Descubren una especie de gusano que se come los huesos de las ballenas
Un grupo de científicos describió Osedax, una especie de gusano que habita en aguas profundas y que fue identificada por primera vez en 2002. ¿De qué se trata el más reciente hallazgo?
En 2002 se identificó por primera vez a una especie de gusano que estaba creciendo a lo largo del esqueleto de una ballena. Parecía una especie de alfombra peluda que consumía los huesos de este cetáceo. Antes de ese momento, se creía que era una planta diminuta. (Lea: Encuentran en un río un barco que podría ser una “cápsula de tiempo”)
Sin embargo, gracias a las muestras obtenidas por un robot de inmersión profunda se pudo establecer que no se trataba de plantas, sino de gusanos que comen huesos y que habitan a casi 3.000 metros de profundidad en la Bahía de Monterey, en California. Los científicos llamaron a esta especie de gusano Osedax, que significa devoradores de huesos en latín.
Desde ese entonces, los investigadores ya tenían algunas pistas de esta especie, entonces, la búsqueda de más ejemplares comenzó en serio. Para realizarla, los equipos de investigadores arrastraron ballenas varadas muertas en alta mar y las hundieron en las profundidades. Greg Rouse, profesor del Instituto Scripps de Oceanografía e integrate del equipo que encontró y describió a Osedax, señaló a The Guardian que “básicamente, donde sea que pongamos huesos, encontramos los gusanos”.
En la actualidad se han encontrado más de 30 subespecies de este gusano. Una de ellas es la Osedax mucofloris, que se encontró en Suecia, o también está la Osedax fenrisi, que fue descubierto a una profundidad de más de 2.000 metros en el Ártico. (Puede leer: Video: El banquete de 60 tiburones con una ballena jorobada en Australia)
Según los científicos, en un artículo publicado en la revista Elements of Marine Ecology, “este gusano varía en tamaño, puede medir como un dedo meñique hasta ser tan pequeño como una pestaña. Los visibles a simple vista suelen ser hembras. Los machos son en su mayoría pequeños y no comen huesos”.
Los machos habitan dentro del tubo mucoso de una hembra, y esperan a que emerjan sus óvulos para poder fertilizarlos inmediatamente. La energía que obtienen estos animales provienen de sus madres y, una vez que han agotado esa reserva de energía, mueren.
Osedax priapus, la otra especie llamada en honor al antiguo dios griego de la fertilidad, hace las cosas de manera diferente. Rouse explica que “los machos tienen un tamaño similar al de las hembras y tienen una trompa larga y extensible que utilizan para atravesar el hueso”. Y, cuando encuentran a las hembras, entregan esperma almacenado dentro de su cabeza.
Esta subespecie para alimentarse abre agujeros en los huesos produciendo ácido de la misma manera que los humanos lo hacen cuando producen ácido estomacal. Varios estudios genéticos respaldan la teoría de que Osedax ha existido desde al menos el período Cretácico, mucho antes de que hubiera esqueletos de ballena que pudieram comer. (Le puede interesar: Qué es la biofluorescencia, la razón por la cual algunos animales pueden brillar)
Los investigadores advirtieron en su publicación que por el momento no está claro cómo los gusanos encuentran los huesos. “Se cree que pueden ir a la deriva hasta que localicen un esqueleto, tal vez guiados por sustancias químicas que flotan en el agua”, apunta.
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En 2002 se identificó por primera vez a una especie de gusano que estaba creciendo a lo largo del esqueleto de una ballena. Parecía una especie de alfombra peluda que consumía los huesos de este cetáceo. Antes de ese momento, se creía que era una planta diminuta. (Lea: Encuentran en un río un barco que podría ser una “cápsula de tiempo”)
Sin embargo, gracias a las muestras obtenidas por un robot de inmersión profunda se pudo establecer que no se trataba de plantas, sino de gusanos que comen huesos y que habitan a casi 3.000 metros de profundidad en la Bahía de Monterey, en California. Los científicos llamaron a esta especie de gusano Osedax, que significa devoradores de huesos en latín.
Desde ese entonces, los investigadores ya tenían algunas pistas de esta especie, entonces, la búsqueda de más ejemplares comenzó en serio. Para realizarla, los equipos de investigadores arrastraron ballenas varadas muertas en alta mar y las hundieron en las profundidades. Greg Rouse, profesor del Instituto Scripps de Oceanografía e integrate del equipo que encontró y describió a Osedax, señaló a The Guardian que “básicamente, donde sea que pongamos huesos, encontramos los gusanos”.
En la actualidad se han encontrado más de 30 subespecies de este gusano. Una de ellas es la Osedax mucofloris, que se encontró en Suecia, o también está la Osedax fenrisi, que fue descubierto a una profundidad de más de 2.000 metros en el Ártico. (Puede leer: Video: El banquete de 60 tiburones con una ballena jorobada en Australia)
Según los científicos, en un artículo publicado en la revista Elements of Marine Ecology, “este gusano varía en tamaño, puede medir como un dedo meñique hasta ser tan pequeño como una pestaña. Los visibles a simple vista suelen ser hembras. Los machos son en su mayoría pequeños y no comen huesos”.
Los machos habitan dentro del tubo mucoso de una hembra, y esperan a que emerjan sus óvulos para poder fertilizarlos inmediatamente. La energía que obtienen estos animales provienen de sus madres y, una vez que han agotado esa reserva de energía, mueren.
Osedax priapus, la otra especie llamada en honor al antiguo dios griego de la fertilidad, hace las cosas de manera diferente. Rouse explica que “los machos tienen un tamaño similar al de las hembras y tienen una trompa larga y extensible que utilizan para atravesar el hueso”. Y, cuando encuentran a las hembras, entregan esperma almacenado dentro de su cabeza.
Esta subespecie para alimentarse abre agujeros en los huesos produciendo ácido de la misma manera que los humanos lo hacen cuando producen ácido estomacal. Varios estudios genéticos respaldan la teoría de que Osedax ha existido desde al menos el período Cretácico, mucho antes de que hubiera esqueletos de ballena que pudieram comer. (Le puede interesar: Qué es la biofluorescencia, la razón por la cual algunos animales pueden brillar)
Los investigadores advirtieron en su publicación que por el momento no está claro cómo los gusanos encuentran los huesos. “Se cree que pueden ir a la deriva hasta que localicen un esqueleto, tal vez guiados por sustancias químicas que flotan en el agua”, apunta.
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