Soacha: falleció menor, de 11 años, que recibió un tiro en procedimiento policial
La víctima recibió el proyectil en la cabeza y le declararon muerte cerebral. Sus familiares afirman que salió del arma de dotación de un uniformado. No es el único caso. En situaciones similares el 11 de junio perdió la vida un joven de 15 años en Altos de Cazucá.
En la mañana de este miércoles, 2 de agosto, se confirmó el fallecimiento de Johan Sebastián Cautiva, el menor que resultó herido por un impacto de bala en medio de un operativo policial que se adelantó el pasado domingo 30 de julio sobre las 9:30 p.m.
Nota relacionada: Investigan actuación policial en muerte de joven en Soacha, su familia pide justicia.
De acuerdo con la versión de la Policía Metropolitana de Soacha, uniformados adscritos a la estación de Cazucá recibieron el reporte de una riña en el barrio Luis Carlos Galán, en la calle 56 con carrera 23 este, sector con el mismo nombre de CAI.
“Al llegar al sitio, los uniformados fueron agredidos, así que solicitaron refuerzos a través de la central de radio. Un grupo de personas arremetió contra los uniformados causándoles lesiones, un patrullero fue lesionado con arma corto-contundente en el pómulo izquierdo”, indican.
Sin embargo, en medio del operativo, la víctima, de 11 años, recibió un disparo en la cabeza por lo que fue remitido de urgencia al Hospital Cardiovascular, en donde se encontraba en estado crítico tras inducirlo en coma debido a la afectación orgánica en la que llegó.
Desde la sección Bogotá de El Espectador conocimos que tras el reporte médico, en el que se le dictaminó muerte cerebral, la familia adelanta los trámites correspondientes para donar sus órganos mientras asumen la pérdida.
Los hechos son materia de investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación, pues no se ha logrado identificar el origen del proyectil que terminó costándole la vida.
José Cautiva -de 37 años- tío de la víctima también resultó herido con un impacto de bala en el abdomen y afirma que el disparo lo hizo uno de los uniformados como retaliación a malestares que tenían previamente. Hipótesis que tendrá que ser sustentada.
Por su parte, el patrullero Robinson Ruiz recibió una herida con arma blanca en el pómulo izquierdo.
No sería el único caso
En una situación similar perdió la vida el pasado 11 de junio Edison Fabián Perdomo, de 15 años, quien fue asesinado en el sector de La Capilla, en el barrio Altos de Cazucá, de la comuna cuatro de Soacha.
Esto luego de que sobre las 6:45 de la mañana, integrantes de la Policía del vecino municipio recibieron el reporte de una riña, en la calle 48 con carrera 22B. Según Diomedes Perdomo, primo de la víctima, allí se celebraba una fiesta de cumpleaños, donde se desató una pelea y llamaron a la Policía.
Sin embargo, tras la llegada de varios uniformados —quienes pidieron refuerzos y terminaron siendo más de 10— todo terminó en un enfrentamiento con los civiles y en un presunto uso excesivo de la fuerza policial.
“A Edison lo habían invitado a una fiesta de 18 años. De un momento a otro empezó una pelea y se llamó a la Policía, pero ellos llegaron alebrestados y agresivos, y empezaron a golpear a todo el mundo. Por eso los muchachos se alborotaron y se defendieron. Esa gente [los uniformados] sacaron sus armas de dotación y empezaron a disparar. Unos muchachos tumbaron la moto de un policía y le estaban dando patadas. Fabián fue a hacer lo mismo y un uniformado le disparó en la cara”, narra su familiar.
Conforme con el reporte de Medicina Legal, el menor perdió la vida tras recibir un impacto de bala a la altura del pómulo derecho, lo cual le ocasionó la muerte de manera inmediata. No obstante, su deceso tuvo un agravante y es que en grabaciones de testigos se aprecia cómo dos de sus amigos intentaron socorrerlo y llevarlo en una moto a un centro asistencial, pero los policías lo impidieron. Incluso se ve en algunos videos que los amenazaron con un arma cortopunzante para evitar que se lo llevaran.
