Aplicar descargas eléctricas débiles en el cerebro serviría para mejorar la memoria
La estimulación eléctrica no invasiva del cerebro sí serviría para mejorar la memoria, según acaban de concluir investigadores que analizaron más de 100 estudios al respecto. Sin embargo, advierten, hace falta mucha más investigación sobre este tema.
Desde hace algunos años una terapia bastante particular ha llamado la atención de médicos, científicos y medios de comunicación. Se trata de la estimulación eléctrica no invasiva del cerebro. En términos más sencillos, estas terapias transmiten una corriente eléctrica muy débil al cerebro a través del cuero cabelludo. (Puede leer: Descubren las que serían las huellas más antiguas de los seres humanos)
Lo que buscan con este tipo de terapias, que en términos más técnicos se conocen como estimulación transcraneal por corriente alterna o por corriente continua (tACS y tDCS, por sus siglas en inglés, respectivamente) es mejorar el funcionamiento del cerebro.
La estimulación eléctrica no invasiva ha sido utilizada para intentar mejorar el funcionamiento del cerebro en pacientes con depresión, adicciones o Parkinson, entre otras enfermedades. Sin embargo, algunos científicos y médicos tienen sus dudas sobre si esta terapia está sirviendo realmente o no. (Le puede interesar: China planea llevar a sus astronautas a la Luna por primera vez antes de 2030)
Parte de esta inquietud surge porque las investigaciones científicas que se han hecho sobre el tema no arrojan resultados contundentes de su efectividad. Mientras algunos trabajos concluyen que sí tendría efectos positivos para tratar las enfermedades, los resultados de otros estudios van en la dirección contraría.
Para llegar a una noción más clara sobre si este tipo de terapias están funcionando, un grupo de investigadores de tres universidades en Estados Unidos realizó el primer metaanálisis sobre el tema. En otras palabras, revisaron todos los trabajos académicos que se han hecho sobre estas terapias, los sistematizaron y compararon los resultados que cada uno de ellos obtuvo para intentar llegar a una conclusión con mayor peso. (También puede leer: Plástico biodegradable no se descompondría tan rápido como se pensaba)
El equipo dirigido por Robert Reinhart, director del laboratorio de neurociencia cognitiva de la Universidad de Boston (Estados Unidos), encontró que se han publicado 102 de esta temática. Los resultados de su metaanálisis fueron publicados hace algunos días en la revista académica Science Translational Medicine.
En términos generales, explican los autores de la investigación, “se hallaron mejoras de modestas a moderadas en la función cognitiva con el tratamiento con tACS que fueron evidentes en varios dominios cognitivos, como la memoria de trabajo, la memoria a largo plazo, la atención, el control ejecutivo y la inteligencia fluida”. (Le puede interesar: La NASA completó su “constelación” de satélites que monitorean huracanes)
Según le dijo Shrey Grover, neurocientífico del Departamento de Ciencias Psicológicas y del Cerebro de la Universidad de Boston y uno de los autores del estudio, a la revista Nature, “la técnica parece producir un cambio significativo en la función mental, al menos a corto plazo”.
Sin embargo, el equipo de investigadores fue muy enfático en señalar que, a pesar de que su metaanálisis arroja un resultado positivo sobre este tipo de intervenciones, al ser esta una tecnología emergente hacen falta más trabajos para llegar a una conclusión de mayor peso.
Desde hace algunos años una terapia bastante particular ha llamado la atención de médicos, científicos y medios de comunicación. Se trata de la estimulación eléctrica no invasiva del cerebro. En términos más sencillos, estas terapias transmiten una corriente eléctrica muy débil al cerebro a través del cuero cabelludo. (Puede leer: Descubren las que serían las huellas más antiguas de los seres humanos)
Lo que buscan con este tipo de terapias, que en términos más técnicos se conocen como estimulación transcraneal por corriente alterna o por corriente continua (tACS y tDCS, por sus siglas en inglés, respectivamente) es mejorar el funcionamiento del cerebro.
La estimulación eléctrica no invasiva ha sido utilizada para intentar mejorar el funcionamiento del cerebro en pacientes con depresión, adicciones o Parkinson, entre otras enfermedades. Sin embargo, algunos científicos y médicos tienen sus dudas sobre si esta terapia está sirviendo realmente o no. (Le puede interesar: China planea llevar a sus astronautas a la Luna por primera vez antes de 2030)
Parte de esta inquietud surge porque las investigaciones científicas que se han hecho sobre el tema no arrojan resultados contundentes de su efectividad. Mientras algunos trabajos concluyen que sí tendría efectos positivos para tratar las enfermedades, los resultados de otros estudios van en la dirección contraría.
Para llegar a una noción más clara sobre si este tipo de terapias están funcionando, un grupo de investigadores de tres universidades en Estados Unidos realizó el primer metaanálisis sobre el tema. En otras palabras, revisaron todos los trabajos académicos que se han hecho sobre estas terapias, los sistematizaron y compararon los resultados que cada uno de ellos obtuvo para intentar llegar a una conclusión con mayor peso. (También puede leer: Plástico biodegradable no se descompondría tan rápido como se pensaba)
El equipo dirigido por Robert Reinhart, director del laboratorio de neurociencia cognitiva de la Universidad de Boston (Estados Unidos), encontró que se han publicado 102 de esta temática. Los resultados de su metaanálisis fueron publicados hace algunos días en la revista académica Science Translational Medicine.
En términos generales, explican los autores de la investigación, “se hallaron mejoras de modestas a moderadas en la función cognitiva con el tratamiento con tACS que fueron evidentes en varios dominios cognitivos, como la memoria de trabajo, la memoria a largo plazo, la atención, el control ejecutivo y la inteligencia fluida”. (Le puede interesar: La NASA completó su “constelación” de satélites que monitorean huracanes)
Según le dijo Shrey Grover, neurocientífico del Departamento de Ciencias Psicológicas y del Cerebro de la Universidad de Boston y uno de los autores del estudio, a la revista Nature, “la técnica parece producir un cambio significativo en la función mental, al menos a corto plazo”.
Sin embargo, el equipo de investigadores fue muy enfático en señalar que, a pesar de que su metaanálisis arroja un resultado positivo sobre este tipo de intervenciones, al ser esta una tecnología emergente hacen falta más trabajos para llegar a una conclusión de mayor peso.