Científicas tienen menos probabilidades de ser nombradas como autoras en artículos
La brecha de género que existe en las publicaciones científicas y patentes se debe a una menor atribución de los aportes de las mujeres, encontró un nuevo estudio, ya que tienen menos probabilidad de ser nombradas como autoras en los artículos en los que participan. Esta brecha se observó incluso en campos dominados por las mujeres, como la salud, y fue más pronunciada en las etapas tempranas de sus carreras laborales.
Desde 1951, la científica Rosalind Franklin empezó a trabajar en lo que sería uno de los aportes científicos más importantes del siglo XX: la estructura del ADN. Los datos que Franklin encontró fueron esenciales para un estudio publicado en 1953 por James Watson y Francis Crick, del primer modelo correcto de la estructura del ADN. En 1962, recibieron el premio Nobel de Medicina por sus hallazgos. El nombre de Rosalind Franklin, y sus aportes a la investigación, no fueron reconocidos hasta mucho tiempo después. Su contribución pasó desapercibida por la ciencia.
Un nuevo estudio de la revista Nature encontró que, hasta más de medio siglo después, la situación para muchas mujeres en la ciencia sigue siendo parecida. Las mujeres en los equipos de investigación tienen muchas menos probabilidades de que se les atribuya la autoría que los hombres. Para los investigadores detrás de este nuevo estudio, este hallazgo indica que al menos una parte de la brecha de género en la ciencia se debe a una menor atribución a las mujeres, y no una menor contribución. (También puede leer: La Nasa nombra a la colombiana Diana Trujillo como nueva directora de vuelo)
“Sabemos desde hace mucho tiempo que las mujeres publican y patentan a un ritmo más bajo que los hombres”, dijo Julia Lane, coautora del estudio, en un comunicado de prensa “Pero debido a que los datos anteriores nunca mostraron quién participó en la investigación, nadie sabía por qué”. En esta investigación se hizo una revisión de datos del Instituto de Investigación sobre Innovación y Ciencia, en donde había información detallada sobre proyectos de investigación de 52 colegios y universidad de 2013 a 2016. Esta base de datos tenía información sobre 128.859 personas que trabajaron en 9.778 equipos de investigación.
La publicación encontró que, en promedio, y en todos los campos de trabajo, los hombres tienen el doble de probabilidad de ser nombrados como autores en un artículo científico o patente que las mujeres. Esta brecha se observó incluso en campos dominados por mujeres, como la salud, y se evidenció particularmente durante las primeras etapas de las carreras laborales de las mujeres. Por ejemplo, solo 15 de cada 100 mujeres posgraduadas fueron nombradas como autoras en una publicación, en comparación con 21 de cada 100 de sus pares masculinos. (Le puede interesar: Un nuevo estudio revela que Júpiter se formó “absorbiendo” planetas enanos)
El equipo también encuestó a más de 2.400 científicos publicados y les preguntó si alguna vez habían sido excluidos de un artículo en el que habían contribuido. El 43% de las mujeres indicó que esto les había sucedido, en comparación con el 38% de los hombres. A pesar de que la explicación más común para hombres y mujeres fue que otros habían subestimado su contribución, las mujeres señalaron la discriminación o el sesgo como explicación el doble de veces, mientras que los hombres tuvieron más probabilidades de decir que sus contribuciones no justificaban la autoría.
Recientemente, un estudio realizado por dos investigadores colombianos, Diana Farías y Camilo López, encontró que las científicas colombianas han aportado el 30% de la publicación científica, lo que demuestra una disparidad de género persistente a lo largo del tiempo, según los autores. “Las diferencias basadas en el género en la publicación científica per cápita indican que la disparidad persiste incluso después de controlar las diferencias en el número de investigadores”, explicó a El Espectador Camilo López. De los 161.204 artículos científicos registrados por investigadores colombianos en la plataforma Scienti a 2019, el 30,62 % (49.359) fueron escritos por mujeres y el 69,38 % (111.845) por hombres.
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Desde 1951, la científica Rosalind Franklin empezó a trabajar en lo que sería uno de los aportes científicos más importantes del siglo XX: la estructura del ADN. Los datos que Franklin encontró fueron esenciales para un estudio publicado en 1953 por James Watson y Francis Crick, del primer modelo correcto de la estructura del ADN. En 1962, recibieron el premio Nobel de Medicina por sus hallazgos. El nombre de Rosalind Franklin, y sus aportes a la investigación, no fueron reconocidos hasta mucho tiempo después. Su contribución pasó desapercibida por la ciencia.
Un nuevo estudio de la revista Nature encontró que, hasta más de medio siglo después, la situación para muchas mujeres en la ciencia sigue siendo parecida. Las mujeres en los equipos de investigación tienen muchas menos probabilidades de que se les atribuya la autoría que los hombres. Para los investigadores detrás de este nuevo estudio, este hallazgo indica que al menos una parte de la brecha de género en la ciencia se debe a una menor atribución a las mujeres, y no una menor contribución. (También puede leer: La Nasa nombra a la colombiana Diana Trujillo como nueva directora de vuelo)
“Sabemos desde hace mucho tiempo que las mujeres publican y patentan a un ritmo más bajo que los hombres”, dijo Julia Lane, coautora del estudio, en un comunicado de prensa “Pero debido a que los datos anteriores nunca mostraron quién participó en la investigación, nadie sabía por qué”. En esta investigación se hizo una revisión de datos del Instituto de Investigación sobre Innovación y Ciencia, en donde había información detallada sobre proyectos de investigación de 52 colegios y universidad de 2013 a 2016. Esta base de datos tenía información sobre 128.859 personas que trabajaron en 9.778 equipos de investigación.
La publicación encontró que, en promedio, y en todos los campos de trabajo, los hombres tienen el doble de probabilidad de ser nombrados como autores en un artículo científico o patente que las mujeres. Esta brecha se observó incluso en campos dominados por mujeres, como la salud, y se evidenció particularmente durante las primeras etapas de las carreras laborales de las mujeres. Por ejemplo, solo 15 de cada 100 mujeres posgraduadas fueron nombradas como autoras en una publicación, en comparación con 21 de cada 100 de sus pares masculinos. (Le puede interesar: Un nuevo estudio revela que Júpiter se formó “absorbiendo” planetas enanos)
El equipo también encuestó a más de 2.400 científicos publicados y les preguntó si alguna vez habían sido excluidos de un artículo en el que habían contribuido. El 43% de las mujeres indicó que esto les había sucedido, en comparación con el 38% de los hombres. A pesar de que la explicación más común para hombres y mujeres fue que otros habían subestimado su contribución, las mujeres señalaron la discriminación o el sesgo como explicación el doble de veces, mientras que los hombres tuvieron más probabilidades de decir que sus contribuciones no justificaban la autoría.
Recientemente, un estudio realizado por dos investigadores colombianos, Diana Farías y Camilo López, encontró que las científicas colombianas han aportado el 30% de la publicación científica, lo que demuestra una disparidad de género persistente a lo largo del tiempo, según los autores. “Las diferencias basadas en el género en la publicación científica per cápita indican que la disparidad persiste incluso después de controlar las diferencias en el número de investigadores”, explicó a El Espectador Camilo López. De los 161.204 artículos científicos registrados por investigadores colombianos en la plataforma Scienti a 2019, el 30,62 % (49.359) fueron escritos por mujeres y el 69,38 % (111.845) por hombres.
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