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El Ártico no siempre fue la zona helada que conocemos en la actualidad. Hace 53 millones de años, en la época del Eoceno, era un pantano cálido, incluso en sus aguas nadaban caimanes. Ahora, un reciente estudio encontró que esta zona también funcionó como hogar de unos animales muy parecidos a los primates. (Lea: Las larvas dan pistas sobre cómo son los tipos de ciclos de vida de los animales)
Los investigadores, en los resultados publicados en la revista PLOS One, describieron dos especies de animales muy parecidas a los lémures. Chris Beard, paleontólogo de vertebrados de la Universidad de Kansas, explicó al medio Smithsonian que “encontrar un pariente cercano de primates al norte del Círculo Polar Ártico es único. Eso no ha existido en el registro fósil hasta ahora”.
De acuerdo con Beard, el pantano que existió durante esa época en la isla Ellesmere, de Canadá, simplemente no es comparable con ningún ecosistema en la actualidad, pues “no hay en la Tierra otra zona con las características que tenía este pantano”, apuntó.
Sin embargo, esta isla, a lo largo de los milenios, fue perdiendo su característica y adquirió una nueva: su extremo norte estuvo marcado por la oscuridad que dura meses. Ante estas condiciones, las dos especies parecidas a los lémures desarrollaron adaptaciones para sobrevivir en un bosque cálido y pantanoso que, durante la mitad del año, estuvo sumido en la oscuridad.
Para este estudio, los investigadores realizaron un análisis detallado de los dientes fosilizados y los fragmentos de la mandíbula de ocho ejemplares de esta especie que habitaban muy cerca de Bay Fiord, en el centro de la isla Ellesmere. (Le puede interesar: Arqueólogos temen abrir la tumba del primer emperador chino. ¿Por qué?)
Estos restos fósiles, resguardados en el Museo Canadiense de la Naturaleza, en Ottawa, fueron modelados en 3D para detallar los dientes. Luego, los compararon con el de otros 95 primates fósiles, entre ellos el Ignacius, que vivía al sur de la isla de Ellesmere; los monos titi; el saki y el uakari. Estas últimas especies viven en la actualidad en América del Sur y están adaptados a comer alimentos más duros.
Los científicos encontraron un detalle especial en los músculos de la mandíbula, pues estaban optimizados para que la mordida tuviera fuerza y esto podría revelar el por qué sobrevivieron: podían comer regularmente nueces y semillas duras.
“A diferencia de muchos otros primates de su época, estas características les permitieron masticar estos alimentos alternativos durante el invierno ártico, cuando no habrían estado disponibles comidas típicas como frutas”, se puede leer en el documento. (Lea también: Neandertales utilizaban cráneos como trofeos de caza)
Las dos especies parecidas a los primates fueron llamadas Ignacius mckennai e Ignacius dawsonae, que, de acuerdo con los científicos, tenían el tamaño de un gato pequeño o un conejo.
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