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Una inusual partícula de energía, o rayo cósmico, ingresó a la Tierra y fue registrado por el sistema de monitoreo del experimento Telescope Array, que reúne a varios países en la investigación de estos fenómenos. Le dieron el nombre de Amaterasu. (Le puede interesar: Después de 80 años, forenses identifican a piloto desaparecido en Segunda Guerra Mundial)
El hecho fue registrado por los investigadores en una publicación de la revista Science. Gracias al campo de detección de partículas con el que cuenta el experimento, que se encuentra en Utah, Estados Unidos, el equipo conoció de la llegada del rayo cósmico a nuestro planeta.
La información, que se envía automáticamente a Japón, donde se encuentra parte del equipo de científicos del Telescope Array, fue recibida con algo de incertidumbre. Generalmente, a la Tierra llegan rayos con bajas cantidades de energía, como los que genera el Sol o algunos fenómenos dentro de nuestra galaxia.
Otros de muy alta energía son producto de explosiones de estrellas en otras galaxias, por la energía que emanan agujeros negros u otros eventos similares en el espacio. Sin embargo, este rayo tenía una intensidad de 240 exaelectrovoltios. (Le recomendamos: ¿Cómo lograron sobrevivir algunos animales a las extinciones masivas?)
Para hacerse una idea, la comparación más cercana que tenemos es el Gran Colisionador de Hadrones, en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Este aparato, que fue construido en 2008, es el acelerador de partículas de mayor potencia que tenemos en la Tierra. Aun así, tendríamos que multiplicar su capacidad por varios millones de veces para lograr algo cercano a la energía que albergaba este rayo cósmico.
Pero el asombro de los investigadores no se detuvo en su energía. Cuando se da un registro de este tipo, el equipo tiene la capacidad de rastrear la trayectoria de la partícula para dar con su origen. Por eso, sabemos que muchos provienen del Sol, de agujeros negros o de otras estrellas. Pero, cuando rastrearon el origen de esta partícula, encontraron que parece provenir de un punto vacío en el espacio. (También puede leer: Las neuronas que nos dicen con qué velocidad comer y cuándo dejar de hacerlo)
Aún se desconoce qué podría haber originado esta partícula en el espacio, o si quizás proviene de un punto más lejano de lo que es posible rastrear con los aparatos que tenemos actualmente. De lo que sí se sabe es que Amaterasu es una de las partículas con mayor energía que se ha registrado.
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