Al año se estarían registrando más de 1.500 agresiones en contra de conductoras y conductores, según sindicato de trabajadores. (Imagen de referencia)
Foto: El Espectador - Gustavo Torrijos Zuluaga
Los niveles de violencia a los que se ven expuestos los operarios de los buses del Sitp no constituyen una novedad en la ciudad. Lamentablemente, la intolerancia, la inseguridad y la evasión del pasaje por parte de algunos usuarios, han hecho de las agresiones contra quienes trabajan en ese sistema de transporte, algo cotidiano. Ataques a golpes, con armas blancas, piedras o incluso tiros, se encuentran entre las modalidades de violencia a las que tienen que someterse conductoras y conductores de Bogotá.