Así responde el cerebro femenino a la estimulación genital
Un equipo alemán ha definido con precisión dónde se ubica la representación del clítoris en el cerebro de las mujeres. La investigación revela que la localización exacta varía entre ellas y que dicha región era más gruesa cuanto más frecuentemente mantenían relaciones sexuales las participantes.
Verónica Fuentes - Agencia Sinc
Hasta ahora, el conocimiento sobre la representación neural de los genitales en la mujer y su papel en la función sexual ha sido bastante escaso. Si bien el córtex somatosensorial dedica un espacio a la detección del tacto de cada parte del cuerpo, la ubicación exacta del campo genital femenino en este mapa había sido controvertida.
Esta falta de datos ha dificultado el desarrollo de estudios clínicos que evaluaran el papel de los cambios producidos en dicha región bajo ciertas condiciones clínicas, como la disfunción sexual, o en mujeres que sufrieron abusos. (Lea: Aplazan, una vez más, el lanzamiento del telescopio James Webb)
Ahora, una investigación realizada por expertos de varias instituciones alemanas y publicada esta semana en The Journal of Neuroscience sostiene que la representación de los genitales en el mapa cerebral está cerca de la representación de la cadera si bien hay que localizarlo individualmente ya que la ubicación precisa varía “probablemente” entre ellas.
“Nuestro enfoque de mapeo produjo activaciones corticales en la pared lateral de la corteza somatosensorial para todas las mujeres, aunque la localización precisa cambió de mujer a mujer”, explica a SINC Christine Heim, profesora de la Universidad Charité de Berlín (Alemania) y autora principal. (Lea: Estas son las científicas y los científicos más importantes de 2021 según Nature)
El trabajo también descubrió que la región era más gruesa cuanto más frecuentemente mantenían relaciones sexuales las participantes. “Nunca se había demostrado en humanos que este campo de representación genital tuviera la capacidad de variar estructuralmente en relación con su uso”, añade.
Los estudios anteriores arrojaron resultados contradictorios debido a los métodos de mapeo menos precisos. En esta ocasión, el equipo utilizó la imagen por resonancia magnética funcional para cartografiar la representación exacta de los genitales femeninos midiendo la respuesta del cerebro a una membrana que vibraba sobre la región del clítoris.
“Nuestro enfoque de mapeo individual proporcionó una mayor precisión que en investigaciones anteriores y localizó inequívocamente el campo genital”, continúa Heim, que recogió una muestra de 20 mujeres. (Lea: Hallan embrión de dinosaurio perfectamente preservado que estaba a punto de nacer)
Mejorar el conocimiento de la función sexual
Según los autores, estos resultados ayudarán a desarrollar estrategias para promover la salud sexual en las mujeres. “Nuestro estudio proporciona tanto la base teórica como un nuevo enfoque metodológico para evaluar el papel del campo genital en la función sexual sana y en los trastornos sexuales, ya que podemos identificar una base neural para ellos”, afirma la investigadora principal.
“Podemos probar si los cambios en el campo genital modifican la percepción del tacto de los genitales. Y si las intervenciones, como la terapia sexual, modifican el campo genital, o cómo esta región se conecta con los circuitos cerebrales emocionales”, subraya.
Hasta ahora, el conocimiento sobre la representación neural de los genitales en la mujer y su papel en la función sexual ha sido bastante escaso. Si bien el córtex somatosensorial dedica un espacio a la detección del tacto de cada parte del cuerpo, la ubicación exacta del campo genital femenino en este mapa había sido controvertida.
Esta falta de datos ha dificultado el desarrollo de estudios clínicos que evaluaran el papel de los cambios producidos en dicha región bajo ciertas condiciones clínicas, como la disfunción sexual, o en mujeres que sufrieron abusos. (Lea: Aplazan, una vez más, el lanzamiento del telescopio James Webb)
Ahora, una investigación realizada por expertos de varias instituciones alemanas y publicada esta semana en The Journal of Neuroscience sostiene que la representación de los genitales en el mapa cerebral está cerca de la representación de la cadera si bien hay que localizarlo individualmente ya que la ubicación precisa varía “probablemente” entre ellas.
“Nuestro enfoque de mapeo produjo activaciones corticales en la pared lateral de la corteza somatosensorial para todas las mujeres, aunque la localización precisa cambió de mujer a mujer”, explica a SINC Christine Heim, profesora de la Universidad Charité de Berlín (Alemania) y autora principal. (Lea: Estas son las científicas y los científicos más importantes de 2021 según Nature)
El trabajo también descubrió que la región era más gruesa cuanto más frecuentemente mantenían relaciones sexuales las participantes. “Nunca se había demostrado en humanos que este campo de representación genital tuviera la capacidad de variar estructuralmente en relación con su uso”, añade.
Los estudios anteriores arrojaron resultados contradictorios debido a los métodos de mapeo menos precisos. En esta ocasión, el equipo utilizó la imagen por resonancia magnética funcional para cartografiar la representación exacta de los genitales femeninos midiendo la respuesta del cerebro a una membrana que vibraba sobre la región del clítoris.
“Nuestro enfoque de mapeo individual proporcionó una mayor precisión que en investigaciones anteriores y localizó inequívocamente el campo genital”, continúa Heim, que recogió una muestra de 20 mujeres. (Lea: Hallan embrión de dinosaurio perfectamente preservado que estaba a punto de nacer)
Mejorar el conocimiento de la función sexual
Según los autores, estos resultados ayudarán a desarrollar estrategias para promover la salud sexual en las mujeres. “Nuestro estudio proporciona tanto la base teórica como un nuevo enfoque metodológico para evaluar el papel del campo genital en la función sexual sana y en los trastornos sexuales, ya que podemos identificar una base neural para ellos”, afirma la investigadora principal.
“Podemos probar si los cambios en el campo genital modifican la percepción del tacto de los genitales. Y si las intervenciones, como la terapia sexual, modifican el campo genital, o cómo esta región se conecta con los circuitos cerebrales emocionales”, subraya.