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El uso de los vapeadores es cada vez más frecuente en la población joven de Bogotá. Este dispositivo, con el que se ha pretendido reemplazar el empleo de cigarrillos, representa un desafío en materia de salud pública para las autoridades sanitarias de la capital del país.
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De acuerdo con un estudio reciente de la universidad Manuela Beltrán, el 43 % de los jóvenes en Bogotá han tenido contacto con este tipo de dispositivos. Si bien, el indicador es aún inferior frente al porcentaje de personas que no ha utilizado un vapeador, el cual se encuentra en el 54 %, la tendencia a incrementar su consumo es preocupante.
Por ejemplo, el 3 % de las personas que todavía no han tenido contacto este tipo de dispositivos, declaró cierta curiosidad que los impulsaría a probarlos. El estudio consistió en una encuesta dirigida al nicho poblacional que más consume dichos productos. De ahí, que más del 70% de los participantes de la encuesta eran personas entre los 18 y 35 años de edad.
Por medio del estudio, esta población mostró los motivos o contextos en los que ha utilizado vapeadores o cigarrillos electrónicos, en una pregunta de opción múltiple. Como respuesta, el 47% dijo que lo hacía en reuniones con amigos, el 45% por estrés o ansiedad, el 17% por moda y finalmente el 14% aseguró que ya lo tiene como hábito.
Otra de las variables identificadas en el estudio reside en la percepción del vapeador que tienen los consumidores. Por ejemplo, la investigación identificó que la población es consciente de los riesgos que se generan por este consumo, ya que el 95% de los encuestados respondió que los vapeadores o cigarrillos electrónicos son nocivos para la salud, mientras que solo el 5% respondió que no.
No obstante, las personas que optan por este dispositivo, aseguran que sus efectos nocivos son menores que los del tabaco. Este dato se obtuvo luego de que el 55 % de los encuestados asegurarán que “vapear” es menos dañino que fumarse un cigarrillo convencional.
Esta creencia, sin embargo, está lejos de la realidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido enfática en que “los cigarrillos electrónicos con nicotina son perjudiciales para la salud y muy adictivos. Aunque no se conocen del todo sus efectos a largo plazo en la salud, se ha demostrado que liberan sustancias tóxicas que son cancerígenas o que aumentan el riesgo de sufrir trastornos cardiacos y pulmonares. Además, pueden afectar al desarrollo del cerebro y causar trastornos del aprendizaje en los jóvenes”.
Luz Adriana Ausique, investigadora del Programa de Terapia Respiratoria de la Universidad Manuela Beltrán coincide con las afirmaciones de la OMS y recalca que “los saborizantes que contienen los vapeadores puede que no sean tóxicos para consumir de manera oral, pero sí son tóxicos para inhalar, debido a la capacidad de procesamiento de sustancias entre el sistema digestivo y los pulmones”.
Adicionalmente, Ausique manifiesta que “el cerebro de un niño o adolescente continúa en desarrollo hasta que llega a la edad adulta y el consumo de sustancias tóxicas como las que contienen los vapeadores o los cigarrillos electrónicos hacen que el desarrollo del cerebro no se lleve a cabo de manera normal lo que puede dificultar el control de los impulsos y aumento de dependencia a sustancias en el futuro”.
Pero existen otros riesgos asociados al consumo de los vapeadores. Las baterías defectuosas han causado incendios, explosiones y otro tipo de incidentes, como lo explica la investigadora de la UMB, “hay casos documentados de intoxicación por tragar o inhalar el líquido de estos aparatos, además de lesiones en la piel o en los ojos”.
Empero lo anterior, el 98 % de los encuestados aseguró que jamás permitiría que un menor de edad usara este tipo de dispositivos. La tendencia en la ciudad, al menos de momento, parece estar alejada de la preocupante tendencia mundial que ya denunció la OMS. Por ejemplo, en países como Canadá, el consumo de vapeadores entre jóvenes de 17 y 20 años se duplicó entre 2017 y 2022, mientras que en el Reino Unido se triplicó.
La encuesta “Consumo de Sustancias Psicoactivas” entregada en 2021, por el DANE, arrojó que un 5% de la población entre 12 y 65 años manifestó haber usado vapeadores o cigarrillos electrónicos. Recientemente, se firmó la ley 2359 del 2024, que reglamenta el uso de vapeadores en Colombia y entre la normativa se prohibió la venta para menores de edad.
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