Superbloques, metros y otras perspectivas desde España sobre la movilidad en Bogotá
En conversación con la sección Bogotá de El Espectador, Ricard Font, expresidente de Ferrocarriles de Cataluña, habla sobre las medidas pedagógicas para reformar el espacio público, el futuro de las líneas de Metro y de cuanto depende el futuro de la humanidad en el modo en que nos transportamos.
Fernan Fortich
En la capital del país se desarrollan importantes proyectos de movilidad, con los que la administración no solo busca mejorar los tiempos de desplazamiento, sino mejorar la calidad de vida y cumplir con los ambiciosos objetivos de desarrollo sostenible.
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En la capital del país se desarrollan importantes proyectos de movilidad, con los que la administración no solo busca mejorar los tiempos de desplazamiento, sino mejorar la calidad de vida y cumplir con los ambiciosos objetivos de desarrollo sostenible.
Con este fin, en Bogotá se desarrolla la Semana de la Movilidad Sostenible, en la que decenas de expertos se dieron cita en la ciudad para compartir sus experiencias locales, así como observar las apuestas que ha hecho la capital en términos de movilidad en su contexto particular.
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Al observar la manera en que fue diseñada la ciudad, por su pasado colonial, las calles de Bogotá tienen una fuerte similitud con algunas de España, con calles y carreras construidas en modelos de cuadrillas uniformes, que marcaron la arquitectura y el urbanismo ibérico de ese momento.
Así, las ciudades españolas han enfrentado, o enfrentan aún, las mismas problemáticas que la capital del país, como la congestión vehicular, la calidad del aire y la selección de como reformar la movilidad urbana y de la periferia.
De esta manera, en conversación con la sección Bogotá de El Espectador, Ricard Font, secretario general del Departamento de la Vicepresidencia y expresidente de Ferrocarriles de Cataluña, discute sobre las medidas pedagógicas para reformar el espacio público, el futuro de las líneas de Metro y de cuanto depende el futuro de la humanidad en el modo en que nos transportamos.
Este jueves se implementa la medida del Día sin Carro, que se implementa hace años en la ciudad y el mundo. ¿Qué tan efectiva es esta medida y porque es crucial pensar una ciudad sin automóviles particulares?
En los últimos 100 años hemos asociado el progreso económico, el progreso social y las ciudades líderes con el vehículo privado. Hemos asociado al avión, a los aeropuertos, a su conectividad marítima, por tanto, aquellas ciudades que están mejor conectadas son aquellas ciudades que ofrecían más y mejores oportunidades. Sin embargo, ahora es el reto es que las ciudades consigan que su espacio público sea pensado para las personas y que tengan un sistema de transporte público, para hacer más cómodo, más seguro, más tranquilo y con más oportunidades al viaje. Por esto se debe repensar la ciudad con diferentes protagonismo en términos de movilidad.
En Barcelona se han implementado los Superbloques (Superilles) que es este concepto de diseño urbano destinado a minimizar la presencia de coches en los centros de las ciudades. Más allá de las actividades pedagógicas, ¿Cuál es el impacto de las intervenciones físicas para cambiar la mentalidad en como nos movilizamos?
En la ciudad teníamos el reto de las altas tasas de mortalidad por la contaminación del aire y por eso se implementó un plan para lograr recuperar el espacio público, en el que el protagonista siempre ha sido el carro particular. El objetivo es recuperar el espacio público para que los peatones, aumentando el área disponible para ellos.
Con los límites de velocidad y zonas sin vehículos particulares, se logran reducir la emisiones carbono y los decibeles de ruido relacionados con el tráfico y también lograr que, por ejemplo, en los andenes pueda instalarse un café, un padre con su hijo. De eso, debe tratar la movilidad sostenible en la búsqueda por la mejora de la calidad del aire, por la mejora de las oportunidades para poder disfrutar del espacio y público, barrios de calidad.
Esto último recuerda a la propuesta del Corredor Verde por la Séptima, en la reducción de los carriles de vehículos particulares ha generado malestar en distintos sectores. ¿Cómo lograr estos cambios en la movilidad teniendo en cuenta las necesidades actuales de los conductores?
Hay que establecer medidas previas antes de tomar decisiones de este tipo, y para esto es clave garantizar el transporte público y las otras formas de moverse en la ciudad. El automóvil solía ser el vehículo de las clases pudientes en el país, pero ahora es el transporte público por su fiabilidad y beneficios. Para dar un dato, en España el promedio de edad en el que las personas sacan su licencia de conducción es alrededor de los 35 años, mientras la mayoría de edad es a los 18, lo que muestra el espacio que ha tomado el transporte público.
En la ciudad hay un debate activo frente a la construcción de la Primera Línea del metro de Bogotá. En este momento, se está evaluando la posibilidad de que parte de esta sea subterránea. ¿Que opina de este debate y qué elementos deben tenerse en cuenta?
Aquí lo debe existir, es un debate técnico y no político. Tanto elevado como soterrado, la línea del metro debe hacerse. Es un compromiso de todos los países cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales no logramos en 2020 y tengo mis dudas que logremos las que establecimos en 2030.
En Barcelona tenemos la Línea 10 del Metro, que llevamos construyendo por más de 15 años, y tiene partes subterráneas y elevadas, por lo que ambos modelos son válidos. Efectivamente, los costos de construcción y de operación son mayores en el caso de una línea subterránea, pero hay que tener en cuenta es como cambiará la calidad de vida de las personas, como cambiara la ciudad y los impactos urbanísticos que significa.
En la ciudad se desarrollan varios proyectos ferroviarios, el Metro y las línea de Regiotram, que este tren de cercanías, que hace parte del reto nacional de reactivar las vías férreas. ¿Cómo ve este desafío que enfrenta la región y qué elementos diferenciales trae las mejoras en el sistema ferroviario, en particular en el transporte de pasajeros?
En Europa nosotros también nos hemos olvidado de los sistemas ferroviarios, porque se consideraban anticuados frente a otros modelos de transporte. Sin embargo, estos se han ido recuperando por su capacidad para transportar pasajeros y su fidelidad. En el mundo ha llegado la era de los trenes, que permiten pensar en ciudades, en las cuales los vehículos privados tenga un papel secundario, y en tener sistema de transporte público más amables.
Según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Latinoamérica solo el 10% de los vagones que se movilizan en la región son utilizados para movilizar pasajeros.
BID
¿Cuáles son los príncipes retos para lograr una movilidad sostenible y socialmente justa en el mundo, y en particular en el contexto de Bogotá?
Bogotá parece tener en sus planes y las inversiones previstas para ser una ciudad líder en el mundo en términos de movilidad, en términos económicos, sociales y ambientales, y tener los elementos que tendrán las ciudades que van a triunfar en el futuro. Hay que garantizar la calidad del transporte público.
Se necesita mejorar en los sistemas de información para conocer a detalle y en tiempo real la manera en se moviliza la comunidad y que el estado comprenda cuál es la experiencia de viaje que están experimentados los ciudadanos. El reto sigue siendo el cambio climático, e integrar cada vez más corredores verdes y sistemas intermodales para cubrir todas las demandas de viajes en la ciudad de manera sostenible.
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