¿Cómo terminó en La Guajira el fósil de un pez que hoy vive en la Amazonia?
Un grupo de paleontólogos encontró un fragmento de la quijada del fósil de una especie de payara en La Guajira, un pez que hoy solo se encuentra en el medio y bajo Amazonas. Si ambas regiones están separadas por la cordillera de los Andes, ¿cómo llegó al otro lado?
María Camila Bonilla
Alguna vez, el biólogo molecular Francis Crick (conocido por haber contribuido en la identificación de la estructura del ADN), comparó un problema científico con resolver el misterio de un asesinato. Ambas tareas comparten similitudes, como partir de preguntas para buscar qué sucedió o cómo y cuándo pasó.
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Alguna vez, el biólogo molecular Francis Crick (conocido por haber contribuido en la identificación de la estructura del ADN), comparó un problema científico con resolver el misterio de un asesinato. Ambas tareas comparten similitudes, como partir de preguntas para buscar qué sucedió o cómo y cuándo pasó.
Ahora, imagine la escena del siguiente ‘misterio’: un grupo de investigadores llega a la Cuenca Cocinetas, en la alta Guajira colombiana, una región desértica. En ese lugar, encuentran fósiles de distintos animales, entre ellos, fragmentos de dientes y de una quijada de un pez de agua dulce. Esto llama la atención de Gustavo Ballén, biólogo de la Universidad Nacional y PhD en Zoología, pues “es un lugar donde no hay agua dulce en kilómetros a la redonda”.
Y no solo eso: el fósil corresponde a una payara, un pez “de aspecto fiero”, dice Ballén. Específicamente, a la especie Hydrolycus scomberoides, que hoy solo se ve en la Amazonia, región que está separada de La Guajira por las cordilleras de los Andes. “Como estos peces ni vuelan, ni trepan montañas, ni entran al mar (por ser de agua dulce), la pregunta es, ¿cómo llegaron al otro lado de la montaña?”, señala Ballén. (También puede leer: Científico italiano del Instituto SINCHI fue herido con arma blanca en Barichara)(
Esa fue la pregunta que se hicieron él y otros dos investigadores colombianos, Jorge Moreno-Bernal (biólogo y PhD en Ciencias del Mar) y Carlos Jaramillo Muñoz (geólogo y PhD en Geología y Botánica), en un estudio publicado en la revista Journal of Systematic Palaentology.
La respuesta, dicen, tiene que ver con el movimiento de las montañas hace millones de años. Pero antes de detallar lo que encontraron, hay que saber, primero, un dato importante de La Guajira. A diferencia de los paisajes que se ven en esa región actualmente, los científicos creen que en el pasado tenía las características de una selva tropical, similar a la Amazonia. Así era, al menos, durante el Plioceno, un período de hace entre 5 y 2 millones de años.
Un evento extremo de cambio climático durante el Pleistoceno, anotan los investigadores del estudio, transformó la región en un desierto. Además del registro fósil de peces como la payara, científicos han encontrado fósiles de otros animales que soportan la idea de que La Guajira alguna vez fue una selva tropical. “Se han hallado una gran diversidad de mamíferos terrestres, tortugas y cocodrilos. Son animales que necesitan recursos, como grandes cantidades de agua y vegetación para alimentarse”, explica Ballén.
En ese contexto vivió la especie de payara H. scomberoides, hace entre dos y cuatro millones de años en La Guajira. La hipótesis de Ballén, Moreno y Jaramillo es que, hace 3 millones de años, las montañas de la cordillera andina no estaban completamente levantadas y todavía había algún tipo de conexión entre los ríos de la península y los de la región Amazónica y de la Orinoquia. (Le puede interesar: El progreso científico se está desacelerando en varios campos humanos)
Un tiempo después del Plioceno, las montañas terminaron de ‘crecer’ y especies como la payara del fósil quedaron confinadas a La Guajira. Con el cambio de ecosistema, la H. scomberoides se extinguió en la península.
Otros investigadores tienen ideas diferentes de cómo la payara pudo terminar en La Guajira. Una de ellas, recuenta el estudio de los colombianos, es que una especie de corriente del Orinoco en el mar Atlántico sirviera “como una posible ruta de migración hacia el oeste de los Andes”. Pero Ballén dice que no se ha encontrado evidencia para respaldar esta idea y que no hay patrones, por ejemplo, que indiquen interrelaciones entre las especies en otras partes de continente.
La otra hipótesis es que los Andes ya estaban completamente elevados en esa época y que las poblaciones de peces payara de La Guajira y la Amazonia ya estaban separadas. Aunque dice que este fenómeno sí pudo ocurrir, Ballén señala que va en contra de la información que obtuvieron al analizar los registros fósiles.
Se refiere a que encontraron relaciones entre los peces payara que hoy viven en la Amazonia con los restos que recopilaron.
La relación entre los peces de la Amazonia y de La Guajira
“Payara” es el nombre común que le dan a la familia de peces de agua duce Cynodontidae, en la que hay tres géneros (grupos más pequeños de especies): Cynodon, Rhaphiodon e Hydrolycus.
A este último grupo pertenece el fósil que encontraron en La Guajira, pero, para poder determinar de qué especie se trataba, utilizaron, entre otras, una herramienta que los científicos llaman “análisis filogenético”. Esta técnica sirve para inferir las relaciones evolutivas entre organismos. “Básicamente, nos permite saber qué especies están relacionadas con otras”, indica Ballén. (Puede ver: En Colombia hay animales mitad macho y mitad hembra)
El resultado de este análisis es una serie de gráficos, parecidos a árboles genealógicos. “Cuando las ramas de dos especies se unen en un punto, quiere decir que comparten un ancestro en común”, explica el investigador. Agrega que, si las ramas son distantes entre dos peces, significa que son diferentes especies, y, si el diagrama está “en tiempo absoluto”, se puede saber hace cuánto se separaron dos tipos de peces.
Para hacer este ejercicio, utilizaron secuencias de ADN (conocidos como datos moleculares) y datos de origen morfológico, es decir, los que se obtienen al comparar partes de los organismos, como el cráneo o mandíbula, para determinar qué tanto (o no) se parecen. Los investigadores debieron analizar especies que viven hoy para obtener estos datos, y compararlos con el fósil.
Así fue como se dieron cuenta de que el pedazo de mandíbula de hace millones de años corresponde también a una especie H. scomberoides, que hoy se encuentra en la cuenca amazónica. Por eso, para Ballén, aceptar la segunda hipótesis (que las poblaciones de peces payara de La Guajira y la Amazonia ya estaban separadas hace millones de años) implicaría negar esta información que obtuvieron con los registros fósiles.
Para el investigador, conocer más sobre la biodiversidad pasada, y valorarla, serviría para que en Colombia se protegieran más los recursos fósiles y se impulsara la investigación paleontológica. Lugares como La Guajira, dice, son “básicamente un paraíso” para esos científicos, por ser un desierto sin vegetación, con las rocas expuestas. (Le recomendamos: La nueva especie de arácnido que estaba oculta en una cueva, al sur de La Guajira)
Pero además de esto, Ballén indica que este tipo de investigaciones “tienen implicaciones directas para entender cómo ha cambiado la biodiversidad en esta parte del mundo y es importante porque nos permite saber cómo responde la biodiversidad ante eventos como el cambio climático”.
En el caso de su estudio, se cree que una especie de payara se extinguió cuando La Guajira se convirtió en un desierto. Tener esa información podría servir para “prever mejor qué posibles cambios tendrán otras especies ante otro evento de cambio climático”, opina Ballén.
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