Con música, científicos colombianos buscan mejorar la vida de los cerdos de producción
A través de composiciones únicas, un grupo de investigadores busca mejorar el bienestar de cerdos de producción en Colombia. Los resultados de esta investigación hablan sobre los retos que existen en el país para mejorar el bienestar de los animales de producción.
Fernan Fortich
En el mundo, se estima que cada año se matan, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 150.000 millones de animales para proporcionar alimentos y otros productos a los seres humanos.
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En el mundo, se estima que cada año se matan, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 150.000 millones de animales para proporcionar alimentos y otros productos a los seres humanos.
La gran mayoría de estos animales, entre ellos los cerdos, crecen en centros de producción intensivos, en los que miles de individuos viven en lugares cerrados y en condiciones controladas. Estas limitaciones, que buscan, por una parte, asegurar la sanidad de los animales y los alimentos que se consumen, también han causado preocupación en torno a los efectos del hacinamiento y entre otros, de un entorno estéril.
Como explica Juliana Zapata, doctora en Ciencias Veterinarias de Universidad de Antioquia (UdeA), todos estos factores han desembocado en que, en el caso de los cerdos de producción, estos vivan con estrés crónico. “Son animales muy inteligentes, con capacidades cognitivas similares a las de un perro o un niño de tres años, por lo que son muy conscientes de su ambiente y de sus restricciones. Esto implica que un cerdo bajo condiciones de producción, es un animal que tiene un estrés constante, pues tienen una cantidad de necesidades que no están satisfechas”.
Este estrés no debe ser tomado a la ligera, pues puede causar, en los peores casos, agresiones físicas entre los cerdos o incluso heridas autoinfligidas por parte de los individuos. Además de esto, tiene efectos importantes en salud, al ser, por ejemplo, el cortisol, un inmunodepresor que, por ejemplo, afecta el sistema inmune.
Para mejorar esta situación en los centros de producción del país, Zapata junto con el grupo de investigación Patobiología Quirón de la UdeA han desarrollado programas para enriquecer los entornos de cerdos a partir de un elemento poco pensado: la música.
Científicos en el mundo han explorado diversas formas de mejorar el bienestar y reducir el estrés de animales que viven cautiverio, en lugares como zoológicos y safaris hasta refugios de rescate, laboratorios y centros de producción para el consumo humano. En esta búsqueda se han desarrollado fármacos o tratamientos para remediar esta situación, pero el enriquecimiento de sus espacios, que incluye el tamaño de las jaulas, los contactos sociales, así como la introducción de muebles, juguetes y otros objetos manipulables, ha tomado prominencia en la comunidad científica.
“Hay muchas formas en las que se han buscado el desarrollo de productos y tratamientos relacionados con el bienestar y la salud animal, pero nosotros decidimos tomar otro camino: la música”, explica Berardo Rodríguez, doctor en Ciencias Biomédicas y director del grupo de investigación.
Los resultados de sus investigaciones, recientemente publicados en Scientific Reports de Nature y financiadas por el Ministerio de Ciencias, han arrojado resultados positivos sobre los efectos de la música en cerdos de producción, en lo que ellos describen “como una receta para producir emociones positivas”.
En lo que respecta a los gustos musicales de los cerdos —que, de cierta manera, sí existen— no es la música clásica, ni el rock, ni el jazz lo que parece agradar más a los cerebros y los oídos de esta especie. En cambio, es un tipo de música con sonidos del paisaje acústico rural con registros de aves, pájaros y grillos, lo que reduciría más el estrés y las emociones negativas en cerdos.
Este tipo de música para oídos porcinos fue diseñado por el equipo de investigadores con el objetivo de estimular y mejorar la calidad de vida de cerdos de producción en el país, que representan un número importante de la carne consumida en el mercado colombiano.
En el país, más de 423.000 cerdos pasan mensualmente por centros de producción, según cifras de PorkColombia, la asociación que representa al gremio de la industria porcina. De estos, la mayoría son producidos en Antioquia, lugar de la realización de la investigación, con más de 1,7 millones de cerdos producidos entre enero y agosto de este año; es decir, cerca del 50 % de la producción nacional.
