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A pesar de que en 2012 científicos vinculados al proyecto de la Enciclopedia del ADN “ENCODE” determinaron que el 80% de todo el ADN contiene elementos vinculados a funciones bioquímicas, un biólogo evolutivo de la Universidad de Houston (EE.UU.) acaba de asegurar que, por el contrario, el 75% del genoma humano sería basura.
Según Dan Graur, autor del estudio, la porción funcional del genoma humano probablemente cae entre el 10 y 15%, con un límite superior de 25%. El resto, dice el informe, es el llamado ADN basura, ADN inútil o basura evolutiva.
Para llegar a esta conclusión, Graur, en compañía de John y Rebecca Moores, ambos profesores de Biología y Bioquímica en Houston, tomó la tasa de mutación deletérea (tasa a la que se producen mutaciones perjudiciales) y la tasa de fertilidad de reemplazo. Luego desarrolló un modelo para calcular la disminución del éxito reproductivo, la conocida "carga mutacional", en relación con la porción del genoma que es funcional.
“La porción funcional del genoma se describe como aquella que tiene una función de efecto seleccionado. Los genes que codifican proteínas, los genes que especifican ARN y los receptores de ADN son ejemplos de funciones de efectos seleccionados. En su modelo, sólo partes funcionales del genoma pueden ser dañadas por mutaciones deletéreas; Las mutaciones en porciones no funcionales son neutras puesto que las partes sin función no pueden ser dañadas ni mejoradas”, resume la EuropaPress.
Al final del estudio, publicado en la revista científica Genome Biology and Evolution, Graur y su equipo concluyeron que solo la cuarta parte del ADN en humanos resulta práctica.
"Para que el 80% del genoma humano sea funcional, cada pareja en el mundo tendría que engendrar en promedio 15 niños y todos, menos dos, tendrían que morir o fallar en reproducirse. Si utilizamos el límite superior para la tasa de mutación deletérea (2 x 10?8) mutaciones por nucleótido por generación), entonces el número de hijos que cada pareja tendría que tener para mantener un tamaño de población constante sería superior al número de estrellas en el universo visible por 10 órdenes de magnitud”, explicó el autor.
Para los expertos, en los últimos 200.000 años las tasas de fecundidad en el nivel de reemplazo oscilaron entre 2,1 y 3,0 niños por pareja, por lo que la población mundial permaneció estable hasta principios del siglo XIX. "Necesitamos conocer la fracción funcional del genoma humano para enfocar la investigación biomédica en las partes que se pueden usar para prevenir y curar enfermedades. No hay necesidad de secuenciar todo bajo el Sol. Sólo necesitamos secuenciar las secciones que sabemos que son funcionales", puntualizó Dan Graur.