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China lanzó su cohete Larga Marcha 5B para llevar las últimas piezas de su Estación Espacial Tiangong. Más específicamente, el cohete llevaba el módulo Mengtian, un laboratorio de ciencias que se acoplaría al puesto orbital chino.
Esta Estación es considerablemente más pequeña que la Estación Espacial Internacional y su funcionamiento está previsto por 10 años. Allí se tienen planeados alrededor de mil experimentos chinos. Luego de la misión, el cohete regresaría y caería sin ningún control, lo que significaba que podría dejar grandes escombros regados en algún lugar de la Tierra, algo que le han cuestionado a China anteriormente.
Este viernes el cohete, de 23 toneladas, cayó en el Océano Pacífico, según informó el Comando Espacial de Estados Unidos. El diseño de estos cohetes no incluye un sistema con el que se puedan guiar a algún lugar de la Tierra. (Lea: Encuentran las copias perdidas de un fósil que fue destrozado por bombas nazis)
#USSPACECOM can confirm a second atmospheric reentry correlated with the #PRC’s Long March 5B #CZ5B as it exited the #USSPACECOM Area of Responsibility over the Northeast Pacific Ocean region at 4:06am MDT/10:06 UTC on Nov. 4. https://t.co/keJdc1tmxi
— U.S. Space Command (@US_SpaceCom) November 4, 2022
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresó que la forma en que se manejan los Larga Marcha no es inusual. “Me gustaría enfatizar que China siempre ha llevado a cabo actividades en el uso pacífico del espacio ultraterrestre de acuerdo con el derecho internacional y la práctica internacional: el reingreso de la última etapa de un cohete es una práctica internacional”.
En dos de los tres anteriores vuelos de un Larga Marcha 5B, los escombros cayeron cerca de áreas pobladas primero en Costa de Marfil y luego en Malasia, aunque nadie resultó herido.
Según Lijian, el cohete “está diseñado con tecnología especial; la mayoría de los componentes se quemarán y se destruirán durante el proceso de reingreso, y la probabilidad de causar daños a las actividades de aviación y en tierra es extremadamente baja”. China planea volver a enviar este tipo de misión en 2023. (Lea: ¿Por qué se extinguieron los neandertales?, el sexo con humanos sería la causa)
Hasta esta mañana no se sabía en dónde caería el propulsor, que le estaba dando la vuelta a la Tierra a una velocidad de 17.500 millas por hora. Europa, Asia y América estaban fuera del rango en el que podían caer los escombros del cohete. Y en el resto del mundo el riesgo de que una persona fuera alcanzada por alguna pieza del cohete era de seis sobre 10 billones.
Bill Nelson, administrador de la Nasa, criticó en un comunicado la forma en que China está procediendo. “Es fundamental que todas las naciones que realizan actividades espaciales sean responsables y transparentes en sus actividades espaciales y sigan las mejores prácticas establecidas, especialmente, para el reingreso descontrolado de desechos del cuerpo de un cohete grande, desechos que muy bien podrían resultar en daños mayores o pérdida de vidas”. La Agencia ha cuestionado que China tome riesgos “innecesarios”. (Lea: Esta es la cámara digital más grande del mundo, ¿cuál es su función?)
Sin embargo, China no es el único responsable de este tipo de situaciones. En agosto, una pieza de un cohete de Space X fue hallada en una granja de ovejas en Australia.
Para el próximo año está programado un vuelo del Sistema de Lanzamiento Espacial de la Nasa, que tendrá una prueba el siguiente mes. Según la agencia, el cohete caerá “en un área del océano donde no afectará a nadie”.
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