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Un equipo internacional de investigadores ha descubierto en Túnez la especie de lagarto gusano fósil más grande hasta ahora conocida. Este tipo de animal, del grupo Amphisbaenia, aunque a primera vista parece un gusano con una cabeza en ambos de sus extremos, en realidad es un reptil con escamas que puede arrastrarse hacia adelante y hacia atrás debido al extremo de su cola redondeada.
“Entre otras cosas, utilizan la forma de su cuerpo, que recuerda a la de una lombriz de tierra, para atravesar estrechos pasajes en el suelo que ellos mismos cavan”, señalan el Instituto de Investigación Senckenberg y el Museo de Historia Natural, los cuales participaron en el estudio.
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La estimaciones de la nueva especie, denominada Terastiodontosaurus marcelosanchezi y que data del período del Eoceno, muestran que se trata del anfisbenio conocido más grande que haya existido, con un cráneo de una longitud de más de 5 centímetros, según el artículo de investigación publicado en la revista Zoological Journal of the Linnean Society.
El coautor del estudio, Krister Smith, del instituto comunicó que “si los lagartos gusano pudieran crecer tanto como las serpientes, entonces la nueva especie sería comparable a la Titanoboa, que mide hasta 13 metros de largo, es decir, significativamente más grande que sus parientes más cercanos. Creemos que el tamaño corporal inusual está relacionado con las temperaturas más altas en este período de la historia de la Tierra”.
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Para identificar la anatomía de esta nueva especie el equipo utilizó una técnica de tomografía computarizada. El fósil analizado por los científicos tiene características dentales extremas, con un diente de gran tamaño en la mandíbula superior, molares planos y un esmalte dental especializado, lo cual es señal de que se alimentaba de caracoles, una dieta que se ha mantenido durante más de 56 millones de años.
“Podemos deducir que los animales tenían una enorme fuerza muscular en sus mandíbulas”, explica Georgios L. Georgalis, del Instituto de Sistemática y Evolución de Animales de la Academia Polaca de Ciencias de Cracovia y principal autor del estudio.
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De acuerdo con el instituto y el museo, Terastiodontosaurus marcelosanchezi se diferencia de los demás lagartos gusanos de la actualidad, que en su mayoría son subterráneos, debido a que también pudo haber habitado en la superficie. Probablemente, este animal era muy grande para vivir únicamente en madrigueras, por lo que una de las hipótesis de los investigadores es que pasaba gran parte del tiempo sobre el suelo.
Sin embargo, Georgalis ha subrayado que sus indicios también apuntan a que esta nueva especie podría estar relacionada con el lagarto gusano africano más antiguo conocido, Todrasaurus gheerbranti, del Paleoceno tardío de Marruecos. “El análisis filogenético recupera a Terastiodontosaurus y Todrasaurus como taxones hermanos y proporciona un fuerte apoyo a una relación de grupo hermano de esos dos anfisbenios de dientes grandes con el Trogonophis actual”, explica el artículo.
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