Desde la perspectiva de consumo, el tusi se disputa el tercer lugar como la sustancia más consumida en la capital, según las mediciones.
Foto: Échele Cabeza
Hablar de consumo de drogas en una capital, donde las corrientes van del alarmismo religioso a la normalización del exceso, es una tarea compleja. Nos referimos a una ciudad en la que en una semana capturaron a un adulto mayor con 2.000 dosis de tusi y a la otra se desató un debate por la muerte de un joven en un festival de música electrónica, hecho que llevó al secretario de Seguridad de Bogotá a decir en medios que hay “un consumo desaforado”.
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Por Juan Camilo Parra
Periodista egresado de la Universidad Externado de colombia con experiencia en cubrimiento de orden público en Bogotá.jparra@elespectador.com
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