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Las opciones nutricionales de los colibríes, como frutas y néctares florales, son atractivos por su alto contenido de azúcar y, por lo tanto, su beneficio calórico. Sin embargo, su consumo también puede conducir a la ingestión de alcohol etílico (en adelante, etanol), que es una toxina potencial en dosis altas. El etanol puede tener múltiples funciones en la biología sensorial y de alimentación, por ejemplo, la sensación gustativa del etanol puede estimular la alimentación y mejorar la ganancia calórica neta.
Las soluciones de azúcar, como las que se usan en los comederos artificiales para colibríes, pueden fermentar. Lo mismo ocurre con las flores llenas de néctar, que son un lugar de reunión ideal para la levadura, un tipo de hongo, y para las bacterias que metabolizan el azúcar y producen etanol. Por lo tanto, la posibilidad de exposición crónica al etanol es sustancial para las aves que se alimentan de néctar, la pregunta es en qué niveles y cuándo puede tener un impacto. Un grupo de investigadores buscó dar pistas.
Los académicos se plantearon dos preguntas en particular: ¿Cuánto alcohol consumen los colibríes en su búsqueda diaria de sustento? ¿Sienten atracción por el alcohol o les repele? Luego, se cuestionaron si dado que el alcohol es un subproducto natural de la fruta azucarada y el néctar floral que producen las plantas, ¿es el etanol una parte inevitable de la dieta de los colibríes y muchos otros animales?
La investigación fue publicada en Royal Society Open Science.
¿Cómo estudiar el consumo de etanol en colibríes?
Tres colibríes de Anna machos adultos fueron capturados en la naturaleza y alojados individualmente hasta por un mes. Las aves recibieron una dieta estándar de alimentación con néctar preparada diariamente a una concentración de aproximadamente 20 % v/v (volumen por volumen). Las aves se habituaron a esta dieta durante un mínimo de 2 días antes de los experimentos. Se prepararon soluciones de etanol al 1 % y al 2 % en solución de sacarosa.
“Los colibríes están comiendo el 80% de su masa corporal al día en néctar”, dijo, citado por su universidad, el biólogo de la Universidad de California, Berkeley, Robert Dudley. “La mayor parte es agua y el resto azúcar. Pero incluso si hay concentraciones muy bajas de etanol, ese consumo volumétrico produciría una alta dosis de etanol, si estuviera disponible. Tal vez, con los comederos, no solo estemos criando colibríes, sino que les proporcionamos un asiento en el bar cada vez que entran”.
Los colibríes consumieron néctar de cada una de las soluciones de etanol al 0,1 y 2%, aunque en distinta medida. En general, las aves fueron indiferentes a la presencia de etanol al 1 % en el néctar en comparación con una prueba de elección al 0 %, pero redujeron su consumo volumétrico de etanol al 2 % cuando se combinó con etanol al 0 % o al 1 %.
Es decir, en términos simples, los colibríes beben alegremente agua azucarada con hasta un 1% de alcohol por volumen, encontrándola tan atractiva como el agua azucarada normal. Pero, parecen ser solo bebedores moderados, porque beben solo la mitad de lo normal cuando el agua azucarada contiene un 2% de alcohol. “Están consumiendo la misma cantidad total de etanol, solo están reduciendo el volumen de la solución al 2% ingerida. Eso fue realmente interesante”, señaló Dudley. “Ese fue una especie de efecto de umbral y nos sugirió que lo que sea que haya en el mundo real, probablemente no supere el 1,5%”.
Entonces, los colibríes pueden ingerir y aparentemente tolerar concentraciones bajas de etanol en el néctar, aunque, advierten los científicos, las vías específicas para la absorción y digestión de esta molécula no se han descrito en las aves.
Los colibríes no están borrachos
Ahora, cuando los investigadores probaron el nivel de alcohol en el agua azucarada que había estado en el comedero durante dos semanas, encontraron una concentración mucho más baja: alrededor del 0,05 % por volumen. “0.05% simplemente no parece mucho, y no lo es. Pero, de nuevo, si comes el 80 % de tu peso corporal al día, con un 0,05 % de etanol obtienes una carga sustancial de etanol en relación con tu masa corporal”, dijo. “Así que todo es consistente con la idea de que existe una exposición natural y crónica a niveles fisiológicamente significativos de etanol derivados de esta fuente nutricional”.
Pero estos animales queman el alcohol y lo metabolizan muy rápido. Así que probablemente no estén viendo ningún efecto real, es decir, las coloridas aves no se están emborrachando.
El etanol al 1% no es aversivo para los colibríes, pero probablemente proporciona un beneficio energético mínimo en relación con la sacarosa mezclada en solución. El estudio tiene algunas limitaciones importantes. Los néctares experimentales, por ejemplo, no necesariamente replican el néctar fermentado naturalmente, o incluso las soluciones de sacarosa fermentadas que se encuentran en los comederos para colibríes.
Los colibríes estudiados se mantuvieron, además, en cautiverio hasta por un mes con acceso ad libitum (a placer, a voluntad) al néctar y pueden haber tenido diferentes presupuestos de actividad y balance neto de energía en relación con las aves en libertad. La investigación es parte de un proyecto a largo plazo de Dudley y sus colegas de UC Berkeley: el herpetólogo Jim McGuire y el experto en aves Rauri Bowie, ambos profesores de biología integradora y curadores del Museo de Zoología de Vertebrados de UC Berkeley.
Estos estudios buscan comprender el papel que juega el alcohol en las dietas de los animales, particularmente en los trópicos, donde las frutas y el néctar azucarado fermentan fácilmente, y el alcohol no puede evitar ser consumido por animales que comen frutas o beben néctar. “¿El alcohol tiene algún efecto conductual? ¿Estimula la alimentación a niveles bajos? ¿Motiva la asistencia más frecuente de una flor si no solo reciben azúcar, sino también etanol? No tengo las respuestas a estas preguntas”, finaliza Dudley.