“TM sabe en qué se invierte cada centavo del transporte”: operadores privados
Claudia López, en lanzamiento de operador público La Rolita, dijo que ahora se sabrá si lo que se paga por el pasaje en el transporte es lo justo. Privados, respondieron que su afirmación de desinformada.
Contra viento y marea, a pesar de la incertidumbre jurídica y los reparos, la alcaldesa de Bogotá lanzó oficialmente “La Rolita”, como el primer operador público de transporte en la capital. Y en medio de su inauguración, hizo afirmaciones que no cayeron bien entre los operadores privados, quienes respondieron con una misiva dirigida al ministro de Transporte, a la alcaldesa Claudia López y al gerente de Transmilenio. En ella calificaron de desafortunadas y desinformadas, las afirmaciones de la mandataria distrital.
Palabras más, palabras menos, López señaló que con el nuevo operador se podría saber si las cuentas que presentan los operadores privados si cuadran o si son exageradas, afectando la tarifa del pasaje en el transporte público. “Hoy Bogotá está a ciegas, tiene solo operadores privados y dependemos de lo que ellos nos digan sobre cuánto cuesta el servicio; si ese es el punto óptimo del servicio y si tienen o no ganancias exageradas”.
Y agregó: “La verdad es que no lo sabemos, porque no tenemos con qué comparar. A partir de hoy, los bogotanos tenemos contra qué comparar, para que nadie nos meta las manos en la boca y mucho menos al bolsillo, y sepamos cada peso que va al transporte publico si se está usando de la manera más eficiente, más solidaria y sostenible. Vamos a saber cuánto vale operar un bus de verdad (...)”.
Ante esto, y luego de “extenderle nuestra más sincera bienvenida al Operador Distrital de Transporte La Rolita al Sistema Integrado de Transporte Público” (pese a que son los promotores del proceso legal que busca la anulación del artículo que autoriza su creación), los operadores calificaron las palabras de la alcaldesa como equivocadas. “Parten de un total desconocimiento del rol, competencias e información que realmente tiene Transmilenio S.A. (TM)”, pues desde 2008 tiene acceso a toda la información financiera, por lo que hay trazabilidad de cada centavo que se usa para la operación del sistema.
“El discurso de la alcaldesa sataniza a los actores privados, que son agentes fundamentales dentro del Sistema Integrado de Transporte Público. Este tipo de mensajes, lo único que hacen es radicalizar aún más la antipatía que parte de la ciudadanía siente por el SITP y el Sistema Transmilenio, lo que termina legitimando en el imaginario colectivo actividades como la evasión del pago del pasaje, la falta de cultura ciudadana y hasta la violencia contra la infraestructura, la flota y los conductores”.
Y concluyen que, en las diferentes coyunturas de los últimos años (como manifestaciones y la pandemia), contrario a lo afirmado por la alcaldesa, ha quedado demostrada la lealtad de los concesionarios con la ciudad. “El discurso de la alcaldesa solo caldea los ánimos y la animadversión por el Sistema que, además de ser un patrimonio de la ciudad, se convierte en el sustento de miles de familias. La entrada en operación de La Rolita, en ninguna manera, puede significar ante los ojos de la ciudadanía una rivalidad con los concesionarios privados”.
Por ahora, el malestar de los operadores privados es claro: que dejen en el ambiente, que nadie sabe qué hacen con los dineros del transporte público. No obstante, en caso de que La Rolita supere los desafíos jurídicos (el proceso de nulidad que cursa en el Tribunal) será la oportunidad para que el Distrito pueda comparar qué negocio conviene más.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.
Contra viento y marea, a pesar de la incertidumbre jurídica y los reparos, la alcaldesa de Bogotá lanzó oficialmente “La Rolita”, como el primer operador público de transporte en la capital. Y en medio de su inauguración, hizo afirmaciones que no cayeron bien entre los operadores privados, quienes respondieron con una misiva dirigida al ministro de Transporte, a la alcaldesa Claudia López y al gerente de Transmilenio. En ella calificaron de desafortunadas y desinformadas, las afirmaciones de la mandataria distrital.
Palabras más, palabras menos, López señaló que con el nuevo operador se podría saber si las cuentas que presentan los operadores privados si cuadran o si son exageradas, afectando la tarifa del pasaje en el transporte público. “Hoy Bogotá está a ciegas, tiene solo operadores privados y dependemos de lo que ellos nos digan sobre cuánto cuesta el servicio; si ese es el punto óptimo del servicio y si tienen o no ganancias exageradas”.
Y agregó: “La verdad es que no lo sabemos, porque no tenemos con qué comparar. A partir de hoy, los bogotanos tenemos contra qué comparar, para que nadie nos meta las manos en la boca y mucho menos al bolsillo, y sepamos cada peso que va al transporte publico si se está usando de la manera más eficiente, más solidaria y sostenible. Vamos a saber cuánto vale operar un bus de verdad (...)”.
Ante esto, y luego de “extenderle nuestra más sincera bienvenida al Operador Distrital de Transporte La Rolita al Sistema Integrado de Transporte Público” (pese a que son los promotores del proceso legal que busca la anulación del artículo que autoriza su creación), los operadores calificaron las palabras de la alcaldesa como equivocadas. “Parten de un total desconocimiento del rol, competencias e información que realmente tiene Transmilenio S.A. (TM)”, pues desde 2008 tiene acceso a toda la información financiera, por lo que hay trazabilidad de cada centavo que se usa para la operación del sistema.
“El discurso de la alcaldesa sataniza a los actores privados, que son agentes fundamentales dentro del Sistema Integrado de Transporte Público. Este tipo de mensajes, lo único que hacen es radicalizar aún más la antipatía que parte de la ciudadanía siente por el SITP y el Sistema Transmilenio, lo que termina legitimando en el imaginario colectivo actividades como la evasión del pago del pasaje, la falta de cultura ciudadana y hasta la violencia contra la infraestructura, la flota y los conductores”.
Y concluyen que, en las diferentes coyunturas de los últimos años (como manifestaciones y la pandemia), contrario a lo afirmado por la alcaldesa, ha quedado demostrada la lealtad de los concesionarios con la ciudad. “El discurso de la alcaldesa solo caldea los ánimos y la animadversión por el Sistema que, además de ser un patrimonio de la ciudad, se convierte en el sustento de miles de familias. La entrada en operación de La Rolita, en ninguna manera, puede significar ante los ojos de la ciudadanía una rivalidad con los concesionarios privados”.
Por ahora, el malestar de los operadores privados es claro: que dejen en el ambiente, que nadie sabe qué hacen con los dineros del transporte público. No obstante, en caso de que La Rolita supere los desafíos jurídicos (el proceso de nulidad que cursa en el Tribunal) será la oportunidad para que el Distrito pueda comparar qué negocio conviene más.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.