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Ni siquiera las 70 capturas en lo corrido del año por el delito de extorsión, han podido atenuar el flagelo de este delito. A diario, se conocen decenas de denuncias por parte de comerciantes que, de un día para otro, comienzan a recibir intimidaciones por las diversas bandas que se dedican a la extorsión.
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En las últimas horas, El Espectador conoció el caso de un grupo de comerciantes que están siendo extorsionados una zona concurrida del barrio 20 de julio, en el sur oriente de la ciudad. Los ciudadanos expresan que, en las últimas semanas, comenzaron a recibir panfletos extorsivos y mensajes intimidantes a sus celulares.
El método delictivo parece ser el mismo en todos los casos. Las bandas delincuenciales siguen por varios días a sus víctimas con el fin de averiguar todos sus movimientos, con quién viven, y hasta las propiedades que poseen. Una vez termina el seguimiento, los extorsionistas se comunican con la víctima y le expresan que conocen a los miembros de su familia y las zonas que frecuentan.
Una vez infunden el terror en los comerciantes, los delincuentes proceden a exigir sumas de dinero elevadas, que llegan a superar los $15 millones. Al final de cada panfleto, se repite el “la tranquilidad de tu familia no tiene precio, esperamos el pago”. Algunas de las víctimas, con las que pudo hablar este diario, dicen que tienen plazo hasta el lunes para cancelar la extorsión.
Si bien, la incertidumbre reside en sí, los delincuentes cumplirán o no con las amenazas, los comerciantes tienen serias dudas sobre la apertura de sus negocios el lunes festivo. En caso de no abrir, con el fin de guardar la integridad, existe la preocupación por el impacto económico que implicaría cerrar en medio de la festividad del Día de las Madres.
Por el momento no se conoce la ruta de acción por parte de las autoridades, dada la reserva necesaria que implica el manejo de este tipo de casos. En consecuencia, se desconoce cuál de las bandas que opera en la ciudad está detrás de las extorsiones, o si son mensajes disuasorios que se envían desde una cárcel.
De momento, a través de este medio, las víctimas solicitan la celeridad de la Policía, así como la protección de sus familias y establecimientos.
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