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Un estudio del centro de investigación japonés Riken, publicado en la revista Current Biology, aseguró que, aproximadamente, entre el 20 y 30% de los recién nacidos lloran en exceso y presentan dificultades para dormir sin un motivo aparente. Incluso, según los investigadores, eso “provoca estrés en los padres que desencadena en maltrato infantil impulsivo en un número reducido de casos”, explican.
Aunque existen múltiples métodos de entrenamiento y programas de educación para padres, todavía no existe una técnica concluyente. Sin embargo, los investigadores encontraron un secreto científico para calmar y dormir a un bebé.
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La técnica que perfeccionaron los investigadores surgió de observar cuatro situaciones en 21 duplas de madres y bebés: cargados mientras se movían las madres, sostenidos por sus madres sentadas, acostados en una cuna o acostados en una mecedora o coche.
Aunque los científicos analizaron los cuatro comportamientos, ya sabían que cargar brevemente a los bebés reduce transitoriamente el llanto por la “respuesta de transporte”. El equipo conocía esa información porque en 2013 otra investigación encontró que en las crías de mamíferos que no puede cuidarse por sí mismas, como ratones, perros, monos y humanos, los llantos se atenuaban con los movimientos maternos.
Sin embargo, los investigadores del centro japonés querían estudiar este evento más a fondo en los humanos y perfeccionar la técnica y ayudar a padres y cuidadores de bebés.
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Después de observar las cuatro situaciones, descubrieron que el impacto de cargar a los bebés durante cinco minutos hizo que el 46% de ellos no solo se calmara, sino que también se durmiera.
Sin embargo, todavía observaban un problema. Cuando las madres acostaban a los bebés, más de un tercio se ponía en alerta. Fue en ese momento que completaron la ecuación y perfeccionaron una técnica avalada por la ciencia.
El esquema que proponen los investigadores consiste en alzar al bebé durante cinco minutos mientras se calma y duerme, luego sentarse y sostenerlo entre otros cinco a ocho minutos y finalmente acostarlo a dormir
“Ese tiempo permite que el bebé pase de la primera fase del sueño ligero, a la segunda, en la que se estabiliza”, explica Kumi Kuroda, investigadora del centro japonés.
*Con información de AFP
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