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Las últimas dos semanas están marcando un regreso innegable de las hostilidades entre el Gobierno de Gustavo Petro y el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán. Mientras que la cabeza de la administración Distrital le reclama a Petro su interrupción en la autonomía de la capital, el jefe de Estado ha defendido la pertinencia de sus opiniones en temas de interés compartido, como la primera línea del metro y la construcción del Multicampús de Suba.
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Ahora, la nueva discusión entre los dos se desencadenó en X, por cuenta de los proyectos energéticos que requiere la ciudad para garantizar el suministro energético de los capitalinos para los próximos años. En este sentido, luego de que el presidente habló de sus conversaciones con la recién posesionada presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para finiquitar una red eléctrica desde el norte del continente hasta la Patagonia, el alcalde Galán le sugirió a Petro concentrarse un poco más en los asuntos locales.
“Presidente, con todo respeto, empecemos por terminar las redes de transmisión que traerán la energía a Bogotá y que dependen de la luz verde de su gobierno”, comentó el alcalde al anuncio del mandatario sobre el proyecto internacional.
Presidente, con todo respeto, empecemos por terminar las redes de transmisión que traerán la energía a Bogotá y que dependen de la luz verde de su gobierno. https://t.co/xiddEE9wxC
— Carlos F. Galán (@CarlosFGalan) October 2, 2024
Como no podía ser de otra manera, Gustavo Petro no dudó en contestar el reproche del inquilino de Liévano, y le recordó que las licencias para dichos proyectos energéticos, tienen problemas de índole social y ambiental. “Las redes de transmisión de energía eléctrica están detenidas por oposición de las comunidades por donde pasan. Se resolverá su suerte judicialmente; mientras tanto, un posible déficit debe ser cubierto desde ya por un programa fuerte y financiado de techos solares y granjas solares en las zonas de mayor radiación del distrito y la Sabana”, contestó el presidente.
Cabe resaltar que, el lío judicial al que se refiere Petro, consiste en una fricción entre el Grupo de Energía de Bogotá y las comunidades dueñas de los predios por donde pasarían las torres de los proyectos Sogamoso y Chivor II.
Bajo esta misma línea, de tres proyectos que componen la que sería esta nueva red de transmisión eléctrica, uno se encuentra en disputa judicial y los otros dos bajo estudio de la ANLA, ya que requieren una licencia ambiental por parte de esta entidad. No obstante, la situación de las tres iniciativas ya completa más de 10 años estancada.
Las redes de transmisión de energía eléctrica están detenidas por oposición de las comunidades por donde pasan.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) October 2, 2024
Se resolverá su suerte judicialmente; mientras tanto, un posible déficit debe ser cubierto desde ya por un programa fuerte y financiado de techos solares y granjas… https://t.co/Uu4REiEQWf
De nuevo, una nueva fricción entre ambos niveles, el Distrital y el Nacional, vuelve a entorpecer una colaboración, más que necesaria, para el avance de proyectos clave para la ciudadanía. Todo parece indicar que, al menos, durante los dos años restantes de gobierno de Petro, la comunicación entre Bogotá y la Nación no tendrá mayores cambios.
El problema energético en Bogotá
El futuro energético de Bogotá y de gran parte del centro del país está en entre dicho. Cada año se necesita más electricidad para mover a la capital, pero las líneas de transmisión, que la garantizan, están llegando al tope de capacidad. La preocupación por un eventual apagón (o racionamiento, como el del agua) llevó a que la Cámara de Representantes y el Concejo retomara la discusión en torno al futuro de tres proyectos (que cumplen 10 años estancados), que apuntan a ampliar la red y a mitigar la crisis. Si en algo están de acuerdo las bancadas pro gobierno y de oposición es que no se trata de una simple alerta.
Y así lo indican los datos. Bogotá, junto a Cundinamarca, Boyacá y Meta (que integran la zona de distribución Oriente) consumen el 24,9 % de la electricidad que produce el país, la cual llega a cada hogar gracias a las torres y a líneas de trasmisión. La preocupación radica en que hoy esas líneas pueden transportar 3.500 megavatios y la demanda es 3.100 mv. Para ilustrar, piense en que traen energía para 3.500 bombillos y ya hay 3.100 encendidos.
Los proyectos Chivor y Sogamoso, que interesan especialmente a la capital y que el mismo alcalde Carlos Fernando Galán pidió desenredar, tienen licencia ambiental, pero de todas las torres que se necesitan hay 300 que no se han podido instalar por falta de permisos o choques con la comunidad. En especial con las veedurías ciudadanas de cada municipio por donde pasarán las redes, que denuncian conflictos frente a los proyectos. Por ejemplo, las comunidades de Soacha resaltan el impacto en flora y fauna, así como en acuíferos como Chicaque, San Francisco y el Salto de Tequendama. “Somos 13 municipios los que nos opusimos a las torres del proyecto Chivos, por el atropello a las comunidades”, dicen los veedores.
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