Una ciudad más limpia: así planean el nuevo esquema de aseo para la ciudad
En febrero de 2026 termina la concesión del esquema de aseo y el Distrito ya avanza en el nuevo plan. El primer paso fue radicar ante la CRA la solicitud para mantener las áreas de servicio exclusivo, que tendrán cambios. Recicladores no están conformes. Estos son los detalles.
María Angélica García Puerto
Alexánder Marín Correa
A menos de año y medio de que termine el actual esquema de aseo en la ciudad, el Distrito no quiere perder tiempo y desde ya afina lo que serán las condiciones del nuevo contrato, que debe entrar en ejecución en febrero de 2026. De entrada, se tiene algo claro: su plan es mantener el esquema especial de áreas de servicio exclusivo (ASE), pero con modificaciones. Para avanzar y evitar sorpresas, la directora de la Uaesp radicó este lunes ante la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) el documento con los detalles de lo que sería el nuevo esquema para la ciudad.
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A menos de año y medio de que termine el actual esquema de aseo en la ciudad, el Distrito no quiere perder tiempo y desde ya afina lo que serán las condiciones del nuevo contrato, que debe entrar en ejecución en febrero de 2026. De entrada, se tiene algo claro: su plan es mantener el esquema especial de áreas de servicio exclusivo (ASE), pero con modificaciones. Para avanzar y evitar sorpresas, la directora de la Uaesp radicó este lunes ante la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) el documento con los detalles de lo que sería el nuevo esquema para la ciudad.
“Estamos solicitando, no solo cuidar a los usuarios de menores ingresos, sino también promover la transición hacia un sistema de economía circular, haciendo realidad el programa Basura Cero, como un pilar fundamental”, agregó Consuelo Ordóñez, directora de la Uaesp. El documento, que tiene un modelo de licitación, busca, además, ampliar la cobertura y la posibilidad de abrir un segmento regulatorio especial para la ciudad, que haga viable el modelo. Los ajustes al esquema pretenden estimular la reducción hasta en un 30 % las toneladas de basura que llegan al relleno Doña Juana y prolongar su vida útil.
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Los cambios parten de un contexto de dificultades y vacíos en la actual concesión, que si bien contempló la recolección y transporte de residuos no aprovechables; el barrido y limpieza de vías y áreas públicas; corte de césped y poda de árboles; lavado de áreas públicas, e instalación y mantenimiento de cestas, no se enmarcó en el concepto de área limpia. Esto llevó a que aquellas actividades no contempladas en los parámetros del contrato, obligaron a conseguir recursos adicionales. Un ejemplo de esta situación era la atención de puntos críticos y arrojo clandestino de basuras. “Esto último debe ser pagado con los impuestos de los bogotanos y esta es una de las cosas que queremos cambiar en el nuevo esquema”, aseguró Ordóñez.
¿A qué le apunta el nuevo esquema?
De las casi 7.000 toneladas de basura que llegan a diario al relleno Doña Juana, el 30 % son potencialmente reciclable y más del 50 % son residuos orgánicos. Una radiografía que sigue evidenciando la mala disposición de las basuras desde los hogares y que genera nefastos efectos ambientales y de salud. Por ello, la propuesta de la Uaesp a la CRA es pasar de un modelo lineal, donde los operadores barren, recogen, transportan y entierran los residuos en Doña Juana a uno de economía circular, apostándole a la reutilización. “En lugar de enterrar, vamos a tratar los residuos orgánicos a partir de plantas de biometanización, que contribuyan a tener gas o energía”, dijo la directora de la Uaesp.
Conforme a esto, los programas y proyectos asociados prometen avanzar al concepto de basura cero -concebido en la alcaldía de Gustavo Petro-, en una ciudad donde hay 668 puntos críticos de acumulación de residuos (liderado por Engátiva, con 153; Kennedy, con 71; y Bosa, con 61), por cuenta del arrojo clandestino de basura, escombros, elementos voluminosos (muebles, colchones, etc.) y aprovechables, que no se pueden enterrar en el relleno. “Son 20.000 toneladas mensuales que se están recogiendo por arrojos clandestinos, que nos cuesta cerca de $25.000 millones al año, por no estar incluido en el contrato”, detalló la directora.
Para dar solución a esta problemática es donde entran las denominadas brigadas ‘Caza regueros’, para no solo recoger rápidamente residuos arrojados indebidamente, sino identificar a los infractores, en un ejercicio articulado con la Policía y las secretarías de Gobierno, Ambiente, Movilidad y las alcaldías locales. Otra de las estrategias son las ecorrutas. Hoy, las personas deben llamar a la línea 110 para pedir que recojan elementos especiales, como colchones, muebles, escombro, etc. Sin embargo, Ordóñez aseguró que este servicio es costoso y por ello buscan que los operadores lo ofrezcan gratis, en lugar de ir a los puntos críticos. “Aunque quienes estarían mejor habilitados son los recicladores. Entonces, ojalá tengamos muchas más organizaciones para hacer esa recolección”, agregó la directora.
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A esto se sumarán los ecopuntos, que pretenden ampliar y construir un nuevo diseño con unos compartimentos de reciclaje, donde las personas puedan llevar residuos los cuales serían administrados por los recicladores. Adicionalmente, el operador público, Aguas de Bogotá, será contratado para reforzar la limpieza en puntos críticos y arrojos clandestinos, mientras que, por otro lado, la Uaesp incorporará medidas para la gestión integral de residuos peligrosos, donde la directora acotó, serán las empresas quienes deberán gestionarlos.
¿Y los recicladores, qué?
La Corte Constitucional estableció que los recicladores son sujetos de especial protección, pero según distintas organizaciones, se sienten olvidados y excluidos con este nuevo modelo de esquema de aseo que pretenden implementar en la ciudad. Si bien, la directora de la Uaesp y el mismo Plan de Desarrollo insiste en que ningún operador privado accederá a materiales aprovechables como vidrios, plástico, metal, papel o cartón, que recoge esta población, Magda Quisquella Barinas, recicladora y representante legal de Ecoalianza, dice que estrategias como las ecorrutas desplazarían su trabajo.
“Decirnos que nos van a entregar unas rutas selectivas es desconocer las rutas históricas que ya están establecidas. Entonces, les hemos dicho, fortalézcanlas. No todos los compañeros están organizados”, enfático Barinas en respuesta a Consuelo Ordóñez, quien aseguró que el Distrito les han preguntado si les interesa las rutas de recolección selectiva y organizada, pero responden que prefieren las condiciones actuales”.
Barinas y otras asociaciones de recicladores, esperaban que se terminara de analizar todos los programas, que contempla el Plan de Gestión de Residuos Sólidos (PGIRS), que supuestamente se debían tener en cuenta para el nuevo esquema de aseo. “Nosotros todavía desconocemos todo lo que quiere la Uaesp”, reclamó la vocera de Ecoalianza.
La licitación del nuevo esquema de aseo está en la mesa de la CRA, en un Gobierno Nacional que difiere con las áreas de servicios exclusivos, esquema que eliminó el esquema que había planteado el hoy presidente Gustavo Petro, cuando fue alcalde de Bogotá, cuando apelaba a la libre competencia y a un operador público, Aguas de Bogotá.
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