Temprano desgaste de la aprobación de Carlos Fernando Galán, ¿cuál es la causa?
Con seis meses de mandato, la aprobación del alcalde Carlos Fernando Galán sufrió una caída de 12 puntos, entre abril y junio, según la última encuesta Invamer. ¿Cuál es la razón?
Miguel Ángel Vivas Tróchez
Lejos del arrasador triunfo de las elecciones pasadas, la popularidad de Carlos Fernando Galán, con tan solo seis meses de mandato, muestra un temprano desgaste. Al menos, es lo que indica la reciente encuesta de Invamer, tras la pregunta de “si aprueban o desaprueban su gestión”. Los resultados muestran que entre abril y junio su aprobación cayó de 59% a 47 % y su desaprobación pasó de 29% a 44%.
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Lejos del arrasador triunfo de las elecciones pasadas, la popularidad de Carlos Fernando Galán, con tan solo seis meses de mandato, muestra un temprano desgaste. Al menos, es lo que indica la reciente encuesta de Invamer, tras la pregunta de “si aprueban o desaprueban su gestión”. Los resultados muestran que entre abril y junio su aprobación cayó de 59% a 47 % y su desaprobación pasó de 29% a 44%.
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Sin embargo, vale aclarar, esta tendencia del primer semestre de mandato ha sido una constante entre los últimos alcaldes. Samuel Moreno, por ejemplo, pasó de 61% a 46 %; Gustavo Petro, de 48 % a 30 %; Enrique Peñalosa, de 36 % a 33 %, y Claudia López, de 89% a 76%. El asunto es que, en el caso de Galán, hay factores que enciende las alarmas.
Según los expertos, la situación se explica en que los bogotanos aún no sienten una mejoría en la seguridad, situación que también quedó reflejada en la encuesta, donde no solo el 74% cree que las cosas en la ciudad están empeorando, sino que el 54% cree que el principal problema es la inseguridad. De ahí, que para un mandatario electo bajo la consiga de “una Bogotá que camina más segura”, dicha situación solo pueda reflejarse en la erosión de su credibilidad. Repasamos lo que hay detrás.
Una promesa difícil de cumplir
Carlos Arias, docente de Comunicación Política de la U. Externado, señala que el ámbito de seguridad es el lastre con más repercusión en la popularidad del alcalde. “La promesa de seguridad que hizo Galán en su campaña es difícil de cumplir, en primer lugar, porque es un tema que no depende únicamente de él. La articulación de las fuerzas armadas, como la Policía Nacional y el Ejército, también influye en cómo se combate un problema como la inseguridad”, explicó.
Por otro lado, el también analista político, Gabriel Cifuentes, opina que el meollo del problema radica en que la victimización de la ciudad es la más elevada de la encuesta. “Vemos que ya no es una tema de percepción, sino de personas que realmente dicen haber sido afectadas por un delito, en los que resaltan el robo y la extorsión”, sentenció. En medio de este panorama retador, Cifuentes señala que el alcalde ha tenido problemas, tanto en la articulación de su discurso, en la ejecución de estrategias que sean acordes con el panorama retador.
En el mundo de comunicación, un gesto, o una palabra, puede pesar muchísimo más que los hechos. Los expertos coinciden en que Galán, dado su carácter intrínseco, no es una figura que pretenda ser alguien de “mano dura” o que entre en conflicto con algunos sectores. En el tema de la seguridad, por ejemplo, este tipo de actitudes puede cobrar factura, sobre todo en el tema de la popularidad.
Racionamiento mal comunicado
La forma en la cual Carlos Fernando Galán ha efectuado el racionamiento de agua, ha tenido cuestionamientos técnicos de toda índole. Sin embargo, para Carlos Arias, la estrategia de comunicación en torno al tema, ha sido una de las principales debilidades. Cifuentes coincide y asevera que el manejo del racionamiento ha sido desordenado.
Plan de Desarrollo y gobiernos locales
Pese a que el nombramiento de los alcaldes escapa a la mayoría de prioridades de la gente común, el retraso en su designación pudo restar margen de gobernabilidad a Galán. Y, por consiguiente, un impacto real de su programa en los barrios. El profesor Arias menciona que, el tardío nombramiento de los alcaldes locales, en las localidades de Bogotá, le inhibió de mejorar la calidad de vida en las localidades.
Por otro lado, la discusión en el marco de la aprobación del Plan de Desarrollo, pudo jugarle en contra. Si bien, el tema de la aprobación de la ALO pudo favorecer su aprobación en quienes comparten la postura de construirla, dicha maniobra lo alejó de la bancada de la Alianza Verde, la más votada del Concejo de Bogotá, y un aliado clave en lo que resta del cuatrienio.
Asimismo, en la discusión que precedió la aprobación, se evidenció la intención del alcalde para imponer nuevos impuestos a los bogotanos. Si bien, la iniciativa no prosperó, precisamente por el roce con los Verdes, a un bloque de la ciudadanía le pudo resultar inconveniente el hecho de que el mandatario quisiera crear nuevas obligaciones tributarias.
Finalmente, otra de las polémicas en torno al documento, derivó en la inclusión de un artículo para crear una solución, “de alta capacidad”, para la carrera séptima. El Espectador pudo conocer que, dicha directriz, generó malestar entre los vecinos del emblemático corredor, por cuanto, durante la campaña, se reunieron con él para detener el Corredor Verde que intentó adjudicar Claudia López.
Ambos expertos coinciden en que Galán tiene margen de maniobra. Pero esto radicaría, por ejemplo, en volver a la estrategia que le dio resultado en las elecciones, e incluso en la etapa más crítica de los incendios. Esto es, un alcalde más cercano a los problemas y las calles, con las botas puestas, y siempre atento a cualquier situación. Por más relevantes que resulten los foros con los gremios y entes internacionales, la soberanía popular siempre recaerá en la ciudadanía.
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