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Un equipo de investigación ha observado por primera vez como unos chimpancés de Gabón, en la costa oeste de África, aplica insectos a sus heridas y a las de otros integrantes del grupo. (Lea Parapléjicos vuelven a caminar en poco tiempo gracias a un implante electrónico)
Los científicos han descrito este comportamiento en un estudio publicado en la revista Current Biology, y argumentan que es una prueba de que estos grandes simios también tienen comportamientos prosociales, que se relacionan con la empatía en los seres humanos. (Lea Por primera vez observan un agujero negro “deambulando” por nuestra galaxia)
En noviembre de 2019, Alessandra Mascaro, voluntaria del Proyecto Chimpancé Ozouga, observó a una chimpancé llamada Suzee inspeccionando una lesión en el pie de su cría adolescente, Sia. Acto seguido la hembra atrapa un insecto, se lo mete en la boca y lo aplica después sobre la herida.
El equipo de Ozouga empezó a vigilar a los chimpancés en busca de este tipo de conducta, y en los 15 meses siguientes documentó 76 casos en los que el grupo se aplicaba insectos a heridas propias y ajenas.
Lo que llama la atención es que, hasta ahora, nunca se habían observado aplicaciones de insectos para curar rozaduras entre estos animales, pero no solo en las propias, sino también las de los demás.
Como señalan en un comunicado, “esta no era la primera vez que se observaba que animales no humanos se automedicaban. Los investigadores han informado que los osos, los elefantes y las abejas también lo hacen. Lo notable es que hasta ahora nunca se han observado aplicaciones de insectos y que los chimpancés no solo tratan sus propias heridas, sino también las de los demás.
“Esto es, para mí, especialmente impresionante porque muchas personas dudan de las habilidades prosociales en otros animales”, dijo Mascara. “De repente tenemos una especie en la que realmente vemos individuos que se preocupan por los demás”.
Los investigadores pretenden en un futuro identificar los insectos que utilizan estos homínidos, y documentar quién aplica los insectos a quién. “Estudiar a los grandes simios en sus entornos naturales es crucial para arrojar luz sobre nuestra propia evolución cognitiva”, afirma Tobías Deschner, primatólogo del proyecto. “Todavía tenemos que dedicar más esfuerzos a estudiarlos y protegerlos, tanto a ellos como a sus hábitats naturales”, concluye.
Aquí se puede ver uno de los videos publicados por los investigadores.