Científicos confirman, por primera vez, presencia de una atmosfera en un exoplaneta
Ubicado a más de 41 años luz de la Tierra, un grupo de astrónomos detectó una atmosfera en planeta por fuera de nuestro sistema solar. ¿Qué implica?
Un grupo de científicos confirmó hace unos días que, utilizando el telescopio espacial James Webb (JWST), se detectó por primera una atmosfera que rodea a un planeta rocoso y similar a la Tierra, ubicado por fuera del sistema solar. A pesar de que no presenta condiciones para albergar vida tal y como la conocemos, al estar cubierto por un océano de magma, se trata de un descubrimiento clave.
El planeta estudiado es conocido como 55 Cancri e, está a más de 41 años luz de la tierra y orbita alrededor de una estrella similar al Sol. Se considera como una super-tierra, pues tiene casi el doble del radio de nuestro planeta y es ocho veces más pesado. Por su parte, según el estudio publicado en la revista Nature, su atmósfera es probablemente rica en dióxido de carbono o monóxido de carbono.
55 Cancri e, descubierto en 2004, es probablemente uno de los exoplanetas más estudiados en el universo. De hecho, cuando el JWST fue lazando en diciembre de 2021, los ingenieros apuntaron hacia él los espectrómetros infrarrojos del observatorio para realizar pruebas de funcionamiento. Estos sensores permiten detectar las huellas químicas de los gases que se arremolinan alrededor de los planetas a medida que absorben las longitudes de onda infrarrojas de la luz estelar.
En torno a este planeta han girado varias hipótesis. Hace algunos años se pensaba que se trata de un “mundo acuático” envuelto por moléculas de agua supercríticas, o que se trataba de un planeta rodeado por una atmósfera expansiva y primordial compuesta principalmente por hidrógeno y helio. No obstante, estas ideas se descartaron.
Antes de las más recientes observaciones quedaban dos teorías: una que apuntaba a que se traba de un planeta completamente seco con una atmósfera ultrafina de rocas vaporizadas, mientras que la otra indicaba que este tenía una atmosfera de moléculas más pesadas que no podrían ser dispersados fácilmente por vientos estelares, es decir el flujo de gases expulsados de la atmósfera superior de una estrella.
Con los análisis del equipo de astrónomos se confirmó esta última hipótesis. “Llevo más de una década trabajando en este planeta”, afirmó Diana Dragomir, investigadora de exoplanetas de la Universidad de Nuevo México y coautora del estudio. “Ha sido realmente frustrante que ninguna de las observaciones que hemos estado recibiendo haya resuelto con solidez estos misterios. Estoy encantada de que por fin obtengamos algunas respuestas”.
Por el momento, el grupo de científicos seguirá investigando como la atmosfera interactúa con los materiales bajo la superficie del planeta, pues es probable que los gases de la atmosfera estén siendo reabastecidos por la fusión y desgasificación de rocas en el océano de magma.
Según los autores del estudio, detectar atmósferas en planetas similares a la Tierra es un avance crucial en la exploración de vida más allá de nuestro sistema solar, ya que esta capa gaseosa es fundamental para el sustento y la evolución de la vida tal y como la conocemos.
“La Tierra probablemente pasó por al menos una etapa de océano magmático, tal vez varias”, afirmó, a Nature, Laura Schaefer, geóloga planetaria de la Universidad de Stanford (California). “Tener ejemplos actuales reales de océanos de magma puede ayudarnos a comprender la historia temprana de nuestro Sistema Solar”.
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Un grupo de científicos confirmó hace unos días que, utilizando el telescopio espacial James Webb (JWST), se detectó por primera una atmosfera que rodea a un planeta rocoso y similar a la Tierra, ubicado por fuera del sistema solar. A pesar de que no presenta condiciones para albergar vida tal y como la conocemos, al estar cubierto por un océano de magma, se trata de un descubrimiento clave.
El planeta estudiado es conocido como 55 Cancri e, está a más de 41 años luz de la tierra y orbita alrededor de una estrella similar al Sol. Se considera como una super-tierra, pues tiene casi el doble del radio de nuestro planeta y es ocho veces más pesado. Por su parte, según el estudio publicado en la revista Nature, su atmósfera es probablemente rica en dióxido de carbono o monóxido de carbono.
55 Cancri e, descubierto en 2004, es probablemente uno de los exoplanetas más estudiados en el universo. De hecho, cuando el JWST fue lazando en diciembre de 2021, los ingenieros apuntaron hacia él los espectrómetros infrarrojos del observatorio para realizar pruebas de funcionamiento. Estos sensores permiten detectar las huellas químicas de los gases que se arremolinan alrededor de los planetas a medida que absorben las longitudes de onda infrarrojas de la luz estelar.
En torno a este planeta han girado varias hipótesis. Hace algunos años se pensaba que se trata de un “mundo acuático” envuelto por moléculas de agua supercríticas, o que se trataba de un planeta rodeado por una atmósfera expansiva y primordial compuesta principalmente por hidrógeno y helio. No obstante, estas ideas se descartaron.
Antes de las más recientes observaciones quedaban dos teorías: una que apuntaba a que se traba de un planeta completamente seco con una atmósfera ultrafina de rocas vaporizadas, mientras que la otra indicaba que este tenía una atmosfera de moléculas más pesadas que no podrían ser dispersados fácilmente por vientos estelares, es decir el flujo de gases expulsados de la atmósfera superior de una estrella.
Con los análisis del equipo de astrónomos se confirmó esta última hipótesis. “Llevo más de una década trabajando en este planeta”, afirmó Diana Dragomir, investigadora de exoplanetas de la Universidad de Nuevo México y coautora del estudio. “Ha sido realmente frustrante que ninguna de las observaciones que hemos estado recibiendo haya resuelto con solidez estos misterios. Estoy encantada de que por fin obtengamos algunas respuestas”.
Por el momento, el grupo de científicos seguirá investigando como la atmosfera interactúa con los materiales bajo la superficie del planeta, pues es probable que los gases de la atmosfera estén siendo reabastecidos por la fusión y desgasificación de rocas en el océano de magma.
Según los autores del estudio, detectar atmósferas en planetas similares a la Tierra es un avance crucial en la exploración de vida más allá de nuestro sistema solar, ya que esta capa gaseosa es fundamental para el sustento y la evolución de la vida tal y como la conocemos.
“La Tierra probablemente pasó por al menos una etapa de océano magmático, tal vez varias”, afirmó, a Nature, Laura Schaefer, geóloga planetaria de la Universidad de Stanford (California). “Tener ejemplos actuales reales de océanos de magma puede ayudarnos a comprender la historia temprana de nuestro Sistema Solar”.
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