Transmilenio gastó $1.787 millones destinados a seguridad en mercados para policías
La Contraloría de Bogotá informó que Transmilenio usó recursos destinados para garantizar la seguridad, convivencia y vigilancia de los usuarios, en bonos de supermercados, almuerzos y mercados para los uniformados del sistema. Sin embargo, la empresa de transporte afirma que no fueron ellos quienes suscribieron el contrato y que ese dinero fue entregado directamente a la Policía.
Sara Caicedo
De acuerdo con el informe final de la Contraloría de Bogotá sobre la auditoría realizada en junio de 2022 a la empresa Transmilenio S.A., se encontró que esta ha invertido recursos destinados a la seguridad de los usuarios en obsequios de gimnasio, alimentación en cafeterías, bonos canjeables, anchetas, almuerzos, hospedajes y salones de eventos para reconocer la labor de la Policía Metropolitana de Bogotá.
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De acuerdo con el informe final de la Contraloría de Bogotá sobre la auditoría realizada en junio de 2022 a la empresa Transmilenio S.A., se encontró que esta ha invertido recursos destinados a la seguridad de los usuarios en obsequios de gimnasio, alimentación en cafeterías, bonos canjeables, anchetas, almuerzos, hospedajes y salones de eventos para reconocer la labor de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Esto representa hallazgos fiscales por $1.787 millones, así lo informó la Contraloría, teniendo en cuenta que en la ejecución del convenio interadministrativo de cooperación No. 613 de 2019, se habrían contratado y pagado bienes y servicios que no tendrían ninguna relación con el objetivo de ese convenio, el cual, según dice el documento, era: “Aunar esfuerzos entre Transmilenio S.A., la Policía Nacional y Metropolitana de Bogotá, y el Fondo Rotatorio de la Policía, para fortalecer la seguridad, convivencia y vigilancia de los usuarios del Sistema TransMilenio.”
La situación ya había sido investigada por la Veeduría Distrital de Bogotá, bajo el número 20215000000220, sin embargo, esta fue trasladada a la Contraloría de Bogotá mediante el oficio 202150000028541 del 31 de marzo de 2021.
¿De qué trata el convenio No. 613 de 2019?
El 30 de mayo de 2019, la Dirección Técnica de Seguridad de Transmilenio aprobó los estudios previos para este convenio, los cuales señalan que:
“Del análisis cuantitativo y cualitativo frente a las situaciones de seguridad física que están afectando la seguridad y convivencia en el Sistema, tanto en el componente troncal como en el zonal, se puede concluir que se deben aunar esfuerzos para que la Policía Nacional Policía Metropolitana de Bogotá —MEBOG—, y el Comando de Transporte Masivo adscrito a la Policía Metropolitana de Bogotá realicen las intervenciones necesarias dentro del ámbito de sus competencias con el objetivo de mejorar la percepción de seguridad en el Sistema, para proteger la vida e integridad de los usuarios del Sistema”.
Estos estudios estaban soportados por cifras de hurtos, atracos con armas, agresiones verbales y físicas en contra de funcionarios, y vandalismo de los buses, entre otros. Además, como estrategia para que los usuarios no evadieran el pasaje, los estudios también plantearon que:
“Se debe trabajar de la mano con la Policía Nacional —MEBOG—, y el Comando de Transporte Masivo adscrito a la Policía Metropolitana de Bogotá con el fin de contrarrestar este fenómeno”. Además, también determinaron que Transmilenio requería de la Policía y el Comando de Transporte Masivo para imponer comparendos “por comportamientos contrarios a la convivencia en los sistemas de transporte motorizados o servicio público de transporte masivo”.
Y finalmente, el 21 de junio de 2019 se suscribió el convenio interadministrativo de cooperación a través de un contrato con un valor de $10.000.000.00.
En el que la Contraloría también señaló que: “no se evidenció un presupuesto de lo necesario para la ejecución del contrato para el cumplimiento del objeto, simplemente la entidad se limitó a actualizar los valores del convenio suscrito en 2017, cuyo valor era de $7.500.000.000 (olvidando que el convenio No. 568 de 2017, el plazo de ejecución fue de 17 meses) y que, por la puesta en operación del Transmicable, se incrementó el presupuesto a diez mil millones de pesos, con un plazo de 12 meses, que evidencia casi el doble del valor mensual del anterior convenio”.
Por su parte, la Veeduría ya había alertado que “se evidenciaron gastos con cargo al convenio, que si bien pueden tener justificación en el accionar de la Policía Nacional, no tienen relación directa o con ocasión del desarrollo del objeto contractual”.
Estos gastos son:
“Como se puede apreciar, se adquirieron bienes y/o servicios no relacionados con el objeto del convenio, no obstante, al analizar el grupo auditor las necesidades, en contraste con los documentos aportados en el desarrollo de la auditoría, considera que parte de ellas, de manera transversal le apuntan al objeto del convenio, tal es el caso de la adquisición de dispositivos Tipo Taser”, agregó la Contraloría en su informe.
También se refirieron a la compra de los instrumentos musicales y vestidos de mariachis, los cuales habrían sido usados en actividades de sensibilización de los usuarios del Sitp, “para mejorar la percepción de seguridad y lograr acercamientos de la autoridad con la ciudadanía y una mejor convivencia en el sistema”, dijo el ente de control.
