Boyacá y Cundinamarca tendrían suelos “marcianos”
Siete puntos en municipios como El Guamal o Caparrapí, de estos departamentos, tienen potencial para funcionar como análogos planetarios, lo que es clave en el estudio de la astrobiología, que busca entender el origen de la vida en el universo.
Agencia de Noticias UN
Un trabajo reciente del biólogo Diego Gómez, investigador del Grupo de Ciencias Planetarias y Astrobiología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), buscó identificar ambientes extremos en la región cundiboyacense colombiana con potencial astrobiológico como análogo planetario, es decir cuyas condiciones sean similares o iguales a otros planetas, es este caso específico a Marte.
Para encontrar los datos, el investigador Gómez buscó la bibliografía de variables ambientales de la región cundiboyacense que incluyen radiación solar, radiación UV incidente, y características tanto del suelo como litológicas y climáticas. La escogencia de los lugares de análisis se basó en ese tipo de variables donde hay datos disponibles.
En el primer filtro se seleccionaron seis lugares de Cundinamarca: Almacafé, Caparrapí, Capellanía, El Hato, Nazareth, y la PTAR Tocancipá, y uno de Boyacá: El Guamal. De estos se comparó la información de radiación UV, el clima, la composición de suelo y la litología, es decir las características de las rocas.
“Estos puntos geográficos ofrecen diversas variables que los hacen, en cierto grado, potenciales análogos planetarios de interés astrobiológico y se clasifican según sus características, lo que da como resultado que la radiación UV y ciertos rasgos geológicos son sus puntos más fuertes, y aquellos de suelos y clima los menos robustos”, explica el biólogo.
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Evidencias en estudio
Su valor consiste en la similitud –por sus condiciones geoquímicas, mineralógicas o fisicoquímicas ambientales– que permita la existencia de la vida y se clasifican en tres escalafones: el primero se basa en evidencia directa; el segundo en evidencia indirecta o altamente sugestiva que necesita de más datos para su confirmación, y el tercero no cuenta con evidencia con su objetivo a replicar.
“Marte es uno de los objetivos con más análogos planetarios exitosos, debido especialmente a que existe una historia geológica similar en sus inicios. Por ejemplo, el potencial de la región cundiboyacense como posible análogo planetario es gracias a zonas con alta radiación solar y UV”.
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Análogos colombianos
Según el investigador Gómez, para seleccionar los posibles lugares de interés se usó un calculador rápido de UV y se buscó información de suelos, litología y clima de los lugares de interés en las bases de datos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC).
Agrega que “aunque la región cundiboyacense presenta ventajas como análogo planetario –entre ellas sus altas tasas de radiación UV y algunas características litológicas–, lo disímil del suelo es una desventaja, ya que no se hallaron rasgos como permafrost, presencia de percloratos y meteorización química o por radiación, como sería el ideal en un análogo marciano”.
Casi todas las rocas encontradas son clásticas, que concordarían con las llanuras rocosas de Marte, pero aunque se cuenta con una temperatura y humedad baja, no alcanza a simular algunos fenómenos ambientales del planeta rojo.
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Prospectiva en Colombia
Algunas conclusiones del trabajo es que se podría abrir un campo de estudio en bioprospección de microrganismos de interés para la astrobiología, debido a sus características ambientales parcialmente análogas, pero es necesario alimentar las bases de datos de los lugares de interés para enriquecer la labor investigativa.
También plantea apoyarse en expertos de suelos para determinar a qué profundidad se puede considerar como un análogo de ciertos suelos y aprovechar la información para hacer un análisis que no se puede hacer bajo una taxonomía tradicional.
El estudio indica que Colombia tiene una orografía muy rica, pero que se necesitan análisis para saber qué se puede ofrecer y no dejar de lado los ambientes extremos.
Por último, el biólogo Gómez recuerda que en el país no hay un lugar con todos los parámetros ideales, pero sí existen ciertos ambientes con bastantes variables parciales para futuros estudios y para aprovechar la prospección de esta área.
Un trabajo reciente del biólogo Diego Gómez, investigador del Grupo de Ciencias Planetarias y Astrobiología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), buscó identificar ambientes extremos en la región cundiboyacense colombiana con potencial astrobiológico como análogo planetario, es decir cuyas condiciones sean similares o iguales a otros planetas, es este caso específico a Marte.
Para encontrar los datos, el investigador Gómez buscó la bibliografía de variables ambientales de la región cundiboyacense que incluyen radiación solar, radiación UV incidente, y características tanto del suelo como litológicas y climáticas. La escogencia de los lugares de análisis se basó en ese tipo de variables donde hay datos disponibles.
En el primer filtro se seleccionaron seis lugares de Cundinamarca: Almacafé, Caparrapí, Capellanía, El Hato, Nazareth, y la PTAR Tocancipá, y uno de Boyacá: El Guamal. De estos se comparó la información de radiación UV, el clima, la composición de suelo y la litología, es decir las características de las rocas.
“Estos puntos geográficos ofrecen diversas variables que los hacen, en cierto grado, potenciales análogos planetarios de interés astrobiológico y se clasifican según sus características, lo que da como resultado que la radiación UV y ciertos rasgos geológicos son sus puntos más fuertes, y aquellos de suelos y clima los menos robustos”, explica el biólogo.
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Evidencias en estudio
Su valor consiste en la similitud –por sus condiciones geoquímicas, mineralógicas o fisicoquímicas ambientales– que permita la existencia de la vida y se clasifican en tres escalafones: el primero se basa en evidencia directa; el segundo en evidencia indirecta o altamente sugestiva que necesita de más datos para su confirmación, y el tercero no cuenta con evidencia con su objetivo a replicar.
“Marte es uno de los objetivos con más análogos planetarios exitosos, debido especialmente a que existe una historia geológica similar en sus inicios. Por ejemplo, el potencial de la región cundiboyacense como posible análogo planetario es gracias a zonas con alta radiación solar y UV”.
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Análogos colombianos
Según el investigador Gómez, para seleccionar los posibles lugares de interés se usó un calculador rápido de UV y se buscó información de suelos, litología y clima de los lugares de interés en las bases de datos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC).
Agrega que “aunque la región cundiboyacense presenta ventajas como análogo planetario –entre ellas sus altas tasas de radiación UV y algunas características litológicas–, lo disímil del suelo es una desventaja, ya que no se hallaron rasgos como permafrost, presencia de percloratos y meteorización química o por radiación, como sería el ideal en un análogo marciano”.
Casi todas las rocas encontradas son clásticas, que concordarían con las llanuras rocosas de Marte, pero aunque se cuenta con una temperatura y humedad baja, no alcanza a simular algunos fenómenos ambientales del planeta rojo.
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Prospectiva en Colombia
Algunas conclusiones del trabajo es que se podría abrir un campo de estudio en bioprospección de microrganismos de interés para la astrobiología, debido a sus características ambientales parcialmente análogas, pero es necesario alimentar las bases de datos de los lugares de interés para enriquecer la labor investigativa.
También plantea apoyarse en expertos de suelos para determinar a qué profundidad se puede considerar como un análogo de ciertos suelos y aprovechar la información para hacer un análisis que no se puede hacer bajo una taxonomía tradicional.
El estudio indica que Colombia tiene una orografía muy rica, pero que se necesitan análisis para saber qué se puede ofrecer y no dejar de lado los ambientes extremos.
Por último, el biólogo Gómez recuerda que en el país no hay un lugar con todos los parámetros ideales, pero sí existen ciertos ambientes con bastantes variables parciales para futuros estudios y para aprovechar la prospección de esta área.