Bacterias en el estómago de las vacas podrían descomponer plástico
Un estudio, publicado en la revista Frontiers in Bioengineering and Biotechnology, mostró que los microorganismos extraídos del estómago de las vacas pueden descomponer ciertos tipos de plástico, incluido el tereftalato de polietileno (PET) que es el más usado.
En el estómago de las vacas está una de las claves que podría descomponer el plástico y, quizás, ofrecer una solución para reducir la contaminación generada por este producto. Un estudio, publicado en la revista Frontiers in Bioengineering and Biotechnology, mostró que los microbios extraídos del estómago de estos animales pueden acabar con ciertos tipos de plástico, incluido el tereftalato de polietileno (PET) que es el que se utiliza en las botellas de las gaseosas, los envases de alimentos y las telas sintéticas. (Lea: El 80% de la basura encontrada en el mar es de plástico seguido por metales, vidrio y ropa)
Los investigadores explicaron que el rumen, el compartimiento más grande que tiene el estómago de un rumiante, tiene microorganismos que ayudan a la descomposición de su dieta de vegetación gruesa. Esta zona del estómago tiene la función de ser una incubadora de estos microbios que digieren o fermentan los alimentos consumidos por estos animales.
Con esa teoría, los investigadores supusieron que algunos microbios que se albergan dentro del rumen de una vaca podría tener la capacidad de digerir algunos tipos de poliésteres. “Sus moléculas componentes están unidas por los llamados grupos éster”, dice el estudio. “Por sus dietas herbívoras, las vacas consumen un poliéster natural producido por las plantas, llamado cutina”, añade. (Puede leer: En 2020 en el mundo se produjo un poco menos de plástico)
En promedio, una vaca puede producir un volumen de rumen de aproximadamente 100 litros.
En promedio, una vaca puede producir un volumen de rumen de aproximadamente 100 litros.
El PET, que es uno de los poliésteres sintéticos más usados, tiene una estructura química bastante parecida a la de la cutina, que se encuentran, por ejemplo, en las cáscaras de tomates o manzanas. Como las dietas de las vacas contienen estos poliésteres naturales, los científicos sospecharon que el estómago bovino contendría una gran cantidad de microbios para degradar todo el material vegetal.
Para comprobar hasta qué punto esta teoría era cierta, el grupo de investigación recolectó el líquido del rumen de las vacas de un matadero en Austria. Luego, lo incubaron durante tres días con los tres tipos de poliéster: el PET, el PBAT (el tereftalato de adipato de polibutileno que es el plástico biodegradable de uso frecuente en bolsas de plástico); y PEF (el furanoato de polietileno ue es fabricado con materiales renovables derivados de las plantas). (Le puede interesar: Alemania se suma a la lista de países que prohíben los plásticos de un solo uso)
Los resultados señalaron que los tres tipos de plástico podrían ser degradados por los microorganismos de los estómagos de las vacas en el laboratorio. Y, para identificar el tipo de microorganismo que era capaz de su descomposición, tomaron pruebas de ADN del líquido del rumen. Las más predominantes eran las Pseudomonas, con un 98%.
El equipo explicó que, como ya se identificaron las enzimas que pueden descomponer el plástico, se podrían producir y aplicar en plantas de reciclaje, principalmente porque en la actualidad la mayoría de los desechos plásticos se queman, generando un incremento en la contaminación del aire.
En el estómago de las vacas está una de las claves que podría descomponer el plástico y, quizás, ofrecer una solución para reducir la contaminación generada por este producto. Un estudio, publicado en la revista Frontiers in Bioengineering and Biotechnology, mostró que los microbios extraídos del estómago de estos animales pueden acabar con ciertos tipos de plástico, incluido el tereftalato de polietileno (PET) que es el que se utiliza en las botellas de las gaseosas, los envases de alimentos y las telas sintéticas. (Lea: El 80% de la basura encontrada en el mar es de plástico seguido por metales, vidrio y ropa)
Los investigadores explicaron que el rumen, el compartimiento más grande que tiene el estómago de un rumiante, tiene microorganismos que ayudan a la descomposición de su dieta de vegetación gruesa. Esta zona del estómago tiene la función de ser una incubadora de estos microbios que digieren o fermentan los alimentos consumidos por estos animales.
Con esa teoría, los investigadores supusieron que algunos microbios que se albergan dentro del rumen de una vaca podría tener la capacidad de digerir algunos tipos de poliésteres. “Sus moléculas componentes están unidas por los llamados grupos éster”, dice el estudio. “Por sus dietas herbívoras, las vacas consumen un poliéster natural producido por las plantas, llamado cutina”, añade. (Puede leer: En 2020 en el mundo se produjo un poco menos de plástico)
En promedio, una vaca puede producir un volumen de rumen de aproximadamente 100 litros.
En promedio, una vaca puede producir un volumen de rumen de aproximadamente 100 litros.
El PET, que es uno de los poliésteres sintéticos más usados, tiene una estructura química bastante parecida a la de la cutina, que se encuentran, por ejemplo, en las cáscaras de tomates o manzanas. Como las dietas de las vacas contienen estos poliésteres naturales, los científicos sospecharon que el estómago bovino contendría una gran cantidad de microbios para degradar todo el material vegetal.
Para comprobar hasta qué punto esta teoría era cierta, el grupo de investigación recolectó el líquido del rumen de las vacas de un matadero en Austria. Luego, lo incubaron durante tres días con los tres tipos de poliéster: el PET, el PBAT (el tereftalato de adipato de polibutileno que es el plástico biodegradable de uso frecuente en bolsas de plástico); y PEF (el furanoato de polietileno ue es fabricado con materiales renovables derivados de las plantas). (Le puede interesar: Alemania se suma a la lista de países que prohíben los plásticos de un solo uso)
Los resultados señalaron que los tres tipos de plástico podrían ser degradados por los microorganismos de los estómagos de las vacas en el laboratorio. Y, para identificar el tipo de microorganismo que era capaz de su descomposición, tomaron pruebas de ADN del líquido del rumen. Las más predominantes eran las Pseudomonas, con un 98%.
El equipo explicó que, como ya se identificaron las enzimas que pueden descomponer el plástico, se podrían producir y aplicar en plantas de reciclaje, principalmente porque en la actualidad la mayoría de los desechos plásticos se queman, generando un incremento en la contaminación del aire.