Bogotá cerró apoyo clave para construcción de universidad pública en Suba
El proyecto, que será el eje axiomático de la futura ciudadela de la educación y del cuidado, en Suba, tendrá el respaldo financiero del Gobierno Nacional.
En el marco de una de las polémicas que la alcaldesa Claudia López libra en el ocaso de su mandato, el Distrito ha logrado cerrar un importante apoyo económico para construir el Multicampus Suba.
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Este centro educativo, que se constituiría como la primera universidad pública de la localidad, sería construido en los predios que, en un principio, estaban destinados para la construcción de la ALO (Avenida Longitudinal de Occidente) Norte, un corredor fundamental para desatascar la ya de por sí complicada movilidad de Suba y alrededores.
En contra de las críticas de algunos sectores sobre el proyecto, la mandataria ha dado pasos de gigante para dejar marchando el que sería un complejo denominado como la Ciudadela de la Educación y del Cuidado, del cual la futura alma mater sería la pieza central.
Durante la inauguración del Colegio Jaime Niño, la mandataria saliente anunció la firma de un millonario convenio con el Ministerio de Educación, para financiar la construcción del Multicampus Suba. Aunque el trato se cerró el pasado 7 de diciembre, López aprovecho la oportunidad en el marco de la “maratón de entrega de colegios” para anunciar su nueva puntada en la materialización de este proyecto.
“El Distrito pondrá el suelo, que ya está titulado a nombre de RenoBo, Empresa de Renovación Urbana, y el Gobierno Nacional aportará alrededor de $346.000 millones para que Suba tenga el primer multicampus con las cuatro universidades públicas de Bogotá: la Nacional, la Distrital, la Pedagógica y el Sena. Eso es un hecho, un compromiso que le agradezco al presidente de la República haber honrado”, anunció la mandataria durante el evento.
Los recursos que dará el Gobierno Nacional deberán ser utilizados para los diseños, construcción e interventoría de la estructura, que tendrá un área superior a 59.700 metros cuadrados, y una capacidad para cerca de 17.000 estudiantes.
El convenio también incluye la ampliación de la Universidad Pública de Kennedy, concebida como en el primer Multicampus de Bogotá, construido en la Alcaldía del hoy presidente Gustavo Petro. En este lugar, el Gobierno Nacional apoyará la ampliación de estas instalaciones en el mismo lote, con 10.000 metros cuadrados de disponibilidad para extensión, aumentando así la capacidad de operación de las universidades públicas que ofrecen sus programas en dicha infraestructura.
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Implicaciones de la futura ciudadela
Con este importante apoyo, la administración disparó su última bala de cara a consolidar uno de los proyectos más controversiales. La nueva ciudadela tendría un costo cercano a los $322.00 millones y plantea construir cerca de 14.000 viviendas en 70 hectáreas, en predios que estaban guardados para la ALO Norte. Este complejo, se complementaría con la universidad y pretendería consolidar la Bogotá de 30 minutos, uno de los bastiones que más impulsó la administración López.
Si bien, sobre la marcha, el proyecto plantea la construcción de infraestructura que beneficiaría la población de Suba, las implicaciones de la iniciativa, sobre todo en materia de movilidad, han despertado inquietudes en expertos y en el propio alcalde electo, Carlos Fernando Galán.
Juan Eduardo Chica Mejía, docente y líder del Urban Lab Bogotá Región, apunta que un proyecto de esta magnitud obliga a pensar cómo será exitoso teniendo en cuenta los déficits de movilidad del territorio. “Se hace necesario un consenso sobre su pertinencia. Este territorio merece más concertación, teniendo en cuenta que los terrenos eran para la ALO Norte”, dice.
Otro detalle poco popular es el recorrido que plantea y que, por no cruzar el humedal Juan Amarillo, obliga a conectar con la avenida Ciudad de Cali. “Para la salida norte solo está la séptima y la Autonorte. Es necesaria una vía en esa zona, por ser tan densa. Con esta obra se pierde la oportunidad de la ALO y solo queda la opción de la Boyacá, que también cruza por 20 hectáreas de la Van der Hammen, aspecto que contradice a la alcaldesa”, añade.
A las voces en contra del proyecto se suma el exalcalde Enrique Peñalosa, quien se refirió a los funcionarios de Renobo que renunciaron a consecuencia de proyecto, como “heroicos”. Por ahora, Renobo y la Secretaría de Hábitat, que está frente al proyecto, guardan silencio. Según el cronograma, se recibirán propuestas hasta el 4 de diciembre y el 15 adjudicarán. Los opositores se preguntan ¿qué contratista querrá asumir esta obra?
