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Los clamores de la familia de Lynda Michelle al fin fueron escuchados por la justicia colombiana. Luego de cuatro años de la desaparición y asesinato de la menor en el barrio San Bernardo, un juez de Bogotá declaró que alias Pirry es el culpable de haberla asesinado y torturado en 2020.
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Así lo confirmó el sentido del fallo que emitió el juez el jueves 21 de noviembre, tras considerar que el sumario probatorio aportado por la víctima y la Fiscalía era más que suficiente para dictaminar su responsabilidad en el crimen de la menor. Ahora, solo falta la audiencia final, para conocer la duración de la pena, cuya duración se estima en 20 años.
La decisión judicial llega en un momento álgido del proceso, por cuanto la defensa del hoy condenado había solicitado meses atrás el vencimiento de términos para que Édinson Cervera Guarnizo, “Pirry”, recuperara la libertad. No obstante, a pesar de la solicitud, el juez descontó el tiempo que se perdió en el proceso por distintos motivos y denegó la solicitud.
Antes, el 18 de mayo de 2022, una juez le negó la libertad alegando que el vencimiento de términos no podía ser aplicado a Cervera Guarnizo, dado que está siendo juzgado en calidad de banda delincuencial y no de persona. Lo anterior, en vista de que “Pirry” es acusado de liderar una peligrosa banda dedicada al tráfico de estupefacientes conocida como Tasmania.
De hecho, vale destacar que junto a Cervera Guarnizo, otros cinco delincuentes pertenecientes a esa temida banda, también fueron procesados por el delito de tráfico de estupefacientes.
De esta manera, la mamá de la menor, que llegó incluso a disfrazarse de habitante de calle e infiltrarse en uno de los barros más peligrosos de la ciudad para buscar a su hija, finalmente respira y obtiene algo de la justicia que tanto clamó desde 2020.
Cuatro años de un crimen infame
La historia se remonta al 30 de noviembre de 2020, cuando Michelle salió de su vivienda rumbo al centro, para intentar recuperar el celular que le habían robado días atrás. Ella, llena de inocencia e indignación, llegó al barrio San Bernardo, porque le dijeron que allá podría estar el dispositivo. Ese día su familia le perdió el rastro.
Tras la desaparición, su mamá, en Suba, empezó a sacudir las redes sociales y medios para dar con el paradero de la niña de 15 años sin saber que una banda delictiva, conocida como Tasmania, ya había acabado con su vida, “creyendo que era una informante” que trataba de filtrar la delincuencia.
A pesar de que la joven estaba sin vida y su cuerpo lo habían ocultado bajo los escombros de una parte del barrio, que estaba en demolición, Nathalie no desistió. Llevada por una corazonada, se hizo pasar por habitante de calle para buscarla. “Cambié mi aspecto físico, me envolví en una cobija de una mascota para que tuviera mal olor, trituré carbón para manchar mi cara, entrar a ese lugar y que sintieran que era parte de ese mundo”. Esa fue la rutina, cada noche, por 15 días.
Así descubrió que existía la organización integrada por José Francisco Daza Alarcón, alias Chepe; Wílmar Andrés Daza Alarcón, alias Andrés; Juan Carlos Mendivelso Ibáñez, alias Juan Carlos; Édinson Cervera Guarnizo, alias Pirry; Jakeline Cala Nieves, alias Jakeline, y Lady Johana Guzmán, quien era compañera sentimental del cabecilla de Tazmania.
A mediados de diciembre se reportó el hallazgo de un cadáver, en el corazón del barrio. En Medicina Legal informaron que era el cuerpo de una mujer, entre 20 y 25 años, por lo que inicialmente descartaron que fuera la menor desaparecida.
El 8 de enero de 2021, Medicina Legal rectificó el error y confirmó que el cuerpo era el de Michelle, a quien ya habían sepultado como NN, por el alto estado de descomposición. Casi a la par de la inhumación, la Fiscalía y la Policía lograron la captura de todos los integrantes de los Tazmania, y a cinco de ellos les imputaron homicidio agravado, tortura agravada, concierto para delinquir, hurto calificado y tráfico de estupefacientes. A Lady Johanna Guzmán la judicializaron solo por tráfico de drogas.
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