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“Los humanos somos primates. Si no fuéramos capaces de hacer cosas como escribir poesía y conducir coches, probablemente se nos clasificaría como otra especie de gran simio, junto con nuestros primos más cercanos: chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes. Así pues, comprender el genoma, la historia evolutiva, la socialidad y, según algunos, incluso la ecología de los primates modernos nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos”. (Puede leer: ¿Qué determina la forma de nuestra nariz? Encuentran pistas en genes neandertales)
Este el inicio de la introducción que Sacha Vignieri, editora de la prestigiosa revista académica Science, escribió en la más reciente publicación especial que contiene ocho artículos de investigación y que juntos conforman el estudio de genomas de primates más grande que se haya hecho hasta el momento.
Los estudios, que fueron realizados por científicos de todo el mundo, contienen datos del genoma completo de 233 especies de primates, lo que representa el 86 % de los géneros y de 16 familias. Hasta hace unos años, le dijo a Nature Dong-Dong Wu, biólogo evolutivo de la Academia China de Ciencias de Kunming y quien dirigió uno de los estudios, los científicos contaban con los genomas secuenciados de menos del 10 % de las especies de primates. (Le puede interesar: Por primera vez en la historia se pudo observar a Marte en directo)
Pero los estudios que se acaban de publicar en Science no son solo importantes por la cantidad de información que han logrado obtener de este campo de estudio. Como lo dijo Vignieri en su escrito, lo son, sobre todo, por lo que explican de esas especies, pero también de los seres humanos.
“El análisis de esa diversidad proporciona información sobre cuestiones de larga data en biología evolutiva y de la conservación, y es urgente dadas las graves amenazas a las que se enfrentan estas especies”, explicaron los autores de estos trabajos en un texto especial que introduce las investigaciones. (También puede leer: Un meteorito de hace 4.560 millones de años atravesó el techo de una casa)
Uno de los aspectos en los que se centraron algunos de estos trabajos, tiene que ver con la estructura social de algunas especies. A través de algunos genes se pueden explicar comportamientos específicos, advierten en uno de los estudios.
Para ver cómo influyen los genes en estos temas, un grupo de científicos se concentró en cinco especies de mono narigudo. Estas especies son particulares, pues son de los pocos primates que forman sociedades multinivel, las cuales se asemejan a las estructuras de los seres humanos, según le explico a Nature el ecólogo y autor de una investigación, Xiao-Guang Qi. (Puede interesarle: En 2022 había 2.500 satélites en órbita; para 2030 podrían ser un millón)
Los colegas de Qi compararon los genomas de estas especies, con los de otros monos emparentados a los narigudos pero que no fueran tan sociables. Gracias a este trabajo, pudieron demostrar que la actual estructura se explica por cambios climáticos que ocurrieron hace más de seis millones de años y que obligaron a los narigudos a ser más sociables.
Otros trabajos, por ejemplo, buscaron la relación que existe entre los genes y la conservación de las especies. A través de estos, los científicos pudieron demostrar que la diversidad genética dentro de algunas especies no tiene tanta relación como se creía con su riesgo de extinción.
Anteriormente, los biólogos consideraban que una menor diversidad genética era un indicador de endogamia, es decir, reproducción entre individuos de una especie que tienen ascendencia en común. Esto se produce, sobre todo, en poblaciones donde la cantidad de individuos está disminuyendo, por lo que se toma como una señal de que la especie puede estar en riesgo de desaparecer.
Pero lo que encontraron algunos estudios, es que hay especies donde la endogamia no es un factor de amenaza tan alto como se suponía. En estos casos, la destrucción del hábitat tendría mayor importancia.
Pese a que los resultados presentados suponen un gran avance para la ciencia, los investigadores señalan que sus trabajos son el punto de partida para nuevos estudios. (Puede leer: Por primera vez logran “sacarle” una radiografía a un solo átomo)
En palabras de Vignieri, “es de esperar que los conocimientos adquiridos gracias a este primer gran esfuerzo de caracterización de sus genomas permitan comprender mejor cómo conservar a los demás miembros de nuestro orden”.
Después de todo, concluye la bióloga, “los primates no solo tienen un pasado que nos ayuda a entendernos a nosotros mismos, sino también un futuro incierto: más del 60% están amenazados de extinción”.