Trata de personas en Bogotá: infierno que afecta, en su mayoría, a mujeres y niñas
A propósito del lanzamiento de RedActiva, la nueva estrategia distrital para hacerle frente a los alarmantes índices de la trata de personas en Bogotá, indagamos sobre el actual panorama de este delito en la ciudad.
La trata de personas constituye una de las vulneraciones a derechos humanos más degradantes a la pueda ser sometida persona alguna, pues, además de arrebatarle su voluntad, a la víctima se le esclaviza, se le cosifica y convierten su condición humana en una moneda de cambio, que permite toda clase de explotación y humillación. La incidencia de este delito a nivel mundial es pavorosa, pues resulta ser el tercer delito más lucrativo, además de la venta de armas y el tráfico de drogas.
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La trata de personas constituye una de las vulneraciones a derechos humanos más degradantes a la pueda ser sometida persona alguna, pues, además de arrebatarle su voluntad, a la víctima se le esclaviza, se le cosifica y convierten su condición humana en una moneda de cambio, que permite toda clase de explotación y humillación. La incidencia de este delito a nivel mundial es pavorosa, pues resulta ser el tercer delito más lucrativo, además de la venta de armas y el tráfico de drogas.
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En Colombia, la incidencia legal de este delito se entiende de dos maneras. Por una parte, está el tráfico de migrantes, que tiene que ver, a grandes rasgos, con facilitar, con fines lucrativos, la entrada o salida de personas extranjeras del país, que no cumplen con los requisitos de ley migratorios. Por otro lado, el código penal contempla la trata como el delito que consiste en el promover, facilitar o favorecer la retención de una persona con el objetivo de explotarla.
Si bien esta modalidad contempla formas de explotación tan degradantes como el matrimonio servil, la mendicidad ajena, el tráfico de órganos y los trabajos o servicios forzados, en general, está altamente relacionada con la esclavitud sexual de mujeres, niñas y adolescentes. “Se entiende como un delito feminizado, porque sus principales víctimas siguen siendo las mujeres, niñas y adolescentes. En Colombia, según los datos del Observatorio del Delito de Trata de Personas del Ministerio del Interior, el 80% de la población víctima de este delito son mujeres”, señaló el respecto la secretaría de la Mujer, en diálogo con El Espectador.
De acuerdo con el ministerio de Defensa, entre enero y agosto del año pasado se registraron 521 casos, 266 de trata y 255 de tráfico de migrantes, cifra cuya tendencia lamentablemente se mantiene al alza, pues en el mismo periodo de 2022, la cifra llegó a las 332 víctimas.
¿Qué pasa en Bogotá?
El panorama en la capital es preocupante. Según datos de la secretaría de Gobierno, entre 2022 y 2023 se atendieron un total de 934 casos relacionados con el delito, contando seguimientos y orientaciones a la mayoría de los casos. En ese periodo, se atendieron 11 casos de matrimonio servil, nueve de servidumbre, uno de mendicidad ajena, 17 de explotación no especificada y 34 de trabajos o servicios forzados. Sin embargo, la explotación sexual, con 129 casos, sigue teniendo el índice más alto.
Este delito implica, además, un contexto exacerbado de violencias contra las mujeres, que conlleva una exposición a sufrir violencia física o extrema, en manos de tratantes, en una proporción tres veces mayor con respecto a los hombres, como lo ha venido documentando la Organización de las Naciones Unidas, desde su oficina contra la droga y el delito UNODC.
“Las finalidades de explotación también operan de manera diferenciada en clave de género. La explotación sexual además de ser el principal motivo de trata para las mujeres y las niñas, vulnera sus derechos sexuales y reproductivos. El trabajo forzado y la servidumbre doméstica materializa discursos que asocian a las mujeres exclusivamente con labores de cuidado, que, al no reconocerse como trabajo, posibilitan atmosferas de explotación y servidumbre”, indica la Secretaría de la Mujer. La situación llegó a tal punto que, según el Observatorio del Delito de Trata de Personas, durante el 2023, los casos de menores víctimas se incrementaron en un 300%.
RedActiva
Ante este crítico panorama, la secretaría de Gobierno lanzó la nueva estrategia ‘RedActiva’, una herramienta de denuncia y acompañamiento a víctimas de este delito con el fin de, indicaron, promover una ciudad más segura, justa y solidaria para todas las personas. “Esta red representa un llamado a la acción colectiva y un compromiso firme de la ciudadanía y las autoridades para combatir este flagelo y proteger los derechos de quienes están vulnerables”, sostuvo el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero.
La secretaría señaló que la Red se enfocará en tres líneas de acción: 1) prevención, asistencia y judicialización del delito; 2) Formación a servidores, colaboradores y población frente al delito, 3) Comunicación, difusión y búsqueda activa de casos en Bogotá. Por otro lado, la Secretaría de la Mujer cuenta con la estrategia contra los delitos de trata de personas y ataques con agentes químicos, que ha brindado asistencia y orientación para la activación e implementación de las rutas de atención integral a las mujeres víctimas o en riesgo de estos delitos, desde la coordinación de acciones interinstitucionales e intrainstitucionales.
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Puntos críticos y maneras de cooptación
De acuerdo con la secretaría de Gobierno, con los casos atendidos en la Ruta de Atención Distrital contra la Trata de Personas, se han identificado cinco localidades, en donde este delito tiene más incidencia: Usaquén, Ciudad Bolívar, Santa Fe, Kennedy y Chapinero, siendo las tres últimas donde más casos de explotación sexual, de migrantes y mendicidad ajena se presentan.
