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De depredador a presa: este tiburón fue cazado por otro animal aún más grande

Un equipo de científicos marcó a varios tiburones cailón en el Atlántico para monitorear su comportamiento, y descubrieron una sorprendente evidencia: uno de los tiburones, una hembra preñada, fue probablemente depredada por un tiburón blanco tras recorrer más de 1,100 km. Esta observación sugiere que la depredación podría ser una causa subestimada de mortalidad natural en los marrajos sardineros del Atlántico Noroeste.

03 de septiembre de 2024 - 09:09 p. m.
Tiburón marrajo sardinero. /Getty
Tiburón marrajo sardinero. /Getty
Foto: Getty Images - Gerard Soury
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El cailón Lamna nasus es un tiburón de gran tamaño y gran movilidad documentado en aguas frías y templadas del Atlántico Noroeste. Es posible que nunca lo haya escuchado mencionar, pero se trata de un tiburón que se caracteriza por su velocidad y agilidad, pudiendo alcanzar hasta 3.5 metros de longitud.

A diferencia de muchos otros tiburones, el cailón, que también conocido como marrajo sardinero en España, puede mantener una temperatura corporal más alta que la del agua circundante, lo que le permite cazar con gran eficacia y explorar una variedad de hábitats en su entorno. Su apariencia robusta y su comportamiento activo lo convierten en un depredador formidable en su ecosistema.

A finales de octubre de 2020 y 2022, un grupo de científicos capturó a varios tiburones cailón para monitorear su comportamiento durante un año. Para ello, utilizaron etiquetas de archivo satelitales desprendibles (o PSAT, por sus siglas en inglés), unos dispositivos que se adhieren temporalmente al tiburón y registran datos detallados sobre su ubicación, profundidad, temperatura del agua y otros parámetros relevantes. Una vez que la etiqueta ha recopilado suficientes datos, se desprende del tiburón y se activa un mecanismo de liberación que permite a los científicos recuperar la etiqueta y analizar la información a través de satélites. Entre los animales capturados, había una hembra que estaba preñada.

Los PSAT miden la presión para determinar la profundidad del tiburón en el agua. Si el PSAT detecta que la profundidad no varía en más de ±5 metros durante 3 días consecutivos, esto se considera una señal de que algo podría estar mal. Un tiburón normalmente se mueve verticalmente en el agua, ya sea subiendo o bajando para cazar o evitar depredadores. Por lo tanto, una profundidad constante podría indicar que el tiburón ha muerto o que la etiqueta ha dejado de moverse debido a algún otro problema. Cuando eso pasa, estos dispositivos están programados para activar un mecanismo de liberación. Eso fue lo que pasó.

El 28 de octubre de 2020, el equipo capturó una hembra preñada y la liberó en el mar después de implantarle un PSAT. Durante los primeros dos meses, el tiburón nadaba entre la superficie y unos 100 metros de profundidad en aguas con temperaturas de 10 a 20 °C.

A finales de diciembre, cambió su comportamiento, buceando más profundamente durante el día y moviéndose a aguas más frías y profundas. Después, el 24 de marzo de 2021, las temperaturas registradas por la etiqueta aumentaron abruptamente. El 3 de abril de 2021, y de forma prematura, la etiqueta transmitió su primera señal satelital desde una ubicación al suroeste de Bermudas, 158 días después del marcado, indicando que el tiburón había recorrido al menos 1,120 km. Sin embargo, la señal se transmitió tras un lapso de tres días y medio en que la etiqueta flotó en la superficie del mar, lo que sugiere que se había desprendido del tiburón y estaba a la deriva. ¿Qué había pasado?

Los científicos creen que el depredador se convirtió en presa. Antes de que la etiqueta se desprendiera el 3 de abril, registró que las temperaturas aumentaron bruscamente, lo que sugiere que fue ingerida por otro animal. Una prueba de ello es que días antes del 3 de abril, la etiqueta registraba temperaturas promedio de alrededor de 17 °C. Después de la aparente depredación, las temperaturas aumentaron a más de 22 °C, indicando que la etiqueta estaba dentro del sistema digestivo de un depredador. Los científicos creen que se trata de la primera evidencia de depredación de un tiburón cailón a nivel mundial.

¿Qué se lo comió? Los investigadores consideraron primero a las orcas, pero las descartaron porque mantienen temperaturas más altas (cerca de 40 °C) y, por lo tanto, no se consideraron como un depredador potencial en este caso. Dos candidatos a depredadores lo suficientemente grandes como para depredar al cailón y ubicados en las cercanías y en la época del año del evento de depredación incluyen al tiburón blanco (Carcharodon carcharias) y al Tiburón mako de aleta corta (Isurus oxyrhinchus).

El primero es uno de los depredadores más conocidos, popular por su capacidad para cazar grandes presas marinas, incluidas focas e incluso otros cetáceos pequeños. El tiburón blanco se encuentra en aguas templadas y frías, lo que coincide con las áreas donde ocurrió el evento. El segundo, el marrajo dientuso, es uno de los tiburones más rápidos, capaz de alcanzar altas velocidades durante la caza. Este tiburón también es conocido por ser un depredador agresivo y oportunista, frecuentando tanto aguas costeras como oceánicas, lo que lo convierte en otro posible señalado. Los investigadores concluyen que es más probable que un tiburón blanco, en lugar de un marrajo dientuso, sea el depredador que atacó a la hembra cailón.

“Persisten lagunas de conocimiento con respecto a las tasas de mortalidad natural de los marrajos sardineros, y este trabajo sugiere que la depredación puede ser una fuente subestimada de mortalidad natural para la población del Atlántico Noroeste”, escriben los autores del estudio.

Por ejemplo, 11 marrajos sardineros (excluyendo una mortalidad inmediata) fueron marcados con PSAT de un año de duración y se transmitieron datos que podrían usarse para identificar de manera oportunista eventos de mortalidad natural, agregan en la investigación. Según reportan, se observaron dos (18,2%) eventos de mortalidad natural, incluida la depredación documentada en este estudio, así como la mortalidad (de causa desconocida) de una hembra adulta que también ocurrió cerca de Bermudas aproximadamente 50 días después del marcado. Sin embargo, es importante considerar que se ha propuesto que los animales marinos marcados con PSAT atados pueden tener un mayor riesgo de depredación (por ejemplo, las etiquetas actúan como señuelo o emiten una señal atrayente).

“Las observaciones presentadas aquí sugieren que las aguas mesopelágicas cerca de Bermudas son un área de importante interacción entre especies y mortalidad para los marrajos sardineros y, por lo tanto, deberían ser un lugar de futuros esfuerzos de investigación”, concluyen en el estudio.

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