capacidad de ingresos. Soacha genera gastos y no genera ingresos. Entonces, hay otros municipios que tienen ingresos muy altos y que no tienen pobres, por ejemplo, Sopó, Chía o Cajicá y pueden ayudar”, indicó el mandatario en diálogo con ese medio radial.
Además, agregó que la situación actual de Soacha es un problema nacional al cual se le debe prestar la debida atención, y enfatizó en que el término “hueso” que usó, fue para indicar que Soacha es un municipio que necesita dinero porque "tiene muchos ciudadanos pobres”, dijo a Blu Radio.
La idea de unir a Bogotá con otros municipios de Cundinamarca, no es nueva. Desde hace 40 años se ha venido planteando la posibilidad de trabajar en conjunto con los municipios aledaños, pero luego de la integración de Bosa, Engativá, Suba, Usaquén, Usme y Fontibón como localidades a la capital, se originó una prevención por el resto de municipios ante la posibilidad de crear una alianza y perder su autonomía territorial.
“Es un antecedente traumático que ha dificultado muchísimo la posibilidad de este diálogo y a eso se le puede agregar que la ciudad ha crecido de una manera importante, a tal punto que se atemorizan más de que esto en verdad pueda pasar”, dice María Mercedes Jaramillo, gerente de Desarrollo Sostenible de ProBogotá Región.
“Es un antecedente traumático que ha dificultado muchísimo la posibilidad de este diálogo y a eso se le puede agregar que la ciudad ha crecido de una manera importante, a tal punto que se atemorizan más de que esto en verdad pueda pasar”, dice María Mercedes Jaramillo, gerente de Desarrollo Sostenible de ProBogotá Región.
A pesar de esto, en los últimos años han surgido organizaciones como el Comité de Integración Territorial (CIT), la Asociación de Municipios de Sabana Centro (Asocentro), la Región Administrativa de Planificación Especial (RAPE) y recientemente el acuerdo de voluntades Región Vida, que buscan lograr acuerdos comunes a largo plazo entre los municipios y, de cierta manera, formalizar esta figura. No obstante, uno de los principales inconvenientes es la ausencia de un marco normativo que le permita a la región tener la figura de área metropolitana.
“La ley de áreas metropolitanas que está vigente no aplica para Bogotá. Esto debido a que cuando el Congreso la aprobó, excluyó a la ciudad y a los municipios vecinos por razones políticas que no aparecen explícitas ni en los audios de las audiencias ni en las actas de los debates”, agrega Jaramillo.
Para Jaramillo, si el tema es tratado con prioridad, tanto por la Alcaldía de Bogotá como por los municipios vecinos, en cinco años estaría consolidada el área metropolitana, en la que todos tendrían que comenzar a pensar en grande, al convertirse en una gran región con casi 9,3 millones de personas.
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Ante la propuesta de ProBogotá de crear un gobierno metropolitano, que busca integrar a 11 municipios de Cundinamarca con la capital, el alcalde Enrique Peñalosa afirmó: “Me preguntan por qué no fusionar Bogotá con Soacha, pues porque a mí no me van a dar solo el hueso, también quiero carne, municipios que reciben grandes sumas de dinero por impuestos como Cajicá o Chía”.
Leo: ¿Por qué Bogotá y los municipios aledaños deben crear un área metropolitana?
Ante esta afirmación, las voces de protesta y de indignación no se hicieron esperar. Al ser cuestionado por esta expresión en Blu Radio, indicó que esta fue sacada de contexto y que lo que busca es poder ayudar a esas zonas de la ciudad más vulnerables, con la fusión de otras más sólidas económicamente.
“Soacha es un municipio que tiene unas necesidades sociales enormes, que está creciendo en más de 11.000 familias por año y que no tiene capacidad de ingresos. Soacha genera gastos y no genera ingresos. Entonces, hay otros municipios que tienen ingresos muy altos y que no tienen pobres, por ejemplo, Sopó, Chía o Cajicá y pueden ayudar”, indicó el mandatario en diálogo con ese medio radial.
Además, agregó que la situación actual de Soacha es un problema nacional al cual se le debe prestar la debida atención, y enfatizó en que el término “hueso” que usó, fue para indicar que Soacha es un municipio que necesita dinero porque "tiene muchos ciudadanos pobres”, dijo a Blu Radio.
La idea de unir a Bogotá con otros municipios de Cundinamarca, no es nueva. Desde hace 40 años se ha venido planteando la posibilidad de trabajar en conjunto con los municipios aledaños, pero luego de la integración de Bosa, Engativá, Suba, Usaquén, Usme y Fontibón como localidades a la capital, se originó una prevención por el resto de municipios ante la posibilidad de crear una alianza y perder su autonomía territorial.
“Es un antecedente traumático que ha dificultado muchísimo la posibilidad de este diálogo y a eso se le puede agregar que la ciudad ha crecido de una manera importante, a tal punto que se atemorizan más de que esto en verdad pueda pasar”, dice María Mercedes Jaramillo, gerente de Desarrollo Sostenible de ProBogotá Región.
“Es un antecedente traumático que ha dificultado muchísimo la posibilidad de este diálogo y a eso se le puede agregar que la ciudad ha crecido de una manera importante, a tal punto que se atemorizan más de que esto en verdad pueda pasar”, dice María Mercedes Jaramillo, gerente de Desarrollo Sostenible de ProBogotá Región.
A pesar de esto, en los últimos años han surgido organizaciones como el Comité de Integración Territorial (CIT), la Asociación de Municipios de Sabana Centro (Asocentro), la Región Administrativa de Planificación Especial (RAPE) y recientemente el acuerdo de voluntades Región Vida, que buscan lograr acuerdos comunes a largo plazo entre los municipios y, de cierta manera, formalizar esta figura. No obstante, uno de los principales inconvenientes es la ausencia de un marco normativo que le permita a la región tener la figura de área metropolitana.
“La ley de áreas metropolitanas que está vigente no aplica para Bogotá. Esto debido a que cuando el Congreso la aprobó, excluyó a la ciudad y a los municipios vecinos por razones políticas que no aparecen explícitas ni en los audios de las audiencias ni en las actas de los debates”, agrega Jaramillo.
Para Jaramillo, si el tema es tratado con prioridad, tanto por la Alcaldía de Bogotá como por los municipios vecinos, en cinco años estaría consolidada el área metropolitana, en la que todos tendrían que comenzar a pensar en grande, al convertirse en una gran región con casi 9,3 millones de personas.
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