En el barrio Santa Fe, por ejemplo, reconocida zona de trabajo sexual de la ciudad, se han identificado y desmantelado varias redes dedicadas a la explotación sexual de menores de edad, en su mayoría niñas y adolescentes extranjeras. Uno de los golpes más recientes tuvo lugar en septiembre del año pasado, cuando las autoridades anunciaron la captura de 15 proxenetas, que integraban la banda conocida como Las Vegas, que se encargaba de reclutar menores de edad con el fin de explotarlas sexualmente.
Esta captura se dio luego de casi un año de trabajos de inteligencia. Durante ese tiempo, una patrullera de la policía, que se infiltró en la zona, descubrió la manera cómo funcionaba la banda. Abordaban a las menores en situación de vulnerabilidad, les prometían hospedaje gratis y supuestas ofertas de trabajo. Una vez aceptaban el trato del hospedaje, empezaban a cobrarles por la estadía y era en ese punto cuando empezaba el calvario de las víctimas: les entregaban identificaciones falsas, las hacían pasar por vendedoras ambulantes y, bajo esa fachada, eran explotadas sexualmente. Durante los operativos de captura de los miembros de la banda se rescataron 12 menores.
Y es precisamente la situación de vulnerabilidad de las víctimas las que aprovechan las bandas delincuenciales. De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el 70 % de las víctimas han sido objeto de promesas de empleo, participación en concursos de belleza, modelaje, planes vacacionales de bajo costo o programas de estudio en el extranjero.
Estas supuestas ofertas son publicitadas a través de anuncios en redes sociales, volantes entregados en la calle, anuncios clasificados o por el voz a voz, que se corre en barrios vulnerables. Incluso, en el entorno más cercano, las víctimas pueden ser cooptadas por recomendaciones de familiares o amigos.
El turismo es otro punto neurálgico ligado a la trata. De acuerdo con un documento publicado por la exconcejal Gloría Díaz, que da luces sobre el panorama de la explotación sexual en Bogotá, hay evidencia de que en la ciudad existen “algunas agencias de viaje inescrupulosas que, incluso, ofrecen dentro de sus paquetes turísticos en la ciudad servicios que incluyen tours de dogas y diferentes recorridos sexuales con menores de edad, así como con mujeres de todas las edades”.
Esta problemática se hace evidente en zonas álgidas de turismo como La Candelaria y zonas de rumba de Chapinero, debido, en parte, a las laxas restricciones de hoteles, hostales y bares, que permiten el ingreso de menores de edad sin mayor problema. Hechos que derivan en situaciones tan lamentables como la ocurrida recientemente en Medellín, en donde un ciudadano norteamericano fue sorprendido con dos niñas, de 12 y 13 años, en un hotel, luego de acceder a una red de explotación. Si bien el hombre fue retenido durante 12 horas, finalmente fue dejado en libertad al no ser capturado en flagrancia. El ciudadano en mención ya se encuentra en su país y el hotel fue sellado durante 10 días.
Otra arista que genera gran preocupación tiene que ver con el aumento de casos de explotación sexual en los colegios distritales. El Sistema de Alertas de la Oficina para la Convivencia Escolar de la Secretaría de Educación reportó para el período 2018 - 2022, 330 presuntos casos de explotación, pornografía infantil y turismo sexual, de acuerdo con una denuncia realizada por la concejal María Clara Name. Si bien estos datos no confirman la comisión de los delitos señalados, las cifras brindan un panorama de lo que pasa en los entornos escolares de la ciudad.
Sobre las caracterizaciones de las bandas, las formas de engaño con las que reclutan a las víctimas y los lugares en donde actúan están identificados, la incidencia de este delito continúa siendo alta. Un dato no menor, publicado por el Reporte Global sobre Trata de Personas de la UNODC, da luces sobre las razones. Por cada víctima identificada, existen 20 más sin identificar, subregistro que se busca combatir con estrategias como la RedActiva.
Para ello es necesario afinar los instrumentos de recolección de datos desde las diferentes entidades, sistematizar, producir conocimiento y ponerlo a circular de tal manera que, se permita una caracterización más amplia y detallada del delito y su impacto sobre la población. “Las mujeres en contextos rurales, con pertenencia étnica, en situación de discapacidad, e identidades de género y orientaciones sexuales diversas, suponen un foco diferencial que está todavía por construirse en el Distrito, frente al abordaje del delito”, puntualiza la Secretaría de la Mujer.
Si conoce o sospecha de algún caso de trata de personas, puede acudir a las siguientes líneas de denuncia.
- El Ministerio del Interior habilitó la línea 120 para marcar desde un celular o la línea nacional 01 8000 522020, además del correo lineatratadepersonas@mininterior.gov.co
- Por su parte la Secretaría de Gobierno desde hace varios años tiene habilitada la línea 350-3085507 y el correo lucha.trata@gobiernobogota.gov.co, además de la línea de atención distrital 3002505050
- Línea Púrpura, de la Policía Nacional: 155.
- Línea Colabora, del Ministerio del Trabajo: 120 (teniendo en cuenta que ciertos casos se asocian con falsas ofertas laborales).
- Línea ICBF: 144.
- Línea de la Fiscalía: 122.
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