Científicos estudian los daños que puede dejar el coronavirus en el cerebro
Aunque los expertos han asegurado que el patógeno afecta principalmente a los pulmones, cerca de la mitad de los pacientes con COVID-19 han reportado síntomas neurológicos, como dolor de cabeza, desorientación y delirio. Neurólogos buscan entender por qué se presentan estos signos.
La mayoría de estudios científicos han apuntado que el virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad COVID-19, ataca principalmente a los pulmones. En los primeros meses de la pandemia, el personal médico se encargó de luchar para mantener la respiración de los pacientes, los ventiladores eran fundamentales en esta batalla. Su concentración estaba enfocada en tratar los daños en los pulmones y el sistema circulatorio. Y aunque se hablaba de un posible daño neurológico, no se habían reunido las suficientes pruebas para confirmarlo. (Vea acá toda la información sobre coronavirus)
Varios de los pacientes estaban presentando delirio. Unos estaban confundidos, algunos desorientados y agitados, y otros se quejaban de un fuerte dolor de cabeza. En abril fue la primera vez que se reportó que uno de los pacientes con coronavirus tenía hinchazón e inflamación en los tejidos cerebrales. Sucedió en Japón. Luego, otro informe señaló que una persona contagiada había presentado deterioro de la mielina, un recubrimiento graso que protege las neuronas.
Ahora, por primera vez, un estudio presentó la primera evidencia clara de los efectos que tiene el SARS-CoV-2 en el cerebro. Según los investigadores, el coronavirus invade las neuronas y las secuestra para hacer copias de sí mismo. Además, absorbe todo el oxígeno a su alrededor, lo que ocasiona que las neuronas se marchiten y mueran. Sin embargo, añadió que aún no está claro cómo llega el virus al cerebro, quizás la infección sea poco frecuente, pero algunas personas son más propensas por sus antecedentes genéticos o una carga viral alta.
Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale y encargada de dirigir la investigación, contó al New York Times cómo desarrollaron el análisis. Primero, recolectaron imágenes cerebrales y los síntomas de los pacientes. “Estos datos solo proporcionan un poco más de evidencia de que en efecto puede infectarlo”, añadió la experta. Luego documentaron la infección cerebral. Lo hicieron de tres maneras: en el tejido cerebral de una persona que falleció por COVID-19, en un espécimen de ratón y en organoides, que son grupos de células cerebrales. (Puede leer: ¿Ya vimos la peor cara del coronavirus?)
Y aunque la lista de secuelas ahora incluye accidente cerebrovascular, hemorragia cerebral y pérdida de memoria, los neurólogos aseguran que aún falta más evidencia científica para determinarlos con claridad. Ahora, buscan responder preguntas claves como cuántas personas tienen estas afecciones, quién está en riesgo y por qué aparecen estos síntomas. Pese a que los virus pueden invadir e infectar el cerebro, no está claro si el SARS-CoV-2 lo hace de manera significativa.
El zika, por ejemplo, infecta las neuronas. En el momento que lo hace, las células inmunitarias inundan los lugares dañados, tratando de limpiar el cerebro mediante la eliminación de las células infectadas. Alysson Muotri, neurocientífico de la Universidad de California en San Diego, ha estudiado el virus del Zika. Explicó al New York Times que "al parecer, el coronavirus disminuye rápidamente la cantidad de sinapsis, las conexiones entre las neuronas. A unos días de la infección, ya vemos una reducción drástica en la cantidad de sinapsis (...) Todavía no sabemos si eso se puede revertir o no”.
Otros virus infecciosos y sus efectos neurológicos fueron analizados en otro estudio. Para ese análisis, el grupo de investigación se centró en el SARS y el MERS. Encontraron que los síntomas que afectan al sistema nervioso central se presentaron en al menos el 0,04% de las personas con SARS y en el 0,2% de las que tenían MERS. (Le puede interesar: Interferón, otra promesa apresurada contra el COVID-19)
Pero, para el caso del coronavirus, la mayoría de estudios se han centrado en personas que fueron hospitalizadas o que requerían cuidados intensivos. Es poca la información que se ha obtenido de pacientes que tenían una enfermedad leve o asintomáticas. Ahora, los neurocientíficos tratan de establecer que, en caso de que el coronavirus genere daños en el cerebro, sí genere una infección o inflamación. Al determinarlo, los médicos podrán elegir los tratamientos adecuados.