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Este centro educativo, que se constituiría como la primera universidad pública de la localidad, sería construido en los predios que, en un principio, estaban destinados para la construcción de la ALO (Avenida Longitudinal de Occidente) Norte, un corredor fundamental para desatascar la ya de por sí complicada movilidad de Suba y alrededores.
En contra de las críticas de algunos sectores sobre el proyecto, la mandataria ha dado pasos de gigante para dejar marchando el que sería un complejo denominado como la Ciudadela de la Educación y del Cuidado, del cual la futura alma mater sería la pieza central.
Durante la inauguración del Colegio Jaime Niño, la mandataria saliente anunció la firma de un millonario convenio con el Ministerio de Educación, para financiar la construcción del Multicampus Suba. Aunque el trato se cerró el pasado 7 de diciembre, López aprovecho la oportunidad en el marco de la “maratón de entrega de colegios” para anunciar su nueva puntada en la materialización de este proyecto.
“El Distrito pondrá el suelo, que ya está titulado a nombre de RenoBo, Empresa de Renovación Urbana, y el Gobierno Nacional aportará alrededor de $346.000 millones para que Suba tenga el primer multicampus con las cuatro universidades públicas de Bogotá: la Nacional, la Distrital, la Pedagógica y el Sena. Eso es un hecho, un compromiso que le agradezco al presidente de la República haber honrado”, anunció la mandataria durante el evento.
Los recursos que dará el Gobierno Nacional deberán ser utilizados para los diseños, construcción e interventoría de la estructura, que tendrá un área superior a 59.700 metros cuadrados, y una capacidad para cerca de 17.000 estudiantes.
El convenio también incluye la ampliación de la Universidad Pública de Kennedy, concebida como en el primer Multicampus de Bogotá, construido en la Alcaldía del hoy presidente Gustavo Petro. En este lugar, el Gobierno Nacional apoyará la ampliación de estas instalaciones en el mismo lote, con 10.000 metros cuadrados de disponibilidad para extensión, aumentando así la capacidad de operación de las universidades públicas que ofrecen sus programas en dicha infraestructura.
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Implicaciones de la futura ciudadela
Con este importante apoyo, la administración disparó su última bala de cara a consolidar uno de los proyectos más controversiales. La nueva ciudadela tendría un costo cercano a los $322.00 millones y plantea construir cerca de 14.000 viviendas en 70 hectáreas, en predios que estaban guardados para la ALO Norte. Este complejo, se complementaría con la universidad y pretendería consolidar la Bogotá de 30 minutos, uno de los bastiones que más impulsó la administración López.
Si bien, sobre la marcha, el proyecto plantea la construcción de infraestructura que beneficiaría la población de Suba, las implicaciones de la iniciativa, sobre todo en materia de movilidad, han despertado inquietudes en expertos y en el propio alcalde electo, Carlos Fernando Galán.
Juan Eduardo Chica Mejía, docente y líder del Urban Lab Bogotá Región, apunta que un proyecto de esta magnitud obliga a pensar cómo será exitoso teniendo en cuenta los déficits de movilidad del territorio. “Se hace necesario un consenso sobre su pertinencia. Este territorio merece más concertación, teniendo en cuenta que los terrenos eran para la ALO Norte”, dice.
Otro detalle poco popular es el recorrido que plantea y que, por no cruzar el humedal Juan Amarillo, obliga a conectar con la avenida Ciudad de Cali. “Para la salida norte solo está la séptima y la Autonorte. Es necesaria una vía en esa zona, por ser tan densa. Con esta obra se pierde la oportunidad de la ALO y solo queda la opción de la Boyacá, que también cruza por 20 hectáreas de la Van der Hammen, aspecto que contradice a la alcaldesa”, añade.
A las voces en contra del proyecto se suma el exalcalde Enrique Peñalosa, quien se refirió a los funcionarios de Renobo que renunciaron a consecuencia de proyecto, como “heroicos”. Por ahora, Renobo y la Secretaría de Hábitat, que está frente al proyecto, guardan silencio. Según el cronograma, se recibirán propuestas hasta el 4 de diciembre y el 15 adjudicarán. Los opositores se preguntan ¿qué contratista querrá asumir esta obra?
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