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Más de una docena de planetas en tránsito alrededor de estrellas que tienen entre diez y 40 millones de años de edad han sido descubiertos. Sin embargo, los planetas en tránsito más jóvenes no han sido igual de fáciles de detectar.
Así lo explica un artículo publicado en la revista Nature: “La falta de tales descubrimientos puede deberse a que los planetas no se han formado completamente a esta edad o a que nuestra visión está bloqueada por el disco protoplanetario”. Este disco es el gas denso y el polvo que rodea a una estrella que recién ha surgido. A partir de ese anillo, además, se crean los planetas.
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Pero un equipo internacional de astrónomos ha logrado hallar un planeta en tránsito que gira alrededor de una estrella de tres millones de años de antigüedad. “Ahora sabemos que muchos discos exteriores están deformados o rotos; siempre que el disco interior esté agotado, los planetas en tránsito pueden ser visibles”, señala el estudio.
Los científicos, liderados por la investigadora Madyson G. Barber, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill de Estados Unidos, analizaron datos del satélite Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA. Así pudieron observar este joven planeta denominado IRAS 04125+2902 b, el cual tiene una órbita de aproximadamente una semana, en la Nube Molecular de Tauro.
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Además, el planeta tiene un radio un radio 10,7 veces mayor que el de la Tierra y alrededor del 30% de la masa de Júpiter. Esto, según el artículo, lo vuelve un posible precursor de las llamadas “supertierras” y “subneptunos” que suelen estar alrededor de las estrellas de la secuencia principal. Debido a que el planeta aún está contrayéndose, se prevé que su tamaño final sea menor al de hoy en día.
La Agencia Sinc cita a uno de los autores del estudio, Enric Palle, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Según él, este planeta puede servir para “comprender las primeras etapas de la evolución de las atmósferas planetarias, ya que es en los primeros años de formación cuando una gran parte (o incluso la totalidad) de estas atmósferas pueden perderse en el espacio, debido a la interacción con la estrella principal. Esto determina el tipo de planeta que nos encontraremos tras estas primeras etapas de formación”.
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