Yolanda Cuestas comenzó su protesta encadenándose al frente de la sede del Ministerio de Vivienda. Ante la demora, armó un cambuche y ahora tiene una casa de ladrillo.
Foto: MIGUEL CRUZ
En Colombia la posibilidad de tener empleo estable, familia y vivienda digna se ve entorpecida por factores como la violencia y la burocracia. Yolanda Cuesta, una desplazada de 31 años, ha padecido los dos. Por proteger su vida y salir adelante llegó a Bogotá en el 2002, pero la pandemia hizo imposible cumplir el sueño de tener a sus hijos bajo un techo digno.
Antes del COVID-19, vivía con sus tres hijos en una habitación alquilada en Kennedy. Frente a la casa tenía un puesto de arepas, que le servía para conseguir “unos pesos y llevarles...