Benedict Michael, neurólogo de la Universidad de Liverpool, Reino Unido, aclaró a Nature que "si se trata de una infección viral directa del sistema nervioso central, deberíamos usar un antiviral (...) Mientras que si el virus no está en el sistema nervioso central, tal vez el virus haya salido del cuerpo, entonces debemos tratarlo con terapias antiinflamatorias”. (Lea también: Los corticosteroides, el salvavidas para pacientes con Covid-19)
La mayoría de estudios científicos han apuntado que el virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad COVID-19, ataca principalmente a los pulmones. En los primeros meses de la pandemia, el personal médico se encargó de luchar para mantener la respiración de los pacientes, los ventiladores eran fundamentales en esta batalla. Su concentración estaba enfocada en tratar los daños en los pulmones y el sistema circulatorio. Y aunque se hablaba de un posible daño neurológico, no se habían reunido las suficientes pruebas para confirmarlo. (Vea acá toda la información sobre coronavirus)
Varios de los pacientes estaban presentando delirio. Unos estaban confundidos, algunos desorientados y agitados, y otros se quejaban de un fuerte dolor de cabeza. En abril fue la primera vez que se reportó que uno de los pacientes con coronavirus tenía hinchazón e inflamación en los tejidos cerebrales. Sucedió en Japón. Luego, otro informe señaló que una persona contagiada había presentado deterioro de la mielina, un recubrimiento graso que protege las neuronas.
Ahora, por primera vez, un estudio presentó la primera evidencia clara de los efectos que tiene el SARS-CoV-2 en el cerebro. Según los investigadores, el coronavirus invade las neuronas y las secuestra para hacer copias de sí mismo. Además, absorbe todo el oxígeno a su alrededor, lo que ocasiona que las neuronas se marchiten y mueran. Sin embargo, añadió que aún no está claro cómo llega el virus al cerebro, quizás la infección sea poco frecuente, pero algunas personas son más propensas por sus antecedentes genéticos o una carga viral alta.
Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale y encargada de dirigir la investigación, contó al New York Times cómo desarrollaron el análisis. Primero, recolectaron imágenes cerebrales y los síntomas de los pacientes. “Estos datos solo proporcionan un poco más de evidencia de que en efecto puede infectarlo”, añadió la experta. Luego documentaron la infección cerebral. Lo hicieron de tres maneras: en el tejido cerebral de una persona que falleció por COVID-19, en un espécimen de ratón y en organoides, que son grupos de células cerebrales. (Puede leer: ¿Ya vimos la peor cara del coronavirus?)
Y aunque la lista de secuelas ahora incluye accidente cerebrovascular, hemorragia cerebral y pérdida de memoria, los neurólogos aseguran que aún falta más evidencia científica para determinarlos con claridad. Ahora, buscan responder preguntas claves como cuántas personas tienen estas afecciones, quién está en riesgo y por qué aparecen estos síntomas. Pese a que los virus pueden invadir e infectar el cerebro, no está claro si el SARS-CoV-2 lo hace de manera significativa.
El zika, por ejemplo, infecta las neuronas. En el momento que lo hace, las células inmunitarias inundan los lugares dañados, tratando de limpiar el cerebro mediante la eliminación de las células infectadas. Alysson Muotri, neurocientífico de la Universidad de California en San Diego, ha estudiado el virus del Zika. Explicó al New York Times que "al parecer, el coronavirus disminuye rápidamente la cantidad de sinapsis, las conexiones entre las neuronas. A unos días de la infección, ya vemos una reducción drástica en la cantidad de sinapsis (...) Todavía no sabemos si eso se puede revertir o no”.
Otros virus infecciosos y sus efectos neurológicos fueron analizados en otro estudio. Para ese análisis, el grupo de investigación se centró en el SARS y el MERS. Encontraron que los síntomas que afectan al sistema nervioso central se presentaron en al menos el 0,04% de las personas con SARS y en el 0,2% de las que tenían MERS. (Le puede interesar: Interferón, otra promesa apresurada contra el COVID-19)
Pero, para el caso del coronavirus, la mayoría de estudios se han centrado en personas que fueron hospitalizadas o que requerían cuidados intensivos. Es poca la información que se ha obtenido de pacientes que tenían una enfermedad leve o asintomáticas. Ahora, los neurocientíficos tratan de establecer que, en caso de que el coronavirus genere daños en el cerebro, sí genere una infección o inflamación. Al determinarlo, los médicos podrán elegir los tratamientos adecuados.
Benedict Michael, neurólogo de la Universidad de Liverpool, Reino Unido, aclaró a Nature que "si se trata de una infección viral directa del sistema nervioso central, deberíamos usar un antiviral (...) Mientras que si el virus no está en el sistema nervioso central, tal vez el virus haya salido del cuerpo, entonces debemos tratarlo con terapias antiinflamatorias”. (Lea también: Los corticosteroides, el salvavidas para pacientes con Covid-19)