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En un acto público realizado el 27 de agosto de 2015, el presidente Juan Manuel Santos y la entonces directora de Colciencias firmaron un cheque en el que la propia Yaneth Giha, de su puño y letra, escribió su compromiso de “llegar al 1 % del PIB en Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ACTI) con al menos 50 % de inversión privada” en el 2018.
No ha sido el único gobierno que hace esa promesa y no la ha podido cumplir. Es más: en los últimos cinco años, el presupuesto asignado a Colciencias, la entidad que lidera el sector de ciencia, tecnología e innovación en el país y que en 2018 está cumpliendo 50 años de fundada, se ha reducido año tras año. Para el 2019, de acuerdo con la propuesta radicada por el gobierno Santos al Congreso de la República en días pasados, ciencia y tecnología tendrá una reducción del 33 %. “Es tan pequeña la inversión que toca verla con lupa”, dice el investigador Gonzalo Ordóñez, de la Universidad Externado de Colombia; y así, “¿cómo solucionar problemas milenarios y competir en un mundo globalizado?”, trinó.
Cifras históricas con tendencia negativa
Clara Inés Pardo, directora del Observatorio de Ciencia y Tecnología, y Alejandro Olaya, director de Colciencias, dicen que el Gobierno cumplió parcialmente su promesa: la inversión en actividades llegó solo hasta 0,67 %, pero más del 50 % sí lo aportó el sector privado que, de acuerdo con Pardo, incluye no solamente al sector productivo, sino a las universidades y centros de investigación privados.
Eso era fácil de cumplir: según cifras recientes del Observatorio, desde el año 2000 la inversión del sector privado en ACTI siempre ha estado por encima de la pública y siempre ha sido más del 50 %. En el 2000 el Gobierno invertía el 41,25 % y el sector privado aportaba el 57,19%. Cifras preliminares del año 2017 demuestran que la brecha cada vez es mayor: el Gobierno invierte el 29,87 % y los privados el 69,93 %.
Otro dato importante: invertir en ACTI no es lo mismo que hacerlo en Investigación y Desarrollo (I+D). Mientras este último se refiere a investigación básica, aplicada y desarrollo experimental, las ACTI incluyen además formación y servicios que ofrecen bibliotecas y museos, periodismo científico, entre otros. Eso significa que,De acuerdo con Pardo, si el 70 % del presupuesto de Colciencias se invierte en formación por medio de programas como el de becas de doctorados, “Colciencias está invirtiendo en ACTI, no en I+D”. (Lea acá: 20 años de promesas incumplidas para la ciencia)
Eduardo Posada, presidente de la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, hace énfasis en que si realmente Colombia se quiere comparar a escala internacional, el indicador debe ser con I+D, que según cifras oficiales está en 0,25 %, “muy lejos de muchos países”, y de la meta de Santos y Giha. Así que la promesa “no se logró”, asegura.
Enrique Forero, presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, coincide con Posada: “Primero dicen que van a aumentar el apoyo del Gobierno y después le quitan $1.300 millones para vías terciariasEso indica que, realmente en lugar de aumentar, disminuyeron”.
Posada menciona además que aunque la inversión del sector privado se ha incrementado, todavía sigue siendo muy baja. “Tan solo unas pocas —y grandes— empresas están invirtiendo en serio”. Y coincide con Pardo cuando se le pregunta cuáles: Cementos Argos y Nutresa, porque , dice Pardo,“saben que su permanencia en el mercado a largo plazo serán esas inversiones en I+D y en ACTI”.
Juan Camilo Quintero, gerente de Innovación y Emprendimiento de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), afirma que las empresas han venido despertando e invirtiendo más. En el caso de Medellín, afirma, “está llegando a tasas de inversión por encima del 2 % del PIB, donde las empresas juegan un papel predominante”. Hay menos dependencia del Estado.
Quintero prefiere hablar en pesos y no en porcentajes. En el ámbito nacional, el país ha invertido alrededor de $5,5 billones desde 2013, lo que significa que los esfuerzos son insuficientes. “Si no crece la inversión y (el aporte del) Estado disminuye, no estamos haciendo nada; seguimos completamente rezagados en el contexto latinoamericano”.
La ANDI propone reorganizar los montos que el Estado dedica a ciencia, tecnología e innovación, pues actualmente calcula más de dos billones de pesos anuales dispersos en diferentes entidades gubernamentales. Y el sector privado, dice Quintero, debe ser más consciente del tema y entender “que las empresas no compiten con productos y servicios sino con capacidades”.
La despedida desde Colciencias
“Llegar al 1 %”, dice Alejandro Olaya,“sigue siendo un desafío pendientepara el sector”. Menciona que a pesar de esa situación, “en seis años se duplicó el número de doctores que tiene Colombia, con una inversión de $1.7 billones” en los últimos años. Dice además que se duplicó la producción científica, pasando “de 6.000 artículos científicos publicados a 13.000”. Y considera que el logro más importante de su equipo en Colciencias fue la reforma al sistema general de regalías: “El principal legado es haber podido corregir esos males que todos conocemos del Fondo de Ciencia y Tecnología en el sentido de que las universidades, los grupos, las entidades que hacen ciencia no tenían un mecanismo para acceder directamente a esos recursos”. (Lea acá: Aprobado proyecto de ley que modifica cómo seleccionar programas de ciencia que se financien con recursos público)
Formula cuatro recomendaciones a su reemplazo, Diego Hernández Losada, anunciado el pasado viernes: insistir en mejorar la financiación institucional de Colciencias, implementar la reforma a las regalías, acercarse más en un diálogo con el sector y “seguir construyendo sobre lo construido”.
El presidente entrante, Iván Duque, ha dicho que invertirá el 1,5 % del PIB en ciencia, tecnología e innovación. Solo hasta el 2022 se sabrá si al fin se cumplen tantas promesas.