Así será el final de la Estación Espacial Internacional
La ISS (por sus siglas en ingles) dejará de estar operativa en 2031. Se sumergirá en el océano.
A finales de enero pasado la Nasa presentó un documento público en el que detalló lo que será la próxima década de funcionamiento de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en ingles), el primer y aún más importante laboratorio espacial que la humanidad ha construido y mantiene en funcionamiento. Ese plan de transición, que deberá desarrollarse durante esta década, está dirigido a que la Estación pueda brindar servicios comerciales, como lo explicamos aquí.
Pero además, ese plan de transición representa el último objetivo de la ISS. Lanzada en 1984, la Estación fue el esfuerzo internacional más importante en su momento por expandir el conocimiento humano sobre el universo pero también sobre nuestro propio planeta. Esa misión llegará a su fin en 2031. La vida útil de la ISS se basa en análisis de su estructura que realiza periódicamente la Nasa y sus aliados. Hay unos elementos que podrían ser reparados o reemplazados casi para siempre, pero hay otros que no.
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Por ejemplo, no habría problema con los sistemas de energía, control ambiental y soporte vital o comunicaciones. Todo eso es reemplazable o reparable. Lo que no lo es, es la estructura primaria de la estación, afectada por la carga dinámica (como los acoplamientos y desacoplamientos de los vehículos) y los ciclos térmicos orbitales. Actualmente todo está en control y no hay nada que indique que la Estación deje de ser un laboratorio viable en los próximos años. Pero esa vida útil termina en 2030.
Por eso la Nasa ya también plantea cómo va a sacar de órbita a la ISS. Cuando llegue ese momento, el control de la misión de la ISS comenzará a programar maniobras retrógradas que reducirán lentamente la altitud operativa de la ISS. Esta menor altitud se traducirá en una mayor velocidad global. Finalmente, los operadores de la ISS la alinearán con el lugar de la tierra donde finalmente aterrizarán sus restos: una zona marítima y deshabitada del Pacífico Sur conocida como Point Nemo.
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Este punto es el lugar del océano más alejado de cualquier tierra firme, a 2.700 kilómetros de Antártida. Es, de hecho, un lugar conocido por ser el destino final de satélites o artefactos espaciales.
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Pero además, ese plan de transición representa el último objetivo de la ISS. Lanzada en 1984, la Estación fue el esfuerzo internacional más importante en su momento por expandir el conocimiento humano sobre el universo pero también sobre nuestro propio planeta. Esa misión llegará a su fin en 2031. La vida útil de la ISS se basa en análisis de su estructura que realiza periódicamente la Nasa y sus aliados. Hay unos elementos que podrían ser reparados o reemplazados casi para siempre, pero hay otros que no.
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Por ejemplo, no habría problema con los sistemas de energía, control ambiental y soporte vital o comunicaciones. Todo eso es reemplazable o reparable. Lo que no lo es, es la estructura primaria de la estación, afectada por la carga dinámica (como los acoplamientos y desacoplamientos de los vehículos) y los ciclos térmicos orbitales. Actualmente todo está en control y no hay nada que indique que la Estación deje de ser un laboratorio viable en los próximos años. Pero esa vida útil termina en 2030.
Por eso la Nasa ya también plantea cómo va a sacar de órbita a la ISS. Cuando llegue ese momento, el control de la misión de la ISS comenzará a programar maniobras retrógradas que reducirán lentamente la altitud operativa de la ISS. Esta menor altitud se traducirá en una mayor velocidad global. Finalmente, los operadores de la ISS la alinearán con el lugar de la tierra donde finalmente aterrizarán sus restos: una zona marítima y deshabitada del Pacífico Sur conocida como Point Nemo.
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