La de cerdo, además, es una de las carnes más consumidas y más baratas disponibles en el mercado, según el último reporte del Índice de los Precios al Consumidor (IPC) del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
En el caso de Colombia, estos animales viven en centros y corrales de producción intensivos en los que pasan toda su vida. Se tratan de espacios con restricciones sanitarias en los que, según los investigadores, los cerdos no pueden utilizar, por ejemplo, sus narices para hurgar la tierra al vivir en espacios con pisos de cemento, o en los que se alteran patrones sociales afectados al ser separados de sus madres en edad tempranas cuando en la naturaleza suelen pasar varios meses juntos.
¿Cómo entra entonces la música en la ecuación de bienestar animal? “Lo que nosotros planteamos es que la música puede tener un efecto a nivel de los estados emocionales de los cerdos. En varios estudios que hemos realizado en los últimos años hemos encontrado que los animales reaccionan espontáneamente a la música, si les gusta o no, y con ese conocimiento decidimos crear un programa de enriquecimiento sus espacios”, explica Rodríguez, de la UdeA.
La efectividad de estos programas de enriquecimiento fue probada recientemente a través de un experimento en el que se seleccionaron dos grupos de 20 cerdos cada uno. El primer grupo recibió estimulación auditiva basada en la música, mientras que el segundo, el de control, no fue estimulado.
Las piezas musicales, las cuales puede escuchar acá, acá o acá buscaban tanto reducir el estrés en los cerdos, cómo estimularlos para que jueguen o interactúen más con su entorno de una manera positiva.
Los científicos encontraron que los cerdos expuestos a los programas de enriquecimiento mostraban estados más contentos, amistosos, juguetones, ocupados positivamente, sociales y felices. En contraste, aquellos que nos escucharon las piezas tuvieron registros más indiferentes y tranquilos.
Para determinar estos estados emocionales, los investigadores midieron dos factores: diferentes niveles hormonales en el cuerpo relacionados con el estrés (fisiológico) y el estado emocional de los cerdos (psicológico), uno de los elementos más difíciles de determinar en el experimento.
Para el estado emocional, se midieron las lesiones cutáneas presentes en los individuos, y se realizó una evaluación cualitativa del comportamiento (QBA, por sus siglas en inglés). Esta última fue estudiada revisando grabaciones de los cerdos en los que se analizaba su expresión corporal.
“El cerdo es una especie que es muy expresiva, pues cuando está contenta va a estar moviendo su cola o dando brincos como un perro, pero si está asustado cambia la forma en la que ponen las orejas o empiezan a agruparse, esto nos ayudó a hacer esa evaluación cualitativa del comportamiento”, explica Zapata, autora principal del estudio.
En general, los resultados demostraron un efecto positivo de un programa auditivo basado en la música sobre las respuestas psicofisiológicas, por lo que puede ser beneficiosa para reducir el estrés y contribuir al bienestar y la salud de los cerdos en condiciones de producción.
“Con el programa se podían ver a los cerdos muy activos y juguetones, además, como grupos tienen una dinámica de contagio emocional muy marcado que permite que esas emociones se compartan al resto del grupo”, explica Zapata.
Una de las propuestas de la investigación es desarrollar un sistema que sea fácil y barato de replicar en las fincas del país, al solo tener que poner un altavoz en los corrales en donde viven los cerdos para mejorar, de cierta manera, su bienestar.
Por su parte, desde PorkColombia indican que “el principal reto en la implementación del bienestar animal ha sido el de generar conciencia en los porcicultores pequeños de la importancia de llevar a los animales a una planta de beneficio autorizada por el Invima, que cumpla con todas las condiciones para que los animales tengan un proceso de transformación de músculo a carne, digno y en condiciones de inocuidad aptas para el consumidor final”, indica Corina Zambrano, vicepresidenta ejecutiva de Porkcolombia-FNP, quien asegura realizan visitas y seguimientos a la producciones locales para mejorar su implementación.
Por su parte, los investigadores esperan que estas investigaciones permitan mejorar el bienestar de más especies con el conocimiento de como interactúan con la música. “A veces nos preguntan por qué hacemos esto si de todas formas se van a comer los cerdos, y nosotros les repondríamos que sí, pero si podemos hacer algo para que en ese periodo en el que están en la granja lo hagan en las mejores condiciones, nos parece importante contribuir de esa manera”, concluye Berardo Rodríguez, de la UdeA.
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