Lo que esperan los familiares de estos dos menores de edad es que se avance en el proceso judicial que logre dar con los responsables, aunque insisten en que los proyectiles salieron presuntamente de las armas de dotación de integrantes de la Policía.
Lea también: Refuerzan seguridad en 17 universidades de Bogotá para el regreso a clases.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
En la mañana de este miércoles, 2 de agosto, se confirmó el fallecimiento de Johan Sebastián Cautiva, el menor que resultó herido por un impacto de bala en medio de un operativo policial que se adelantó el pasado domingo 30 de julio sobre las 9:30 p.m.
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De acuerdo con la versión de la Policía Metropolitana de Soacha, uniformados adscritos a la estación de Cazucá recibieron el reporte de una riña en el barrio Luis Carlos Galán, en la calle 56 con carrera 23 este, sector con el mismo nombre de CAI.
“Al llegar al sitio, los uniformados fueron agredidos, así que solicitaron refuerzos a través de la central de radio. Un grupo de personas arremetió contra los uniformados causándoles lesiones, un patrullero fue lesionado con arma corto-contundente en el pómulo izquierdo”, indican.
Sin embargo, en medio del operativo, la víctima, de 11 años, recibió un disparo en la cabeza por lo que fue remitido de urgencia al Hospital Cardiovascular, en donde se encontraba en estado crítico tras inducirlo en coma debido a la afectación orgánica en la que llegó.
Desde la sección Bogotá de El Espectador conocimos que tras el reporte médico, en el que se le dictaminó muerte cerebral, la familia adelanta los trámites correspondientes para donar sus órganos mientras asumen la pérdida.
Los hechos son materia de investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación, pues no se ha logrado identificar el origen del proyectil que terminó costándole la vida.
José Cautiva -de 37 años- tío de la víctima también resultó herido con un impacto de bala en el abdomen y afirma que el disparo lo hizo uno de los uniformados como retaliación a malestares que tenían previamente. Hipótesis que tendrá que ser sustentada.
Por su parte, el patrullero Robinson Ruiz recibió una herida con arma blanca en el pómulo izquierdo.
No sería el único caso
En una situación similar perdió la vida el pasado 11 de junio Edison Fabián Perdomo, de 15 años, quien fue asesinado en el sector de La Capilla, en el barrio Altos de Cazucá, de la comuna cuatro de Soacha.
Esto luego de que sobre las 6:45 de la mañana, integrantes de la Policía del vecino municipio recibieron el reporte de una riña, en la calle 48 con carrera 22B. Según Diomedes Perdomo, primo de la víctima, allí se celebraba una fiesta de cumpleaños, donde se desató una pelea y llamaron a la Policía.
Sin embargo, tras la llegada de varios uniformados —quienes pidieron refuerzos y terminaron siendo más de 10— todo terminó en un enfrentamiento con los civiles y en un presunto uso excesivo de la fuerza policial.
“A Edison lo habían invitado a una fiesta de 18 años. De un momento a otro empezó una pelea y se llamó a la Policía, pero ellos llegaron alebrestados y agresivos, y empezaron a golpear a todo el mundo. Por eso los muchachos se alborotaron y se defendieron. Esa gente [los uniformados] sacaron sus armas de dotación y empezaron a disparar. Unos muchachos tumbaron la moto de un policía y le estaban dando patadas. Fabián fue a hacer lo mismo y un uniformado le disparó en la cara”, narra su familiar.
Conforme con el reporte de Medicina Legal, el menor perdió la vida tras recibir un impacto de bala a la altura del pómulo derecho, lo cual le ocasionó la muerte de manera inmediata. No obstante, su deceso tuvo un agravante y es que en grabaciones de testigos se aprecia cómo dos de sus amigos intentaron socorrerlo y llevarlo en una moto a un centro asistencial, pero los policías lo impidieron. Incluso se ve en algunos videos que los amenazaron con un arma cortopunzante para evitar que se lo llevaran.
Lo que esperan los familiares de estos dos menores de edad es que se avance en el proceso judicial que logre dar con los responsables, aunque insisten en que los proyectiles salieron presuntamente de las armas de dotación de integrantes de la Policía.
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