Científicos estudian un brote de gripe aviar en focas de Estados Unidos
Investigadores informaron el miércoles del contagio de influenza aviar en mamíferos marinos en el noreste de los Estados Unidos. Los datos indican que el monitoreo tanto de las aves costeras silvestres como de los mamíferos marinos será fundamental para determinar el potencial pandémico de los virus de influenza A.
Un nuevo estudio publicado el pasado miércoles en una revista internacional describe un nuevo brote de gripe aviar en mamíferos marinos. En esta ocasión, los investigadores reportan el contagio en focas en el noreste de los Estados Unidos, específicamente en Nueva Inglaterra, que coincidió con una ola de infecciones aviares en la región y que resultó en un evento de mortalidad inusual de focas. En junio y julio, más de 150 focas muertas o enfermas llegaron a la costa.
De las 41 focas varadas analizadas para detectar el virus, casi la mitad estaban infectadas de influenza aviar, del virus altamente patógeno del clado 2.3.4.4b. Es probable que las aves silvestres introdujeran el virus.
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Las aves silvestres en Nueva Inglaterra experimentaron 2 oleadas de infecciones de influenza durante 2022. La primera ola alcanzó su punto máximo en marzo y estuvo representada en gran medida por muertes de aves rapaces (39,1 % de aves con influenza positiva). Una segunda ola comenzó en junio. Pero las muertes de gaviotas (38 % positivas para influenza) y de eider, otro tipo de ave marina (26,8 % positivas para influenza) se informaron con mayor frecuencia durante la segunda ola.
Para los investigadores, la transmisión de aves silvestres a focas fue evidente para dos linajes de H5N1. Esta infección probablemente ocurrió a través de la transmisión ambiental del virus diseminado.
Es poco probable que las focas adquirieran los virus a través de la depredación o la recolección de animales infectados, ya que las aves no son una fuente típica de alimento para las focas de puerto o grises. En varias focas, los científicos observaron que el virus tenía mutaciones que están asociadas con la adaptación a los mamíferos. El riesgo para los humanos, insistieron, al igual que lo viene repitiendo la OMS, sigue siendo bajo.
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Pero lo detectado es otro llamado de alerta. A diferencia de los brotes en entornos agrícolas, los brotes de influenza aviar en poblaciones silvestres rara vez se pueden manejar bien mediante medidas de bioseguridad o sacrificio, lo que es particularmente cierto en el caso de especies marinas grandes, como las focas.
La vida silvestre de aves y mamíferos podría verse particularmente afectada por los virus de la influenza A, escriben los investigadores, lo que podría permitir la circulación continua entre y dentro de las especies, brindando oportunidades para la reagrupación de nuevas cepas y el estudio de la adaptación del virus de los mamíferos. Los animales migratorios podrían propagar aún más los virus.
El estudio de las aves costeras silvestres y los mamíferos marinos es fundamental para monitorear el potencial pandémico de los virus de influenza A. En esta ocasión, y aunque los investigadores apuestan porque el virus llegó a las focas a través del contacto con los excrementos de los pájaros, aún no está claro si las focas se propagaron el virus entre sí. Se sabe que son susceptibles a la influenza aviar y otras versiones del virus han causado previamente brotes en estos animales. Recientemente, un brote de gripe aviar en una granja de visones españoles y la muerte masiva de leones marinos en Perú han generado preocupación.
Un nuevo estudio publicado el pasado miércoles en una revista internacional describe un nuevo brote de gripe aviar en mamíferos marinos. En esta ocasión, los investigadores reportan el contagio en focas en el noreste de los Estados Unidos, específicamente en Nueva Inglaterra, que coincidió con una ola de infecciones aviares en la región y que resultó en un evento de mortalidad inusual de focas. En junio y julio, más de 150 focas muertas o enfermas llegaron a la costa.
De las 41 focas varadas analizadas para detectar el virus, casi la mitad estaban infectadas de influenza aviar, del virus altamente patógeno del clado 2.3.4.4b. Es probable que las aves silvestres introdujeran el virus.
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Las aves silvestres en Nueva Inglaterra experimentaron 2 oleadas de infecciones de influenza durante 2022. La primera ola alcanzó su punto máximo en marzo y estuvo representada en gran medida por muertes de aves rapaces (39,1 % de aves con influenza positiva). Una segunda ola comenzó en junio. Pero las muertes de gaviotas (38 % positivas para influenza) y de eider, otro tipo de ave marina (26,8 % positivas para influenza) se informaron con mayor frecuencia durante la segunda ola.
Para los investigadores, la transmisión de aves silvestres a focas fue evidente para dos linajes de H5N1. Esta infección probablemente ocurrió a través de la transmisión ambiental del virus diseminado.
Es poco probable que las focas adquirieran los virus a través de la depredación o la recolección de animales infectados, ya que las aves no son una fuente típica de alimento para las focas de puerto o grises. En varias focas, los científicos observaron que el virus tenía mutaciones que están asociadas con la adaptación a los mamíferos. El riesgo para los humanos, insistieron, al igual que lo viene repitiendo la OMS, sigue siendo bajo.
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Pero lo detectado es otro llamado de alerta. A diferencia de los brotes en entornos agrícolas, los brotes de influenza aviar en poblaciones silvestres rara vez se pueden manejar bien mediante medidas de bioseguridad o sacrificio, lo que es particularmente cierto en el caso de especies marinas grandes, como las focas.
La vida silvestre de aves y mamíferos podría verse particularmente afectada por los virus de la influenza A, escriben los investigadores, lo que podría permitir la circulación continua entre y dentro de las especies, brindando oportunidades para la reagrupación de nuevas cepas y el estudio de la adaptación del virus de los mamíferos. Los animales migratorios podrían propagar aún más los virus.
El estudio de las aves costeras silvestres y los mamíferos marinos es fundamental para monitorear el potencial pandémico de los virus de influenza A. En esta ocasión, y aunque los investigadores apuestan porque el virus llegó a las focas a través del contacto con los excrementos de los pájaros, aún no está claro si las focas se propagaron el virus entre sí. Se sabe que son susceptibles a la influenza aviar y otras versiones del virus han causado previamente brotes en estos animales. Recientemente, un brote de gripe aviar en una granja de visones españoles y la muerte masiva de leones marinos en Perú han generado preocupación.