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Debut en la gran cancha del universo

Gracias al Programa de Pasantías de la Red de Estudiantes Colombianos de Astronomía, jóvenes estudiantes pudieron probarse en el campo de investigación científica, un modelo pionero en el país cuyos resultados se presentan en un simposio internacional en los próximos días.

Juan Diego Soler*
23 de agosto de 2021 - 02:00 a. m.
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Natalia Oliveros se despertó antes del amanecer. Los primeros rayos del sol ya comenzaban a calentar las calles de Barrancabermeja, pero la noche aún era oscura en la cima de Mauna Kea, el punto más alto de la isla de Hawái. Allí está ubicado el telescopio de diez metros de diámetro con el que se disponía a observar el firmamento.

Eva Méndez se despertó un poco después. El sol aún no se asomaba sobre los cerros de Bogotá cuando comprobó que la conexión de internet en su casa se había caído. Una vez más tuvo que usar su teléfono celular para contarle a un grupo de expertos en México lo que había encontrado en los espectros de luz provenientes de un singular tipo de galaxias.

Jassir Salas también se despertó temprano. Quería comprobar que los resultados de las simulaciones de la atmósfera de Marte hubiesen completado su camino entre el supercomputador del Centro de Investigación Ames de la NASA y su casa en Barranquilla.

Ellos son tres de los trece becarios del Programa de Pasantías de la Red de Estudiantes Colombianos de Astronomía (RECA). Ninguno de los tres tiene publicaciones en revistas indexadas. Ninguno es un investigador profesional en astronomía. Ninguno de los tres recibe un salario por su trabajo de investigación. Por lo menos, no todavía.

No existe ninguna clase en donde se enseñe a hacer investigación. Se pueden tomar seminarios sobre metodologías, seguir clases de estadística o asistir a seminarios de inteligencia artificial y programación; pero nada prepara a alguien para enfrentarse a preguntas que nunca nadie se había encontrado. Por eso hacer investigación es tan difícil, pues no es recorrer un sendero, es abrirlo con cada paso. Solamente hay una manera de aprenderlo: intentando.

En los países industrializados los estudiantes de ciencias, matemáticas o ingeniera tienen la oportunidad de probarse en la investigación a través de pasantías de verano, que ocurren en las vacaciones largas en la mitad del año. Ese es el primer paso para innumerables carreras científicas. Es la primera oportunidad de probar lo que significa hacer investigación científica profesional y sus resultados pueden convertirse en la mejor carta de presentación para acceder al siguiente nivel en su formación profesional.

El porcentaje de estudiantes admitidos a programas doctorales en astronomía en Estados Unidos es usualmente inferior al 10 %. En Canadá y Europa los porcentajes son aún más bajos. Por eso una experiencia en un laboratorio, una publicación indexada o una carta de recomendación de alguien reconocido en el medio de investigación hacen la diferencia en las oportunidades que se abren para un joven científico.

“Cuando los estudiantes colombianos quieren acceder a una oportunidad de investigación tienen que matarse con los aplicantes del resto del mundo, porque no han tenido la oportunidad de probarse en las grandes ligas”, señala Luis Henry Quiroga Núñez, Ph. D. en Astronomía. “En Estados Unidos, la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) tiene un programa de experiencias de investigación para estudiantes universitarios (REU, por sus siglas en inglés). Allí adquieren experiencia en investigación y van un paso más adelante que nuestros estudiantes”, agrega.

Lo mismo sucede en otros países como Canadá, Francia y Alemania, en donde los gobiernos promueven pasantías pagadas de investigación para estudiantes en sus últimos semestres de pregrado. En la gran mayoría de los casos estas becas están reservadas a sus ciudadanos y las oportunidades para los extranjeros son muy escasas. “Colombia no tiene ningún programa así para los estudiantes de Astronomía y por eso nos propusimos crearlo”, señala el hoy investigador del Observatorio Nacional de Radioastronomía en Estados Unidos y uno de los fundadores de RECA y de su programa de pasantías.

RECA es una asociación que nació durante los foros de estudiantes del Congreso Colombiano de Astronomía (COCOA). Lleva ocho años conectando a los estudiantes colombianos y muchos de quienes formaron la asociación hoy son científicos profesionales que ayudan a los más jóvenes a continuar su trayectoria académica. Fue así como identificaron la desventaja en la práctica profesional de los recién graduados y la falta de programas para obtenerla.

