Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Desde hace décadas es común ver en programas ficticios de televisión que giran alrededor de científicos, la presencia de asiáticos generalmente en posiciones intelectuales de poder altas. Suelen ser los jefes o los líderes de importantes universidades y en ellos suele recaer la historia de que llegar allí fue natural y fácil. Ese imaginario podría estar lejos de la realidad.
(Puede ver: El material que puede absorber más de 100 veces su peso en agua)
Un artículo publicado en noviembre en la revista eLife recopiló datos de la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés), uno de los principales financiadores de la investigación en los Estados Unidos, para analizar a qué tipo de investigadores está financiando dicha institución. Tal vez sorpresivamente, la investigación mostró que los asiáticos están muy rezagados.
La NSF recibe miles de proyectos de alta calidad cada año, muchos más de las que puede financiar. Entre 1996 y 2019 (el período de tiempo analizado), el porcentaje de trabajos que la institución aceptó financiar del total de propuestas estuvo entre el 22 % y el 34 %. Durante los 20 años analizados, sin embargo, el estudio encontró una disparidad constante en la tasa de financiación entre las propuestas de los investigadores blancos y las de la mayoría de los demás grupos raciales.
Por ejemplo, de las 41.024 propuestas consideradas en 2019, la NSF seleccionó 11.243 para financiamiento, o el 27,4 % del total. Las propuestas de los investigadores blancos se financiaron por encima de esta tasa general global, al 31,3 %, lo que generó 6.389 adjudicaciones. Si las propuestas de los científicos blancos hubieran sido financiadas a la tasa global del 27,4 %, solo se habrían concedido 5.591 propuestas, es decir, tuvieron un “superávit de premios” de 798 premios.
Puede ver: Las mejores imágenes tomadas en la Estación Espacial Internacional en 2022
En contraste, las propuestas presentadas por el siguiente grupo racial más grande, los investigadores de origen asiático, se financiaron a una tasa del 22,7 %, lo que generó 2073 premios. Si la tasa de financiación de las propuestas de los IP asiáticos hubiera sido igual a la tasa general, en cambio, se esperarían 2505 premios, o 432 premios adicionales. La explicación a estas diferencias, que se reproducen en mayor o menor medida con investigadores latinos y negros, está en discusión.
¿Es discriminación? Los autores reconocen que estas disparidades raciales en el financiamiento plantean muchas preguntas sobre sus causas y mecanismos que, sin embargo, no son posibles responder por ahora con los datos que recopilaron. Y algunos críticos de su artículo, incluso, señalan que sus conclusiones no deberían apuntar a que las instituciones discriminan deliberadamente a los no blancos.
En una respuesta al artículo que circula como preimpresión, Charles Reichhardt y Cynthia J. Olson Reichhardt, dos físicos del Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México, proponen que dicha diferencia entre blancos y demás grupos raciales no involucran ningún sesgo racial y sí un cambio en la demografía a lo largo del tiempo y la heterogeneidad en las tasas de presentación de proyectos.
Puede ver: Hoy la Tierra alcanza su punto más cercano al Sol en todo el año
“La conclusión que extraen de su artículo no es sostenible”, dijo Charles Reichhardt, citado por The New York Times. “Hay más variables en los datos que debe tener en cuenta, y cuando tiene en cuenta esas variables, el efecto desaparece”. Más allá del debate sobre las cifras, la discusión sobre equidad y racismo en la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos parece haberse impulsado.
Alicia J. Knoedler, quien dirige la oficina de actividades integradoras de la NSF, le dijo a The New York Times que se lanzará un nuevo programa llamado Analytics for Equity, en el que se pedirá a los investigadores que propongan proyectos que investiguen los datos de diversidad en la NSF y otras agencias federales. A un nivel más amplio, la Junta Nacional de Ciencias, que establece la política de la Fundación Nacional de Ciencias, estableció una comisión para estudiar el proceso de revisión de la NSF sobre los proyectos.