Tres años sin Dubán Barros y los claroscuros de su muerte en el Paro Nacional
Este 5 de junio se cumplió el tercer año tras la muerte de Dubán Barros, a quien encontraron sin vida en medio de las protestas del llamado estallido social. El vacío en la investigación, que por poco archiva la Fiscalía, deja varias preguntas sin resolver, frente a las cuales su familia pide claridad.
Juan Camilo Parra
Solo en los grafitis del Portal Américas y en sus sueños, Dolores Cecilia Barros puede ver al primero de sus tres hijos, Dubán. Él tenía 17 años cuando salió de su casa, el sábado 5 de junio de 2021, para sumarse a las protestas, que por esos días vivía la ciudad. Luego lo encontraron sin vida, en un caño.
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Solo en los grafitis del Portal Américas y en sus sueños, Dolores Cecilia Barros puede ver al primero de sus tres hijos, Dubán. Él tenía 17 años cuando salió de su casa, el sábado 5 de junio de 2021, para sumarse a las protestas, que por esos días vivía la ciudad. Luego lo encontraron sin vida, en un caño.
Hoy la foto del joven, con gorro y chaqueta azul, es uno de los símbolos de las vidas que se perdieron durante el llamado estallido social. Su rostro hoy da la bienvenida en el Portal Américas o Portal Resistencia, sitio clave del paro y último lugar donde se le vio con vida.
A pesar del tiempo, aún hay dudas alrededor de lo que realmente sucedió. Si bien, para las autoridades, la muerte de Dubán Barros supuestamente no tuvo relación con las protestas, que marcaron la historia del país y de Bogotá, para sus familiares la verdad sigue oculta y no propiamente “porque no haya los medios” para llegar a ella. Por eso siguen esperando justicia.
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Para la comunidad de El Amparo y el sur occidente de la ciudad, Dubán es el recuerdo amargo por el que nadie responde. No solo en Kennedy el rostro del adolescente sobresale en grafitis, también en Bosa y Ciudad Bolívar. Él es recordado al lado del de Dylan Cruz, Luis Villa o Alison Salazar, por ser casos emblemáticos de vidas tempranas, que se apagaron, justo cuando estaba en marcha el paro nacional.
La diferencia es que el caso de Dubán no ha sido incluido en la lista de las 87 muertes sin esclarecer, en medio de las jornadas de protesta. Al contrario, es quizás el único caso en el que las autoridades insisten que su deceso se registró en hechos aislados, pese a que los registros de la noche del 5 de junio indican que en la zona dónde lo vieron por última vez sí hubo presencia del Esmad y alteraciones al orden público.
36 días
A Cecilia Barros, como a cualquier madre que pierde a un hijo en extrañas circunstancias, este suceso le cambió su vida por completo. En su casa, diferentes cuadros de su hijo cuelgan en cada una de las paredes, entre los que resaltan uno del joven sonriendo en el Portal Américas y con la inscripción “no olvido”, o la icónica foto que usaron para buscarlo por 36 días, que duró “desaparecido”.
Justo, la larga búsqueda, es algo que siembra sospechas. Según su familia y el colectivo Justicia por Dubán, las autoridades sabían desde el día siguiente al reporte de su desaparición, que al joven lo habían hallado sin vida un caño cercano al portal, pero no les informaron. La madre lleva estos tres años asegurando que “intentaron encubrir algo, no sabemos por qué, pero así fue y así sigue siendo”.
Cuando su hijo desapareció en la noche del 5 de junio, al otro día el CTI sacó un cuerpo del caño cercano al Portal Américas. Para ese entonces, el estallido social llevaba un mes y los colectivos sociales y de derechos humanos habían llegado a un acuerdo para que, desde el domingo 6, se implementaran las, “Noches sin Esmad”, para mermar los enfrentamientos nocturnos entre jóvenes y autoridades, que tanto ocuparon las planas de los noticieros ese 2021.
A Cecilia Barros, como a los colectivos sociales, les dijeron que el cuerpo que hallaron correspondía al de un habitante de calle de 40 años. Tatiana Fernández, una de las creadoras del colectivo, acompañaba por esos días las protestas como gestora de derechos humanos. Cuando se realizó el levantamiento en el caño, y preocupada por lo que podría significar eso en el acuerdo, indagó sobre los hechos. “Nos dijeron que el cuerpo era de un habitante de calle, con signos de desnutrición y de más de 40 años”, recordó para El Espectador.
“El fiscal me aseguró que no era mi hijo. Insistía en que me dejaran ver ese cuerpo, en especial, porque por un video del levantamiento, que subieron a redes sociales, vi una pantaloneta parecida a la de Dubán. Sin embargo, nunca me dejaron ver las fotos del levantamiento”, rememora Cecilia.
Rafael Salazar, tío del menor, fue el único en ver el cuerpo, en Medicina Legal y lo pudo hacer después de 36 días de reportada la desaparición. Cecilia no lo vio por recomendación de los psicólogos forenses. Para ese tiempo ya habían visitado cuán hospital hay en Bogotá; ollas, URIs. Ya habían descrito una y otra vez los tatuajes que tenía el joven, la nota musical clave de sol en su cuello, o el triángulo con un ojo en su brazo.