Estas fueron las compras de la Policía
Dentro de la auditoria de la Contraloría, se encontró que entre el 19 y 20 de agosto de 2020, se compraron mercados y almuerzo, para 658 funcionarios, entre los que hay oficiales, suboficiales patrulleros y auxiliares, los cuales integran el comando de transporte masivo de Transmilenio.
Por otra parte, entre el 3 y 4 de septiembre de 2020, se entregaron anchetas y almuerzos a 652 funcionarios.
Además, en un evento que se llevó a cabo del 18 al 22 de diciembre de 2020, se gastaron $847.572.700 en almuerzos y entregas de incentivos individuales.
Incluso, bajo el contrato 148-1 del 15 de agosto de 2019, suscrito entre FORPO y Group MLS SAS, se adquirieron bonos o tarjetas de libre consumo canjeables por bienes y servicios “para ser entregados como incentivo al personal que conforma diferentes unidades de la Policía Nacional”, informó la contraloría. En total fueron entregados 8.187 bonos de almacenes al grupo de la Policía Metropolitana de Bogotá que trabaja en Transmilenio. Estos costaron $900.000.000 y están evidenciados en la cuenta de cobro No. 50569.
Asimismo, se conoció que las máquinas y elementos de gimnasio, que costarón $39.436.400 fueron comprados en el supermercado Alkosto con la orden de compra 53584 de 2020.
¿Qué dice Transmilenio?
La empresa respondió las explicaciones solicitadas por la Contraloría sobre la compra de bonos, actividades de bienestar y elementos de gimnasio, señalando que “la Policía Nacional, El Fondo Rotatorio de la Policía y Transmilenio, suscribieron un convenio interadministrativo, que por disposición del artículo 95 de la Ley 489 de 1998, es un negocio jurídico entre entidades públicas, cuyo objeto entre otros, es fortalecer una función que es común entre ellas, que en el caso de este convenio es la seguridad del sistema TransMilenio”.
La empresa agregó que “en el convenio materializó su aporte con la consecución de unos recursos económicos, con los cuales la Policía Nacional, debía reforzar las aptitudes y capacidades del personal policial y de los elementos de los cuales se valen para desarrollar la función de preservación del orden público, a través de la adquisición de bienes y servicios que contribuyeran a este propósito”.
Asimismo, recalcó que la Policía era la institución que conocía “profundamente las necesidades que debía reforzar o fortalecer de su personal policial y de las herramientas que requería para ejecutar de manera adecuada cada una de las funciones que tenía a cargo (...), es por ello que eran los encargados de definir los bienes y servicios que necesitaban”, respondió Transmilenio.
Incluso, la misma empresa de transporte subrayó que era la Policía Nacional quien tenía la potestad de definir dichos bienes y servicios que necesitaban para cumplir con el objetivo del convenio No. 613 de 2019, y que por lo mismo Transmilenio no tenía por qué aprobar o no dichas compras.
Además, este martes 14 de marzo, Tranmilenio emitió un comunicado en el aclara que “la entidad no fue quien suscribió estos contratos derivados del convenio y que según la Contraloría fueron destinados a bienes y servicios (bonos y anchetas)”.
También precisa que este hallazgo fiscal hace parte de un convenio suscrito en la enterior administración, y que estos recursos fueron entregados a la Policía Nacional y el FORPO en octubre de 2019.
Seguridad en Transmilenio
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad, en el 2019 (año en el que se suscribió el convenio), en los alimentadores, buses de Transmilenio y estaciones del sistema, se registraron 22.156 hurtos a personas, 13.281 robos de celulares, 151 casos de lesiones personales, tres casos de delitos sexuales y dos homicidios.
En 2020 fueron 9.102 hurtos a personas, 7.282 robos de celulares, 78 casos de lesiones personales, tres casos de delitos sexuales y un homicidio.
Para 2021 se registraron 9.601 hurtos a personas, 6.526 robos de celulares, 50 casos de lesiones personales, cuatro casos de delitos sexuales y dos homicidios.
Por su parte, en el 2022 hubo 16.638 hurtos a personas, 11.066 robos de celulares, 47 casos de lesiones personales, siete casos de delitos sexuales y dos homicidios.
En enero de 2023 se han registrado 1.086 hurtos a personas y 627 robos de celulares. La mayoría de los casos en todos estos años se presentaron en las estaciones de Transmilenio, seguido de los buses rojos y los alimentadores.
De acuerdo con la empresa de transporte, el Comando de la Policía de Transporte Masivo es el grupo de la Policía Metropolitana de Bogotá a cargo de la seguridad de las estaciones de Transmilenio. En total son 700 uniformados, entre los que también hay bachilleres.
Por otra parte, hay empresas privadas que tienen como función el cuidado de la estructura de las estaciones, más no de la seguridad, si estos vigilantes ven una situación de inseguridad tienen el deber de reportarlo a la Policía.
Hay algunas estaciones que tienen dos vigilantes, los cuales se ubica en una de las entradas de la estación, y el otro la va recorriendo a lo largo del día. Estas funciones se turnan y dependen de las condiciones de cada paradero.
Teniendo en cuenta las cifras de seguridad y la cantidad de uniformados y vigilantes que tienen como función el velar por la seguridad en el sistema, se cree que si los recursos usados por la Policía en almuerzos, anchetas, bonos de alimentación, elementos de gimnasio y trajes de mariachi, entre otros, se hubieran implementado en una estrategia más sólida, y no basada en intensivos a los uniformados, se hubiera frenado de manera significativa la inseguridad de los últimos cuatro años en el sistema. ¿Usted qué piensa?
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