“Si bien hay apoyos por parte de entidades gubernamentales en algunos sectores de ciencia, los fondos disponibles son en su mayoría para proyectos muy específicos, formación educativa formal o formación de servidores públicos en diferentes regiones del país. No hemos identificado fondos destinados al apoyo de proyectos de investigación a corto plazo con fines de formación científica en etapas tempranas de un investigador joven”, puntualiza Quiroga Núñez. Es como si nuestros jóvenes astrónomos aspiraran a ser Egan Bernal o Mariana Pajón, pero nadie les prestara una bicicleta para comenzar a competir como atletas profesionales.

RECA abrió una convocatoria internacional a investigadores que estuvieran dispuestos a donar parte de su tiempo para asesorar a un estudiante colombiano. interesado en un proyecto de investigación en astronomía de diez semanas de duración. Este llamado resultó en trece proyectos para desarrollarse entre mayo y agosto de 2021. “Recibimos más de sesenta aplicaciones de todas partes del país y de diferentes carreras”, señala Javier González Sánchez, Ph. D. en Astronomía, profesor de la Universidad de Manizales y otro de los organizadores del programa de pasantías.

Fue así como Natalia alternó sus postulaciones a programas de doctorado con el estudio del espectro de las enanas marrones, el eslabón entre las estrellas y los planetas. Bajo la tutoría de la doctora Elena Manjavacas, del Instituto Científico del Telescopio Espacial (STScI) en Estados Unidos, la física recién graduada de la Universidad Industrial de Santander (UIS) hizo el análisis de las observaciones del Telescopio Espacial Hubble y su trabajo le abrió la puerta a conducir las observaciones con el sofisticado observatorio Keck en Hawái.

Eva completó los trabajos finales de los cursos con los que espera graduarse próximamente como química de la Universidad Nacional mientras diseccionaba los espectros de luz dominados por estrellas decenas de veces más calientes que el Sol bajo la supervisión del doctor David Fernández Arenas, del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica en México.

Jassir terminaba su tesis de Física entre la Universidad del Atlántico y la Universidad de Antioquia, mientras estudiaba las descargas eléctricas generadas por las tormentas de polvo en Marte, reproducidas en un computador por el doctor Leonardos Gkouvelis, investigador de la NASA.

Son una nueva generación de astrónomos colombianos que tocan el balón en la gran cancha de la investigación científica mundial y tendrán la oportunidad de presentar su trabajo en un simposio virtual acogido por la Universidad de Manizales el 24 y 25 de agosto. Pero no es el final de los proyectos.

Para la mayoría de los trece becarios del primer programa de pasantías de RECA, diez semanas no son suficientes. Después de haber sentido el vértigo que produce ver el universo tan cerca, algunos quieren continuar su camino en la academia. Otros preferirán aplicar su experiencia en computación, análisis de datos y modelos matemáticos a otros desafíos que enfrenta la sociedad. Para algunos, la única opción es la que les pueda proveer su familia y posiblemente nos quedaremos sin saber cuál podría haber sido su contribución a la ciencia.

Como los atletas que llenan de orgullo a nuestro país, los científicos colombianos siguen emergiendo espontáneamente. Son semillas que germinan y siguen abriéndose camino sin que la sociedad repare mucho en ellas. Pero si nadie voltea a mirarlas, corremos el riesgo de que un día ya no encontremos ninguna.

*Juan Diego Soler, Ph. D. Astrofísico colombiano.

Por Juan Diego Soler*

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TierrAjena(4566)23 de agosto de 2021 - 03:35 p. m.
Bienvenida la investigación científica. Enhorabuena por los jóvenes investigadores. La ciencia es apasionante, la investigación siempre encuentra respuestas asombrosas que son puertas hacia otras preguntas; la intensidad y aleatoriedad de las sinapsis nerviosas, la tensión superficial gravitacional del horizonte de sucesos de los agujeros negros, etc.
  • TierrAjena(4566)23 de agosto de 2021 - 03:45 p. m.
    Personalmente, me causa gran curiosidad el conflicto ético y religioso que debe existir en la conciencia de los terratenientes asesinos. Me parece interesante descubrir cuán sinceramente creen en Dios y en la justicia divina; si acaso tienen alguna idea del infierno o cómo se imaginan el castigo que les espera ... ¿Uribe tiene conciencia? ¿Cómo es?
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