“Era evidente que era él. Su cuerpo tenía golpes sin explicación. Dijeron que eran porque el agua del caño arrastró el cuerpo, pero hablamos de un caño donde el agua le llena a los pies a un niño”, dijo a El Espectador. Lo que sí vio Cecilia fueron las fotos del levantamiento: “lo reconocí al instante, si tan solo me hubiesen dejado ver esas fotos al inicio, me habrían ahorrado toda esa pesadilla de buscarlo”.
La Fiscalía se retractó y reafirmó que el cuerpo hallado el 6 de junio era el de Dubán. Dice Cecilia que del Distrito la llamaron a ofrecerle las honras fúnebres para su hijo, minutos antes que el tío reconociera el cuerpo. De hecho, la noticia corrió primero en los medios que las lágrimas brotar sobre el rostro de los familiares. El problema, después de tres años, ha sido esclarecer qué pasó con el joven, pasadas las 10:00 de la noche de ese sábado, pues su caso lo registró la Fiscalía como “muerte violenta por establecer”.
Versiones y estancamientos
“Hemos pasado por cuatro fiscales”, dice Rafael. Cecilia afirma que se sabe de memoria casi todos los 87 nombres de jóvenes que murieron en el Paro, en todo el país. Se los aprendió estos tres años en los que, además, su perspectiva de la juventud cambió totalmente. Se convirtió en esas madres que iban en las noches al Portal a verificar cómo eran los enfrentamientos; a preguntarse si su hijo estuvo en uno de ellos esa noche, o sí, por el contrario, se suicidó, como sostiene la versión de Fiscalía.
En la víspera del acuerdo pactado para el 6 de junio, hubo enfrentamientos. Dubán salió de su casa en la tarde para acompañar a su novia hasta su hogar. Luego pasó al Portal, donde le vieron con amigos; su tía lo vio, y también lo filmó una cámara a las 10:00 p.m. saliendo de cuadro. Esa es la última imagen de él, pero no aclara nada. La conclusión, para los fiscales, es que el joven se mató, versión con la que intentaron archivar el caso, algo que logró evitar la Fundación Nydia Erika Bautista, que asesora jurídicamente a la familia.
“La versión que nos dan es que Dubán estaba drogado; se quitó la ropa, estando con dos amigos; se tiró al caño, y no volvió a salir. Pero nunca nos han mostrado el video, porque no hay. Esta tesis la respalda la Fiscalía con dos testimonios, que supuestamente vieron esa escena. Hemos pedido que vuelvan a traer a esos testigos, pero encontramos que solo tienen los nombres, ni siquiera la cédula”, añade Tatiana.
Es fácil, dice la líder del colectivo, afirmar, “que, por ser pobre, era marihuano o delincuente, o simplemente que estaba perdido y por ello se lanzó al caño”. Otro motivo que permitió impedir que archivaran el caso este año fue precisamente que existen dos informes toxicológicos del cuerpo de Dubán. Ninguno coincide. Uno decía que en su cuerpo había un “coctel de drogas” y en otro ponían hasta escopolamina en los restos del muchacho.
Analizando las versiones, aunque la familia responsabiliza a la entonces alcaldesa Claudia López, por la presencia del Esmad en el portal ese sábado, parece que ninguna de las versiones es sustentable con pruebas, o al menos, así ha sido durante este año. Camilo Mendoza Zamudio, investigador del Observatorio de violencia policial de Temblores ONG, han identificado un “andamiaje institucional de impunidad”, en estos casos.
“Empieza desde el mismo hecho victimizante y se extiende en el tiempo y en el proceso de acceso a justicia de las víctimas. Informes como los de Un Minuto de Silencio detallan incoherencias y alteraciones en los levantamientos de los cuerpos; así como obstáculos y dilaciones usadas por la defensa de los presuntos agresores; y conflictos de competencia entre la justicia militar y la justicia ordinaria”, analiza para El Espectador.
Desde 2023, el Banco de Datos de Derechos Humanos Portal Resistencia, colectivo que nació del estallido, ha documentado no solo los hechos victimizantes en el portal, sino también diversos casos de violencia política en el suroccidente de Bogotá y en Soacha. En la revisión más reciente, han identificado 143 víctimas de vulneraciones a los derechos humanos, entre las que se cuentan 26 víctimas de ejecución extrajudicial, 19 víctimas de tortura y dos víctimas de desaparición forzada, “lo que evidencia la sistematicidad de la violencia durante este periodo”.
Cecilia Barros es una mujer fuerte, que ha cambiado su forma de pensar y ver el mundo para entender por qué su hijo ya no está con ella. Incluso, tanto que odiaba los tatuajes, se hizo uno con el nombre de Dubán y una mariposa en su brazo izquierdo. En este tercer aniversario, la mujer montó un pequeño altar con una planta que nació en la “Siembra de la Memoría”, una huerta en memoria de Dubán que está en el Portal Américas. El colectivo, la familia y la fundación que los respalda esperan que el caso de Dubán entre a ser considerado dentro de los eventos del estallido, sobre los cuales, las organizaciones quieren crear una especia de Comisión de la Verda de estos hechos.
Al lado hay un muñeco de trapo, que representa al joven, que hizo el colectivo ‘Tejedores de Memoria’; y una placa en mármol con la frase: “Dubán Felipe Barros (2004-2021), desaparecido y asesinado en el estallido social. En el tercer aniversario de su siembra por la justicia, basta que florezca la verdad para él y todos los jóvenes del estallido”.
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