Taxistas acuden de nuevo a las vías de hecho y amenazan con paro indefinido
Algunos miembros del gremio de transporte bloquearon tres accesos a la ciudad, donde hubo choques con la fuerza pública. El alcalde dice que el diálogo es imposible si sigue la actitud beligerante. Los taxistas señalan que, hasta no existir una regulación estricta para el transporte por aplicación, no dejarán de protestar.
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Como si no fueran suficientes los líos cotidianos, este martes la movilidad en Bogotá fue un dolor de cabeza. Por tercera vez, en los últimos meses, un grupo de taxistas acudió a las vías de hecho, para reiterar su malestar por la falta de control al servicio de transporte individual de pasajeros en vehículos particulares, promovida por diversas APP. A diferencia del mes pasado, cuando bloquearon el acceso al aeropuerto, esta vez se concentraron en la Calle 13, la 80 y la autopista Sur, afectando el tránsito en los accesos a la ciudad.
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Como si no fueran suficientes los líos cotidianos, este martes la movilidad en Bogotá fue un dolor de cabeza. Por tercera vez, en los últimos meses, un grupo de taxistas acudió a las vías de hecho, para reiterar su malestar por la falta de control al servicio de transporte individual de pasajeros en vehículos particulares, promovida por diversas APP. A diferencia del mes pasado, cuando bloquearon el acceso al aeropuerto, esta vez se concentraron en la Calle 13, la 80 y la autopista Sur, afectando el tránsito en los accesos a la ciudad.
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Por esto, entre las 5:00 y las 7:00 a.m., quienes ingresaban y salían de la ciudad, tuvieron que continuar sus trayectos a pie. La Policía desplegó un contingente, que incluyó a la UDMO o antiguo ESMAD y funcionarios de las secretarías de Seguridad y Movilidad, para disuadir los bloqueos. Sin embargo, los taxistas optaron por mantenerlos y se enfrentaron a las autoridades.
Bloqueos y desmanes
Pronto la mancha amarilla, que saboteó el tráfico, se expandió hasta Yomasa, en Usme, y a la autopista Sur con 170, en donde los taxistas en paro pincharon las llantas de los colegas, que no se sumaron. Hasta allí llegaron las autoridades, capturaron a un conductor, expulsaron a los manifestantes y despejaron el bloqueo. Lo mismo ocurrió en la calle 13 con carrera 123, donde, no contentos con bloquear un corredor, por donde transita a diario casi un millón de vehículos, atravesaron una tractomula.
Emilse García, dueña de un puesto de bebidas de la zona, narró como seis taxistas acorralaron el camión de la empresa Envía y le pincharon las llantas. “Cuando el camión iba a hacer el cruce, las llantas comenzaron a explotar y por eso quedó atravesado en la vía”. Los taxistas lograron cortar el flujo en la calle 13, generando un trancón de cinco kilómetros, que desbordaba los límites de la capital.
Mientras llegaba una grúa y un contingente de tránsito, para controlar la avalancha desbordada de pitos y vehículos apiñados, los pasajeros que intentaban ir a sus trabajos y colegios, no tuvieron más opción que caminar. John Mario Gómez y su hija, que venían de Mosquera, tuvieron que bajarse de la flota, para seguir rumbo a un colegio en Fontibón. Faltando 10 para las 7:00 a.m., sin más vías para tomar y con el tiempo justo, se dispusieron a correr hasta el Éxito, en donde fueron recogidos por un bicitaxi. Poco antes de abordar, Gómez dijo “estoy cansado de perder días de trabajo y llegar tarde por culpa de este problema”.
Los conductores de flota intermunicipal también se vieron afectados. Hilario Ramírez, conductor de un bus que sale desde Madrid, aseguró que los trancones les quitan dos o tres viajes, que podrían hacer en el tiempo que permanece en un trancón. Eso, “lógicamente es plata, que uno después tiene que reponer doblándose”.
El cuello de botella provocado por la caravana de taxistas, que adelantaban plan tortuga, se trasladó en cuestión de minutos a la carrera 90 con calle 13. La velocidad normal del corredor se ralentizó en un 88 % hasta que los taxistas llegaron a la Av. Boyacá y tomaron las Américas. El flujo normal se recuperó al cabo de media hora y los calibradores de ruta, que marcan el tiempo de los intermunicipales en la intersección con la Boyacá, vuelven a embonar sus cálculos en el cuaderno. “Aquí siempre hay trancón y uno trabaja con eso, pero con plan tortuga, es difícil, porque la diferencia de tiempos sube hasta una hora por trayecto. Cuando eso pasa, uno saca la silla, se acomoda en un árbol para que no le pegue el sol, y espera”.
Choque por ley sin regular
Los taxistas justifican el caos en que el Gobierno les ha incumplido con las compensaciones y otras medidas, para equilibrar la competencia desleal. En medio de esa disputa quedó Bogotá y otras capitales del país, cuya movilidad se vio perjudicada. Desde el Distrito, en el balance de la jornada, informaron que se han adelantado seis reuniones previas, para buscar salidas. Empero, como lo señaló el alcalde Carlos Fernando Galán, el marco normativo sigue siendo competencia del Gobierno Nacional. Hoy todas las aplicaciones de transporte son legales. El tema que no ha sido resuelto y que la ley sigue prohibiendo es que se preste el servicio en carros particulares. Es decir, la regulación continúa a medias.
Este vacío legal, hasta tanto no se resuelva, seguirá siendo la chispa detrás de los paros y los bloqueos en la ciudad. Por lo que se sabe, no se ve solución a corto plazo. ¿Cuándo las autoridades cumplirán su papel y entregarán una solución definitiva? ¿Hasta cuándo los ciudadanos tendrán que seguir sufriendo las protestas y las vías de hecho de los taxistas? Hoy, los líderes del gremio se reunirán con el alcalde, a las ocho de la mañana, para definir si continúan o no con el paro. Sin embargo, en vista de la disyuntiva anteriormente descrita, es muy poco lo que la ciudad puede hacer para aliviar su descontento.
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