Científicos hacen experimento con un karaoke para entender por qué nos sonrojamos
Cada uno de los participantes fue sometido a una serie de mediciones con sensores de temperatura, los cuales estaban adheridos a sus mejillas. Por medio de estos, dicen los investigadores, esperaban entender mejor la actividad neuronal que desencadena que las personas se sonrojen. Los resultados fueron publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Ámsterdam hizo un particular experimento para entender mejor por qué las personas nos sonrojamos: le pidieron a un grupo de jóvenes que en un karaoke cantaran canciones como Libre Soy, de la película Frozen, de Disney. Después evaluaron sus comportamientos.
El experimento, como explicaron en los resultados publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B, consistió en reunir a un grupo de jóvenes, un poco más de 60 entre 16 y 20 años, sin explicarles con mayor detalle en qué consistía la prueba. Luego, frente a una cámara, debían cantar una canción, sin tener chance a repetir la toma.
Cada uno de los participantes fue sometido a una serie de mediciones con sensores de temperatura, los cuales estaban adheridos a sus mejillas. Por medio de estos, dicen los investigadores, esperaban entender mejor la actividad neuronal que desencadena que las personas se sonrojen.
Milica Nikolic, psicóloga y autora principal del estudio, cuenta a The Guardian que la primera vez que reunieron a los jóvenes les pidieron canciones que se consideran difíciles de cantar y que, en su opinión, generarían la mayor vergüenza posible. Entre ellas estaban Hello de Adele y All I Want For Christmas Is You de Mariah Carey.
Después de una semana, los jóvenes, que en su mayoría eran mujeres, regresaron al laboratorio. Esta vez para ver, junto al resto del grupo, los videos donde aparecieron cantando. Lo hicieron mientras estaban acostados en un escáner cerebral.
Según dice Nikolic, como era de esperar, las personas se sonrojaban con mayor facilidad cuando se veían cantando. Sin embargo, “el análisis de los escáneres cerebrales reveló que el enrojecimiento repentino de las mejillas podría no estar provocado de la forma en que Darwin pensaba”, añaden.
Esta teoría de la que hablan, la cual fue propuesta por Darwin, consiste en establecer que el enrojecimiento de las mejillas se produce cuando pensamos en cómo los demás nos miran.
En los resultados, los investigadores explican que encontraron que el sonrojo iba ligado a una mayor actividad en el cerebro, la cual la vinculan con la excitación emocional. De acuerdo con el estudio, en los escáneres no hubo pistas que sugirieran que las personas estuvieran pensando en cómo los podrían juzgar los demás.
Para Nikolic, que los jóvenes se hubiesen sonrojado “puede surgir simplemente por el hecho de estar expuesto. En ese breve momento, tal vez no pienses en cómo me veo y cosas así. Creo que es más automático de lo que dice la teoría”, apunta.
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Un grupo de investigadores de la Universidad de Ámsterdam hizo un particular experimento para entender mejor por qué las personas nos sonrojamos: le pidieron a un grupo de jóvenes que en un karaoke cantaran canciones como Libre Soy, de la película Frozen, de Disney. Después evaluaron sus comportamientos.
El experimento, como explicaron en los resultados publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B, consistió en reunir a un grupo de jóvenes, un poco más de 60 entre 16 y 20 años, sin explicarles con mayor detalle en qué consistía la prueba. Luego, frente a una cámara, debían cantar una canción, sin tener chance a repetir la toma.
Cada uno de los participantes fue sometido a una serie de mediciones con sensores de temperatura, los cuales estaban adheridos a sus mejillas. Por medio de estos, dicen los investigadores, esperaban entender mejor la actividad neuronal que desencadena que las personas se sonrojen.
Milica Nikolic, psicóloga y autora principal del estudio, cuenta a The Guardian que la primera vez que reunieron a los jóvenes les pidieron canciones que se consideran difíciles de cantar y que, en su opinión, generarían la mayor vergüenza posible. Entre ellas estaban Hello de Adele y All I Want For Christmas Is You de Mariah Carey.
Después de una semana, los jóvenes, que en su mayoría eran mujeres, regresaron al laboratorio. Esta vez para ver, junto al resto del grupo, los videos donde aparecieron cantando. Lo hicieron mientras estaban acostados en un escáner cerebral.
Según dice Nikolic, como era de esperar, las personas se sonrojaban con mayor facilidad cuando se veían cantando. Sin embargo, “el análisis de los escáneres cerebrales reveló que el enrojecimiento repentino de las mejillas podría no estar provocado de la forma en que Darwin pensaba”, añaden.
Esta teoría de la que hablan, la cual fue propuesta por Darwin, consiste en establecer que el enrojecimiento de las mejillas se produce cuando pensamos en cómo los demás nos miran.
En los resultados, los investigadores explican que encontraron que el sonrojo iba ligado a una mayor actividad en el cerebro, la cual la vinculan con la excitación emocional. De acuerdo con el estudio, en los escáneres no hubo pistas que sugirieran que las personas estuvieran pensando en cómo los podrían juzgar los demás.
Para Nikolic, que los jóvenes se hubiesen sonrojado “puede surgir simplemente por el hecho de estar expuesto. En ese breve momento, tal vez no pienses en cómo me veo y cosas así. Creo que es más automático de lo que dice la teoría”, apunta.
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