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Terminó el trabajo de campo del censo de habitantes de calle en Bogotá. 19 de las 20 localidades -excepto Sumapaz, pues según el Distrito no hay presencia de esta población- fueron recorridas por 599 de censistas de la secretaría de Integración Social e Idipron.
El 30 de septiembre se dio inicio a la primera jornada, en las localidades de Santa Fe y La Candelaria. Luego, el turno fue para Los Mártires; el tercer día fue en Puente Aranda; y así hasta completar, en forma de caracol, empezando por el centro, sur, occidente y luego terminando al norte de la capital.
Resultados preliminares
El último conteo de esta población se realizó en 2017, cuando se encontró que en la ciudad vivían 9.538 personas en condición de calle. Siete años después se estima que esta cifra aumentó, producto de la pandemia, la ola migratoria y la crisis económica.
Al termino de este recorrido, el secretario de Integración Social, Roberto Angulo, detalló algunos resultados preliminares que encontraron durante las jornadas: Los Mártires, Santa Fe, Kennedy y Puente Aranda siguen siendo las localidades que concentran el mayor número de habitantes de calle, pero las dos primeras, junto con Teusaquillo, muestran a la vez una reducción del fenómeno. Mientras que en Bosa, Suba y Fontibón, aumenta esta población. “Parece ser que el fenómeno se está dispersando en las periferias de la ciudad”, señaló Angulo.
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Al detalle, Cindy García, integrante del Equipo de la Subdirección para la Adultez, le contó a El Espectador, que en La Candelaria, hay habitantes de calle extrovertidos; Santa Fe, mayor densidad y su estado de cuidado es mínimo; Antonio Nariño, son más adultos mayores y han decidido seguir la habitanza de calle como su camino de vida; Puente Aranda, Usme, Rafael Uribe, Ciudad Bolívar, viven ahí porque aún están sus familiares; Kennedy, es un corredor para transitar; Engativá y Fontibón, mayor concentración en los canales y carreteros; y hacia el norte, dijo, están muy dispersos.
Según Integración Social, el análisis del censo será entre octubre y noviembre, y los primeros resultados se presentarán a finales de año, mientras que los finales se conocerán en enero de 2025.
El objetivo del ejercicio, agregan, es fundamental para formular estrategias más robustas en cuánto a prevención del consumo problemático de sustancias psicoactivas; de violencia en el contexto familiar; proyectos de vida, para la superación de habitabilidad en calle y, además, aperturar siete unidades operativas adicionales; la vinculación de 1.500 personas en programas de prevención de riesgo de habitar la calle, y 3.400 ciudadanos en servicios sociales de permanencia.
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